Pablo Neruda trabajó en sus memorias hasta poco antes de su muerte, en 1973. En la nueva edición de Seix Barral, con prólogo de Darío Oses, las conocidas memorias del poeta, Confieso que he vivido, incluirán algunos añadidos, como el texto El último amor de Federico.
La publicación de estas memorias estaba prevista para el 70 cumpleaños de Neruda, pero su precipitada muerte en Chile hizo que se convirtiera en su obra póstuma. La Fundación Pablo Neruda ha realizado una revisión muy exhaustiva de sus archivos, y se han hallado anotaciones que Neruda pretendía incluir en su último libro y algunos textos inéditos.
Entre ellos, uno sobre Federico García Lorca en el que Neruda se preguntaba a sí mismo si el público estaba lo suficientemente desprovisto de prejuicios para admitir su homosexualidad sin menoscabar su prestigio. En el texto, el autor chileno recuerda sus historias y conversaciones con Lorca, que siempre iba acompañado por un joven llamado Rafael Rapín. Este hombre, que en realidad se llamaba Rafael Rodríguez Rapún, se acabó convirtiendo en el último amor de Lorca, y falleció pocas semanas después del poeta, combatiendo en el frente de Teruel.
Neruda cuestiona en estas memorias “la manera oscurantista de tratar el homosexualismo de Federido García Lorca (…) y la manera española y latinoamericana de esconder esta inclinación personal”. También denuncia en el texto su repugnante asesinato político, y considera que utilizaron como cortina de humo la ‘singularidad erótica’ de Lorca para justificar su muerte.
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