Dejar que alguien del público suba al escenario durante el show de una diva siempre conlleva un riesgo. Céline Dion lo vivió en su propias carnes el pasado 5 de enero en el Caesars Palace de Las Vegas, donde continúa con su residencia.
La diva permitió que una señora muy eufórica subiera, pensando que era un fan que lo único que quería era saludarla. Se encontró con alguien que había bebido mucho, mucho. Y que le confesó que le acababan de hacer un trasplante de médula a un hijo suyo. “Pues me alegro mucho de que hayas subido al escenario esta noche”, comenzó diciendo Céline.
Lo que nadie se esperaba es lo que vino después. La mujer, fuera de control, empezó a abrazar a la cantante, a ponerle la pierna encima… y, claro, no tardó en llegar alguien de seguridad para llevársela. Pero la cantante sintió que tenía controlada la situación y, sin perder los nervios ni la compostura, le dijo que no se preocupara por los seguratas, que no la iban a echar. Mirándole a los ojos, la tranquilizó, le dijo que iban a rezar por su hijo y le invitó a a seguir disfrutando una vez volviera a sentarse.
Cariñosa, comprensiva y lista. Céline Dion dion una buena lección de cómo debe comportarse una artista si no considera a un/a fan borracho/a una amenaza para ella y para su show, dándole la vuelta a la situación. Aquí lo puedes comprobar.