Desde que Sálvame comenzó, ocho años atras, Kiko Hernández, uno de sus más famosos colaboradores, no había contado nada sobre su sexualidad y su vida privada. Ahora, Kiko ha explicado en una entrevista que se hace él mismo que es tan celoso de su intimidad “porque hay parcelas que me gusta reservar”, y asegura que no tiene miedo a lo que puedan publicar de él. “Todos tenemos algo que ocultar, pero no hay nada que me preocupe si sale…”.
Y sobre su sexualidad dialoga consigo mismo: “Me preguntan por la calle si eres gay”. E intenta mantener la ambigüedad del tema: “Vamos a dejarlo ahí…”. Pero lo que sí explica es lo mal que lo pasó tras su salida de Gran Hermano… “Yo no sabía lo que era ni quién iba a salir…”. “Contaron muchas cosas muy graves, incluso de mi familia. Este tío grabó a la persona que había encargado que me destrozara”. ¿Realmente hay que llegar a este extremo para forzar a alguien a aclarar su orientación sexual cuando está claro que quiere mantenerla en el ámbito privado?
En su autoentrevista niega ser tacaño, solo le gusta mirar por el futuro, y aún más tras el nacimiento de sus hijas. Su vida ha cambiado mucho desde entonces, y ya no se lleva el trabajo a casa. “Antes sí lo hacía, abandoné el programa porque estaba con una tristeza tremenda y todo me afectaba demasiado”.
Además, hay algo que ha negado categóricamente, y es tener un precio: “Para ir en contra de un amigo no hay talonario”. Entonces, ¿qué pasa con Lydia Lozano? “Disfruto metiéndome con ella, pero luego llegan las nueve de la noche y me da pena”. Solo tiene claro que, en su amistad, el amor “pesa más”.
Por otro lado, ha abordado algo que está a la orden del día en Sálvame: las demandas: “Me ha demandado todo dios, todos los años me caen seis o siete gordas, de 500.000 euros o un millón”. Y hay algo que Kiko ha dicho y no hemos podido ver, algo que ha comentado sobre sus compañeros… Pero Sálvame ha decidido no emitirlo para que continúe la tregua que parece reinar en el plató.
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