Alberto Velasco es rotundo: “Hay que abrazar al diferente”. El polifacético artista –actor, bailarín y director– dedica su carrera a poner sobre la mesa temas tan relevantes como la homofobia, la gordofobia, la serofobia y, en definitiva, la defensa de la diferencia. Acaba de dirigir una nueva entrega de la serie Indetectables titulada Volcánica, que protagoniza Aitana Sánchez-Gijón, que veremos en unos meses. Cuando estrena en El Pavón Teatro Kamikaze su nueva propuesta como director, la obra Escenas de caza, a la vez que sigue formando parte del reparto del musical Billy Elliot, hablamos con él de los temas que más le inspiran como creador e intérprete. Y también de cómo lleva no formar parte de la inminente tercera temporada de la serie Vis a vis, claro.
Irrumpió en el universo de la escena con un grito de guerra revelador: ¡Vaca! Así se llamaba el espectáculo inclasificable en que volcó sus complejos y frustraciones, una performance autobiográfica con la que empezó a defender el ‘orgullo de gordo’ que tanto le costó interiorizar. Ha dirigido funciones teatrales como Cliff, inspirada en la vida de Montgomery Clift, y Delicia, y prepara ya otra, Danzad, malditos (inspirada en la película de Sydney Pollack).
La danza contemporánea es otro de los campos en que se mueve como pez en el agua, y lleva ya más de 100 representaciones en el último año y medio de Cenizas, junto a Chevi Muraday, que continúa en la madrileña Casa de la portera. Actualmente las compagina con la grabación de la serie Vis a vis, ambientada en una cárcel de mujeres, cuya primera temporada está teniendo una recepción muy positiva por parte de público y crítica. Velasco está encantado de interpretar, para variar, a un personaje nada atormentado, y se confiesa feliz de que empiecen a reconocerle por la calle. Como también lo está por seguir luchando, con su arte, por la visibilidad de quienes tienen físicos que no se ajustan a los cánones de belleza socialmente establecidos.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que el público ha recibido tan bien Vis a vis?
ALBERTO VELASCO ⇒ Porque la historia engancha. Las cárceles dan morbo de por sí, y una de mujeres, más, por lo desconocidas que nos resultan. Es un producto de calidad que responde al tipo de ficciones que reclama ahora el espectador en España. Y se ha apostado, en general, por actores no conocidos, que dan más verdad al formato.SHANGAY ⇒ ¿Qué tal es el rodaje rodeado de tanta mujer?
ALBERTO VELASCO ⇒ Una maravilla, porque la energía femenina es muy poderosa. He tenido mucha suerte, son todas estupendas y generosas. Se ha creado algo muy bonito entre todo el elenco, estamos todos a favor de crear algo especial.
SHANGAY ⇒ Antes de que se estrenase ya estaba creado el prejuicio de que iba a ser la versión cutre española de Orange Is the New Black…
ALBERTO VELASCO ⇒ Era muy cansino leer ese tipo de comentario en las redes continuamente. Primero hay que ver las series y después juzgarlas. Orange es maravillosa, y es lógico que, dado su boom, se utilice como referencia principal; pero en las últimas dos décadas ha habido muchas más series carcelarias. Me encanta que haya gente que empezase a ver Vis a vis solo para ponerla a caldo y se haya acabado enganchando [risas].SHANGAY ⇒ ¿Tú te habrías enganchando a tu serie si no trabajaras en ella?
ALBERTO VELASCO ⇒ Sí, me engancho muy fácilmente a todo… Con Vis a vis nos está pasando que quedamos los actores y nos sorprendemos a nosotros mismos por cómo vemos los capítulos, en silencio, como si no supiéramos lo que va a pasar, enganchados. Que pase eso es magia.
“LA ATMÓSFERA LÉSBICA EN VIS A VIS VA IN CRESCENDO CAPÍTULO A CAPÍTULO”
SHANGAY ⇒ Durante mucho tiempo sucedía con las series españolas como con el cine español, que se las miraba por encima del hombro, con cierto desprecio. ¿Has notado el cambio de actitud radical que ha habido de un tiempo a esta parte en ese sentido?
ALBERTO VELASCO ⇒ Sí, y ha sido de la noche a la mañana, efectivamente. Antes las series eran las hermanas pobres de la ficción española, estaban muy denostadas. Es bonito que cambie la perspectiva del público ante lo que se está haciendo aquí. Aunque es una pena que te lo tengas que trabajar el doble para lograrlo.
SHANGAY ⇒ Las ficciones carcelarias siempre han estado abonadas a las tramas gays y lésbicas. De momento, Vis a vis no está siendo nada explícita…
ALBERTO VELASCO ⇒ No te puedo adelantar nada, solo diré que la atmósfera lésbica va in crescendo capítulo a capítulo. La relación de la protagonista con una amiga lesbiana quizá le haga plantearse cosas… Me parece interesante que se dé una visión de la sexualidad muy libre en la serie. No se recurre al cliché de que como la protagonista entra en una cárcel de mujeres va a tener que follar con mujeres. Sin los prejuicios y los clichés con que se vive fuera, Maca, la protagonista, comienza a evolucionar. Curiosamente, la opresión de la cárcel abre nuevos planos de libertad.SHANGAY ⇒ ¿Qué tal te llevas con tu personaje, Palacios, ese bonachón funcionario de prisiones al que interpretas?
ALBERTO VELASCO ⇒ Fenomenal. Porque es de los personajes que aportan un punto de luz entre tanta oscuridad. Empatiza tanto con las presas que lo pasa fatal. Es un pequeño héroe, sin grandes aspiraciones, un hombre tranquilo que está a favor de los demás.
SHANGAY⇒ ¿Cómo estás viviendo esta primera aproximación a la popularidad televisiva?
ALBERTO VELASCO ⇒ Estoy encantado, porque es algo que no había vivido nunca. Me hace mucha gracia cuando veo que alguien me reconoce y le dice al de al lado “Este es el gordito de la serie esa”, ni se acuerdan de mi nombre. La gente es muy descarada, y yo me río mucho.
¿Cómo lleva que la gente le llame ‘gordito’? ¿Y ser un sex symbol de la comunidad bear? Pasa página
SHANGAY ⇒ Desde que te diste a conocer has desafiado los prejuicios que mucha gente tiene hacia personas con un físico como el tuyo. ¿Lo haces como un desafío o para aprovechar lo que tienes a tu favor?
ALBERTO VELASCO ⇒ Una mezcla de todo. Yo lo pasé fatal de adolescente: hasta el punto de que adelgacé 40 kilos, no me reconocía en el espejo…, ni tengo fotos de aquella época. Luego entiendes que el problema es la relación que tienes con tu cuerpo, y el teatro me ha ayudado a quererme, a convertir ese ‘defecto social’, a ojos a de algunos, en una virtud, y a hacer de lo extraño algo hermoso. Soy gordito, sí, ¿por qué me va a sentar mal que me lo digan? Si es con cariño, no tengo ningún problema. Me gustan mis carnes, y tengo mucho que contar con ellas. Todos debemos convertir lo que nos hace distintos en nuestra seña de identidad.SHANGAY ⇒ Entre tus carnes y ese discurso es fácil de comprender por qué eres un icono de la comunidad bear…
ALBERTO VELASCO ⇒ [Se sonroja] No lo sabía. ¿De verdad? Mira, me pongo colorao… Como siempre estoy de gira, salgo poco por el ambiente. Y cuando lo hago en Madrid suelo ir al Fulanita de tal con mis amigas bolleras, que me hacen muy feliz [risas]. Del mundo oso no tengo ni idea, pero me hace mucha ilusión si gusto en él, claro. A mí es que me gusta estar con todo el mundo; debemos tener una actitud abierta y relacionarnos con cuanta más gente distinta, mejor, huir de los guetos, que son demasiado endogámicos y excluyentes.
SHANGAY ⇒ ¿Qué ha significado ¡Vaca!, espectáculo creado e interpretado por ti, en tu carrera?
ALBERTO VELASCO ⇒ Una revolución personal. Sabía que tenía la necesidad de contar ciertas cosas mías pero no sabía bien cómo. Con palabras veía que no funcionaba, hasta que vi que estaba todo en mi cuerpo. La pieza empezó a crecer como una bola de nieve, empezaron a lloverme premios y reconocimientos, y estuve representándola durante siete años. Me ayudó mucho a quererme a mí mismo, y a ayudar a otros a que se quisieran. Como ya he superado esa etapa (que me ha costado lo mío), ya no la quiero hacer más, a esa ‘vaca’ ya la he matado.
“TODOS DEBEMOS CONVERTIR LO QUE NOS HACE DISTINTOS EN NUESTRA SEÑA DE IDENTIDAD”
SHANGAY ⇒ Actor, bailarín, escritor, coreógrafo, director… No te cierras a nada dentro de tu profesión.
ALBERTO VELASCO ⇒ Todo lo que tiene relación con el mundo escénico me apasiona, y en cada parcela puedo contar cosas distintas. Me encanta que nadie se espere que un gordo baile bien. Ese factor sorpresa me apasiona. Bailo desde los catorce años [ahora tiene 31], y nunca dejo de aprender.
SHANGAY ⇒ Sigues en La casa de la Portera de Madrid con Cenizas, junto a Chevi Muraday, un espectáculo de danza brutal e inclasificable en donde os medís dos bailarines de altura, y que ha sido nominado a dos premios Max. ¿Qué supone para ti?
ALBERTO VELASCO ⇒ Un regalo de la vida. Hay una comunión muy grande entre Chevi y yo, y es un lujo compartir esta experiencia con él. Es imposible explicar qué es exactamente Cenizas, por eso recomiendo a la gente que venga a verla para descubrirlo. Es una pieza basada en las relaciones tóxicas, y es genial ver cómo cada uno proyecta su vida en lo que ve y le da una interpretación a nuestros personajes. Es lo primero grande que hice en Madrid [Alberto es de Valladolid] y es increíble que sigamos representándolo y que no deje de darnos alegrías.
Con Chevi Muraday
SHANGAY ⇒ ¿Tienes ahora pesadillas ambientadas en cárceles?
ALBERTO VELASCO ⇒ Qué va, no me he obsesionado tanto con la historia… todavía.