Nunca habríamos podido imaginar cuando escuchamos Cowboy Style en 1994 que Kylie Minogue terminaría, en 2018, calzándose botas vaqueras y yéndose a Memphis a canalizar a la Dolly Parton que supuestamente lleva dentro… Pues lo ha hecho.
18 años después de Don’t Tell Me de Madonna, Kylie toma un rumbo similar en el vídeo de Dancing, primer single de Golden. Y lo cierto es que cuesta horrores creérsela en esta nueva reencarnación. Sobre todo cuando se pone a bailar; ni el peor de los triunfitos se merece una coregrafía grupal como la suya, en la que queda muy en evidencia.
Aunque el problema de raíz es sin duda la canción, tan poco inspirada que no es digna de un single de arranque de Kylie. Porque si algo hemos apreciado siempre en los primeros singles de la Minogue es que son una auténtica celebración, cuya efervescencia es toda una seña de identidad.
Si Golden es un disco de ruptura –en donde la australiana se desahoga tras volver a la soltería–, parece que lo será también a nivel musical. Ojo, que hay que alabar a cualquier diva pop que se atreva a arriesgar y salir de su zona de confort. Pero, de momento, no podemos sino preocuparnos por la confusión que destila este inesperado retorno de la cowgirl Kylie.