Ramón Salazar y el ‘efecto 3 días’ de su película ‘La enfermedad del domingo’

Entrevistamos a Ramón Salazar, director de la espléndida película 'La enfermedad del domingo'.

Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

6 febrero, 2018
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La trayectoria de Ramón Salazar como director es de lo más personal, forjada únicamente con cuatro películas, espaciadas y muy mimadas. Cuatro años después de 10.000 noches en ninguna parte, y dieciséis después de su debut tras la cámara, Piedras, en esta ocasión apuesta por un drama seco, La enfermedad del domingo, que estrenará en el Festival de Cine de Berlín días antes de que llegue a las pantallas españolas.

Frente a la ‘coralidad’ de sus anteriores películas, en esta ocasión Ramón Salazar se la juega con únicamente dos actrices protagonistas. “Tenía tantas ganas de volver a trabajar con Susi, porque nos entendimos muy bien, que este proyecto surgió como un trabajo común”, explica Salazar. Porque el guion nació como un trabajo colaborativo entre actriz y director, algo nada habitual. “Lo que suele ser un trabajo que me obliga a estar solo, sentado delante del ordenador durante meses, se convirtió en un proceso muy distinto y fascinante, ha sido una delicia construir los personajes con su feedback.

Cuando llegó la hora de plantearse esta película –que como ocurrió con Piedras, participará en la Berlinale–, su recuerdo fue el que le impulsó a ir en una dirección nueva en su cine: la del drama desnudo. “Recordaba esa cosa melodramática que tenía Piedras, de ‘qué mala estoy y cuánto lloro’, y decidí que en esta película los personajes nunca dirían lo que realmente sentían. Que resultasen potentes por lo que no pueden decir y callan”.

Ramón Salazar y el ‘efecto 3 días’ de su película ‘La enfermedad del domingo’Susi Sánchez y Bárbara Lennie en La enfermedad del domingo.

 

Cuenta con dos aliadas de altura en esta aventura, las actrices Susi Sánchez y Bárbara Lennie, madre (Anabel) e hija (Chiara) que se reencuentran tras décadas separadas, con mucho que poner sobre la mesa y aclarar entre ellas, empezando por el abandono de la madre, que dejó a su familia siendo su hija pequeña. Lennie se incorpora al nutridísimo grupo de grandes actrices a las que ha dirigido Ramón, y está encantado de la experiencia. “Al principio no pensé en ella porque el personaje, en guion, tenía diez años más que Bárbara. Pero no me resistía a hacerle una prueba, y cuando la hizo, arrasó. El disfrute en rodaje fue total, con dos actrices de generaciones diferentes, con formas de trabajar y una manera de enfrentarse a sus personajes muy distintas. Y tenía que ecualizarlas para que llegaran a un fin común”.


“El disfrute en rodaje fue total, con dos actrices muy distintas a las que tenía que ecualizar para que llegaran a un fin común”


Gran parte de la película transcurre en un lugar aislado, en plena naturaleza, donde Chiara pide a su madre que la acompañe durante diez días. El rodaje en plena naturaleza fue para Salazar un lujo. “Cada día empezabas con las pilas muy cargadas, y sabías que solo ibas a trabajar con ellas dos, o con una sola. Nada que ver con los follones en los que siempre me había metido yo…”, dice entre risas.

Trabajó mano a mano con su director de fotografía, Ricardo de Gracia, para evitar que su realización resultase rutinaria. “No podía ser una película de plano-contraplano con dos mujeres hablando todo el rato. Porque además la resolución, para que entiendas todo lo que ha pasado antes, llega cuando quedan diez minutos para el final. Por eso cuidé tanto la puesta en escena, quería hacer también un dibujo emocional de los personajes a través de las distintas localizaciones”.

Ramón Salazar, que demuestra su versatilidad al escribir guiones como el de Tres metros sobre el cielo o dirigir series como la inminente Élite, tiene una debilidad especial por el drama cuando dirige. Que nos confiesa que tiene poco que ver con su gusto como espectador. “Soy más de comedia y cine de acción”, y se echa a reír. “Sobre todo cuando estoy haciendo una película como esta; no me gusta recrearme en nada que se parezca remotamente. Durante el rodaje casi no veo cine”.

Recuerda que el estreno de Moonlight le pilló rodando en Barcelona, y fue a verla. “No sé para qué, me pasé las dos horas pensando en mi película, y si la hubiera visto en otras circunstancias me habría encantado”. Cuando su madre –y fan número uno– vio La enfermedad del domingo en un pase privado, lo primero que le dijo a su hijo fue “pues no he llorado”. Ramón lo vio normal: “Acostumbrada a que en mis películas todo buscara emocionarte, de las actuaciones a la música, de repente le sorprendió la sequedad de esta. Me está pasando mucho: esta es mi película del ‘efecto tres días después’. A los tres días, quienes ya la han visto me llaman para decirme lo que les ha provocado, Susi Sánchez incluida”. Que se ha convertido en su actriz fetiche para interpretar a madres, siempre personajes clave en las películas que dirige. “Es que si no tienes ninguna idea para arrancar una historia, siempre pienso ‘una madre’. Y se te abre un mundo infinito y fascinante de posibilidades”.

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