Hace unos meses, el programa Mi casa es la tuya, presentado por Bertín Osbone, llevó a uno de los actores más reconocidos a nivel internacional de nuestro país, Antonio Banderas.
En casa del actor, Osborne y Banderas charlaron amistosamente sentados en un sofá sobre los primeros años de carrera del intérprete, que se desarrollaron a inicios de la década de los ochenta, en los albores de la movida madrileña. Una carrera marcada por su participación en las películas de Pedro Almodóvar. Durante la conversación, el actor comenzó a hablar sobre en el papel gay que interpretó para el manchego en su película La ley del deseo. En dicho film, Banderas encarnaba a Antonio, un chico homosexual que se enamora de un escritor que pasa por una crisis existencial (Eusebio Poncela).
El actor le confesó a Bertín que no fue fácil interpretar ese tipo personaje, y menos aún en aquella época. Recordaba cómo el público se escandalizaba ante las escenas de amor y sexo homosexual, un hecho que sin duda le hizo pensar y meditar sobre la visión de la homosexualidad. Antonio resaltó cómo el homoerotismo que ejercía su personaje indignaba y enfurecía a los espectadores, en cambio otras escenas de violencia que había en la película pasaban desapercibidas y no causaban ningún tipo de polémica. “En el cine, el crimen ha estado siempre aceptado, pero que dos personajes del mismo sexo se besen… ¡Cuidado!”, comentaba el actor. Esa situación le llevó a hacerse varias preguntas y le “abrió un mundo de reflexión”.
Le reconoció a Bertín que no estaba muy cómodo interpretando a ese personaje. “No me sentía cómodo porque yo también tenía que romper esos prejuicios. Tuve que romperme a mí mismo para poder acceder a esos mundos, para mí fue fundamental. Colgar los prejuicios en una percha…”, confesó. También explicó lo que supuso para su familia ese tipo de trabajos. A su madre no le gustaba en absoluto y se escandalizaba con ese tipo de personajes, pero con el paso del tiempo llegó a aceptarlo. Aparte de en La ley del deseo y Laberinto de pasiones, Banderas dio vida a otro personaje homosexual en la célebre Filadelfia de Jonathan Demme.
El programa de entrevistas de Antena 3, El árbol de tu vida, contó hace unos meses con Antonio Banderas como padrino de excepción. El espacio, presentado por Toñi Moreno, repasó la vida del actor malagueño a través de simpáticas anécdotas contadas por él y por algunos de sus seres más queridos.
Uno de sus grandes amigos, Imanol Arias, le sorprendió en plató. Desde hace años ambos actores conservan su amistad, Y así lo han demostrado repasando algunas divertidas batallitas, incluso una en la que compartieron calabozo.
Eran los primeros años 80, Antonio e Imanol estaban rodando Laberinto de pasiones con Pedro Almodóvar. Para aquella película, el protagonista de Cuéntame como pasó llevaba el pelo teñido de dos colores e iba maquillado al más puro estilo punk de la movida madrileña.
Los actores contaron que una noche después del rodaje salieron de fiesta al Rock-Ola, donde unos días antes Antonio había actuado con Joaquín Sabina. “Nada más llegar había una redada. Al salir del taxi y poner el pie en el suelo, hubo un policía que nos dijo: ‘El maricón y el otro p’aquí’. El maricón era yo, claro”, explicó Imanol. “Con el pelo pintado, pues maricón”, añadió Antonio.
La delirante historia se resolvió en comisaría. Los actores contaron cómo uno de los policías llamó al padre de Antonio, que también era policía. Desde el calabozo pudieron escuchar lo que el policía le comentaba por teléfono: “Pues sí, su hijo y él deben ser muy amigos, porque el otro chico es maric…, es muy raro. ¡Va pintao!”, concluía Imanol entre risas.