“Por supuesto que no, la homofobia es discriminar a alguien y esto va contra mis propias convicciones. Yo me he pasado toda la vida defendiendo a las minorías, porque además me siento minoría: minoría mujer en un ambiente machista, en el mundo académico. También minoría por mis ideas políticas, porque no caso con ningún partido político y no tengo carnet en ninguno. Siempre me he considerado en tierra de nadie”. Con estas declaraciones a El Confidencial, la jueza María Elósegui, próxima magistrada española del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, se defendía de la polémica que ha envuelto su nombramiento.
Entre otras cuestiones, la jueza aragonesa trataba de justificar, excusándonse en un malentendido, todos los comentarios homófobos que a lo largo de su carrera ha publicado en diferentes artículos relacionados con el mundo del Opus Dei. “Además, por una lucha entre partidos y por usarme a mí como un medio —porque yo aquí no soy nada, soy una marioneta en medio de un juego— se ha herido a un colectivo en el que tengo amigos, familia. Y encima cuando llevo muchos años luchando contra todo tipo de discriminaciones, incluidas las de orientación e identidad sexual y de género”, explica.
Numerosas peticiones para exigir la inhabilitación de la ‘jueza homófoba’
Dicho nombramiento provocó que la asociación DeFrente, junto a la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (FELGTB), realizase una petición a través de la organización Change para evitarlo, algo que no ha sentado muy bien a la jueza: “He sido votada por una asamblea parlamentaria y me debo a mis electores. Los periódicos, con todos mis respetos, no es el lugar en el que se vota. Se vota con los procedimientos formales, no se hace un juicio en paralelo. Eso no tiene ni pies ni cabeza”.