Probablemente ya lo hayas visto compartido en Facebook, Twitter, Instagram o WhatsApp. Probablemente en algún momento se te haya escapado una sonrisa al verlo. Incluso puede que hayas tenido la tentación de difundirlo con tus followers. Habrás pensado: “No pasa nada, solo es un vídeo en el que conductor de autobús cambia las marchas con un estilo personal y delicado…”.
Sin embargo, este viral –en apariencia inofensivo– está generando una nueva corriente de homofobia –más concretamente, de ‘plumofobia’–, en Internet contra un conductor del que todavía no conocemos su identidad ni procedencia.
Las redes sociales le han bautizado como ‘Piloto macho’ y no paran de hacer chistes y comentarios desagradables a costa de él y, por supuesto, de su pluma. Nosotros preferimos llamarlo ‘autobusero con pluma’, porque la pluma existe, es patrimonio de algunos gays y de algunos heteros, la tienen hombres y mujeres; y la pluma, al contrario de los que usan las redes sociales para juzgar y arremeter contra la diferencia, no hace daño a nadie.