Loles León está nerviosa. Sí, nerviosa. Ella misma lo confiesa ante este espectáculo que estrenó el pasado verano, en Granada, y que ahora llega a Madrid, en concreto al Teatro Fernán Gómez en el Centro Cultural de la Villa. “Salgo todos los días al escenario con miedo. Cuando me llamaron para ofrecerme este proyecto, ni lo dudé: dije un sí rotundo. Pero luego me entró el miedo. Ten en cuenta de que soy la responsable de que llegue el latido de Lorca a todos y cada uno de los que estáis en el público…”, nos dice en el mismo escenario en el que al día siguiente estrena ¡Oh Cuba! Y son esos latidos del poeta, que sufrió en primera persona la barbarie de una época en la que en nuestro país ser gay era motivo de escarnio, cuando no de muerte, los que Loles siente como propios. Le preguntamos por esa difícil comunión entre el mundo gay y el gitano: “Lorca, el mundo gitano, mundo gay, romancero gitano… gay por los cuatro costados todo… Y Lorca, él siempre él mismo. ¿Difícil? No, está muy bien adaptado”, nos responde.
Entre las maratonianas sesiones de los rodajes de La que se avecina y esta obra, Loles no tiene tiempo para mucho más: “Estoy entregada a La Menchu y a esto; pero estoy muy contenta, feliz”, afirma antes de lanzarse con uñas y dientes a defender a Menchu, su personaje en la serie de Mediaset: “Es una mujer luchadora y moderna que ha decidido vivir su vida y ser feliz, y no una maruja como dicen algunos”.
Sobre su difícil papel de Duende en ¡Oh Cuba! –una especie de maestra de ceremonias que tiene que trasladar al espectador, con sus palabras, la poesía de Lorca plasmada en escena por los músicos y los bailarines–, una obra en la que se cuenta la estancia de poeta en la isla caribeña en el año 1930, Loles León nos cuenta que se lo ha currado a destajo: “Soy muy perfeccionista y he trabajado mucho. Han sido tres meses de mesa y trabajo. Nunca había sido duende, lo tenía dentro, pero nunca lo había sacado”, asegura bromeando. Este papel es un cambio importante en su trayectoria: “Me mandaban muchos proyectos y a todos decía que no, y que no, y que no… En cuanto recibí este, como ya he dicho, ni lo dudé. El problema es que ahora solo quiero hacer cosas así, de este tipo… y claro, no hay muchas ofertas como esta. ¡A ver qué hago ahora!”.