Las ‘leyendas urbanas’ sobre los niños criados por familias homoparentales se basan en prejuicios homófobos que quieren limitar los derechos de las personas LGTB. ElDiario.es ha querido desmontar estos tópicos dando voz a personas que se han criado en este tipo de familias. Estos jóvenes se han enfrentado a comentarios sin sentido como “que serían rechazados en el colegio”, “tendrían problemas psicológicos” o “que también serían homosexuales”.
Seis chicos y chicas criados por lesbianas y gays desmienten en primera persona los argumentos contra los que se han enfrentado sus familias. Sushila, Gauri, Elena, Alejandro, Vasyl y Bruna fueron los entrevistados por ElDiario.es para romper los falsos mitos sobre las familias LGTB.
El rechazo que sufrirían los hijos de familias homoparentales es uno de los argumentos más comunes contra el colectivo LGTB. Los entrevistados lo desmienten en primera persona. “Los niños venían a mi casa a las fiestas de cumpleaños y lo entendían perfectamente: tienes dos madres, ya está”, contaba Bruna, una de las chicas entrevistadas. Sushila y Gauri, que son hermanas, contaban cómo sus compañeros de clase se pusieron de su lado cuando un profesor hizo un comentario ofensivo hacia las parejas LGTB. “De pequeña, los niños se meten contigo porque eres flaca, porque juegas al fútbol… Que mi madre fuera lesbiana les daba igual”, comentaba Elena.
Otro de los mitos más extendidos es que los hijos de padres LGTB también serán LGTB. No deja de ser un argumento sin ninguna base, ya que la gran mayoría de las personas homosexuales han sido criadas por padres heterosexuales y eso no ha afectado en absoluto a su orientación sexual. Como contaba Vasyl, “el hecho de tener dos padres o dos madres no tiene nada que ver con tu orientación sexual”. Alejandro, Sushila o Gauri se declaran claramente heterosexuales, pero como explicaba esta última, “te ayuda a tener una actitud más tolerante y una visión más abierta a la diversidad”. Otra de las entrevistadas, Elena, también heterosexual, lleva más de seis años con su pareja, y solamente Bruna no se identifica con la heteronormatividad.
Los problemas psicológicos que supuestamente podrían padecer los niños criados por familias homoparentales constituyen otro de los mitos más recurrentes. Los seis jóvenes entrevistados defienden que lo importante es que haya amor por parte de la familia, da igual que venga de dos padres o dos madres. También coinciden en que ser criado en una familia LGTB te hace mucho más tolerante en todos los aspectos, no solo en cuanto orientación sexual. “Saben lo que es que no te apoyen, por lo que quieren que sus hijos se desarrollen más emocionalmente para evitar que pasen por los mismos problemas que tuvieron ellas de niñas, de jóvenes o de adultas”, explicaba Elena.
Otro de los argumentos más comunes contra las familias homoparentales es que se elimina una figura paterna o materna, según el tipo de relación que sea, lo cual puede generar carencias en el niño. Los entrevistados también coinciden en que no es así. “A un niño pequeño no le importa que su padre sea gay mientras tenga amor y cariño”, explicaba en la entrevista Alejandro, criado en una familia monoparental gay. Como explicaba Gauri, “existen muchos modelos de familia y no en todos hay un padre y una madre: padres solteros, viudos, niños a los que crían los abuelos. Lo importante es que haya amor…”.
Romper estos estereotipos homófobos es muy importante para normalizar a las familias LGTB porque limitan la libertad del colectivo LGTB para formar una familia. Por eso resulta tan importante visibilizar los casos de personas criadas por familias homoparentales.