La circuncisión es una práctica quirúrgica (en ocasiones, dependiendo de la cultura, también un ritual) en el que se extrae circularmente una porción del prepucio del pene. Esta intervención, que presume de ser una de las más antiguas del mundo, es también uno de los procedimientos que más habitualmente se realizan en la práctica clínica. Según la OMS, se estima que un tercio de los hombres del mundo están circuncidados (un 70% de ellos musulmanes). Además, es un procedimiento que habitualmente se realiza en la infancia, aunque no exclusivamente, y cuya práctica no dura mucho más de media hora. En el caso de España, es una práctica mucho más rara, ya que no se suele realizar por motivos culturales, por lo que se estima que en nuestras fronteras el porcentaje de hombres circuncidados no llega al 2%, siendo uno de los territorios donde menos se practica.
Pero, ¿qué ventajas y desventajas puede tener un hombre al someterse a este proceso?
Algunas de las ventajas serían, en primer lugar, la mayor higienización del pene y la prevención de infecciones del tracto urinario, puede ayudar a reducir el riesgo de transmisión de algunas ITS (infecciones de transmisión sexual); el pene, y concretamente el glande, pueden verse más grandes al liberarse del frenillo, y también se podría incrementar el rendimiento sexual (retraso en la eyaculación y encuentros sexuales más prolongados). Por otro lado, en cuanto a los inconvenientes, aunque son pocos, sí que es posible que se dé una disminución en la sensibilidad del glande, al estar descubierto, las infecciones pueden llegar a ser más molestas, la colocación del preservativo puede ser algo más incómoda y, en casos extremos, pueden aparecer lesiones o hemorragias, aunque hay pocos casos registrados.
Una de las preguntas más frecuentes sobre este tema es si la circuncisión afecta al placer sexual del hombre. Pues bien, parece ser que sí, aunque no de una forma negativa. Hay que tener en cuenta que la sensibilidad de este órgano cambia completamente debido a la intervención, por lo que más que de “afectar” podemos hablar sobre que el placer sexual se “modifica” en cierto modo. A pesar de ello, habrá que aprender a familiarizarnos de nuevo con nuestro miembro, a experimentar con él, a aceptarlo y a no caer en la frustración, ya que con el tiempo volveremos a encontrarnos cómodos con nuestra sexualidad… ¡y quién sabe si más cómodos que antes!