No es necesario ser madrileño de nacimiento para sentir un cariño especial por la capital española. Si no que se lo digan a Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, Ciudad Real) y Raphael (Linares, Jaén). El prestigioso director de cine manchego y el legendario cantante jienense han sido nombrados hijos adoptivos de la ciudad de Madrid en una ceremonia presidida por la alcaldesa, Manuela Carmena. El motivo de este nombramiento reside en la vinculación de sus extraordinarias obras artísticas con la ciudad.
Para Almodóvar, Madrid siempre será la ciudad de la libertad. Una ciudad que le acogió con los brazos abiertos y le permitió desarrollar su talento. Es por esto que Madrid es un escenario recurrente en los films del director. Mujeres al borde de un ataque de nervios o La flor de mi secreto nos muestran una visión colorida y vivaz de la capital.
Manuela Carmena, consciente del bien que hizo Madrid a Almodóvar (y viceversa), agradeció al director no haber realizado cine francés o haberse instalado en Estados Unidos para continuar su carrera.
Por su parte, Raphael siempre consideró Madrid como su ciudad talismán, y agradece enormemente a la alcaldesa el honor de este título. “Todo lo más importante, excepto mi nacimiento, ha ocurrido aquí. Natalia, mi mujer; mis hijos, nietos… Todos son de Madrid”, señalaba, añadiendo que fue en la capital donde firmó su primer contrato y rodó su primera película.
“Si Raphael deseaba ser hijo adoptivo, más lo deseábamos en este Ayuntamiento”, comentaba alegremente la alcaldesa, que calificaba al cantante de “icono internacional de la canción”.
Entre los invitados se encontraban personalidades que también deben a Madrid gran parte de su carrera, como Penélope Cruz, Topacio Fresh, Hugo Silva, Marisa Paredes o Carmen Machi. Todos ellos quisieron acompañar a estos nuevos hijos adoptivos de Madrid, que pasan a ser los nuevos ‘hermanos’ de otras personalidades que también recibieron esta consideración, como el rey Juan Carlos I o el tenista Rafa Nadal.