Un grupo de alumnos LGTB del Instituto Católico de Administración y Dirección de Empresas (ICADE) llamado Y si fueras tú organizó el pasado 11 de abril una charla sobre “desarrollo profesional e integración de la diversidad sexual”, que no pretendía ser más que un acercamiento entre el colectivo LGTB y la Iglesia. La ponencia (amparada por el rectorado de la Universidad de Comillas, de los jesuitas, a la que pertenece ICADE), no fue bien recibida por una pequeña parte de los alumnos, que intentaron rebatir los argumentos del colectivo sobre integración e igualdad.
Un alumno anónimo de la universidad mandaba un comunicado en el que mostraba el descontento del alumnado general con la charla. Siguiendo una serie de argumentos extraídos, según él, de las Sagradas Escrituras, en la carta se rechazaban conceptos como matrimonio homosexual y se condenaban actos como el cambio de sexo.
“Me parece aberrante que se celebren charlas en las que el punto de partida es la consagración del matrimonio homosexual, desde el cual se deben alcanzar otros objetivos perseguidos por el colectivo LGTB, además de defender el cambio de sexo en personas transexuales”, dejaba claro el alumno (de identidad desconocida) en su carta.
En el escrito también asegura que no tiene nada en contra de la homosexualidad o transexualidad, y que el lema que predijo Jesucristo fue “amaos los unos a los otros”. Algo curioso, pues este alumno de ICADE parece tener la idea de que el colectivo LGTB solo es respetable cuando no se reivindiquen derechos fundamentales, como tener la posibilidad de casarte con la persona a la que ames o accesibilidad a tu verdadera identidad sexual.
No es la primera vez que el alumnado de este centro se opone a una charla sobre diversidad sexual y tolerancia. Hace unas semanas la Vicerrectora de Servicios a la Comunidad Universitaria y de Estudiantes, Ana García-Mina, organizó una ponencia con una asociación LGTB para tratar temas como el matrimonio homosexual o la identidad de género. Un sector de los alumnos se movilizó entonces para “preservar el buen nombre de la universidad”, intentando cancelar las jornadas que, finalmente, se pudieron realizar ante la inistencia del rectorado. Esto provoció la consabida indignación de algunos medios de comunicación radicales, que aseguran estar en posesión de la verdad y se autoerigen como únicos garantes de la fe católica, que incendian las redes, haciendo ruido mediático, atacando a dicha universidad por dar este paso. Medios que, por otro lado, están desautorizados hasta por la conferencia episcopal.
Aunque entonces hubo algunas protestas (algunos alumnos tildaron los argumentos expuestos de inapropiados, hirientes y contrarios al dogma de la Iglesia, intentando hacer mucho ruido con el apoyo de esos medios), dichas jornadas (cuyo fin «era visibilizar y normalizar el colectivo LGTB en ambientes conservadores y tradicionales como ICADE” y dar a conocer en esos círculos algunos aspectos sobre la diversidad sexual) pudieron salir adelante gracias al apoyo del recortado de la Universidad de Comillas. Ideas como que la identidad de género se va construyendo a partir de los 4 años o que es necesaria la existencia de baños mixtos fueron especialmente atacadas. Otro caso más de rechazo a la diversidad y tolerancia por parte de un sector de la juventud, algo especialmente preocupante.