¿Degeneración?, ¿decadencia? La colosal industria pornográfica se desarrolla en base a la demanda que presenta una sociedad, pero… ¿qué pasa cuando esa demanda excede ciertos límites éticos o morales?
Recientemente ha salido a la luz que una nueva tendencia de consumo pornográfico está ganando una popularidad sin precedentes: el porno de personas refugiadas. Sorprende en concreto el caso de Alemania, país que ha aceptado en sus fronteras a más de un millón de estas personas, donde también parece tenerse cierta predisposición a búsquedas en web pornográficas tales como ‘hijab porn’ o ‘refugee porn’. Hay que enfatizar que muchas de estas escenas reflejan dinámicas de no consentimiento y fantasean con la violación, lo que lamentablemente representa la xenofobia y misoginia en su estado más puro. Dada la creciente demanda de este tipo de contenidos, muchos estudios han incorporado en su web este tipo de material para satisfacer esta ‘necesidad’ que empiezan a presentar muchos hombres heterosexuales.
Por otro lado, esto también ha conseguido que muchas personas refugiadas, mujeres en mayor proporción, hayan empezado a desarrollarse laboralmente en esta industria. Parece que el refugee porn no se trataría tanto de un juego de roles –como en muchas otras categorías pornográficas- sino que muchas de ellas sí que son refugiadas efectivamente.
Expertos que comienzan a dar su opinión personal al respecto, afirman que la población alemana pide consumir este tipo de material por el deseo de ver a las propias personas refugiadas en situación de humillación, donde tendría especial protagonismo otro importante componente: el juego de poder. Es decir, admirar y regocijarse en la ‘aparente’ superioridad de una clase social frente a otra. Puesto que las personas refugiadas tienen una desventaja económica importante, este tipo de consumo no estaría basado en el respeto o el placer, sino que más bien en la fantasía de la dominación y el desprecio. En la siguiente gráfica puede observarse un análisis de las búsquedas de este contenido en el país germano durante la última semana.
Desgraciadamente, esta tendencia está expandiéndose a nivel mundial. Por ejemplo, en Estados Unidos las búsquedas en Google de ‘refugee porn’ están incrementándose exponencialmente. Parece que en España vivimos una situación similar, ya que desde finales del pasado marzo los picos de búsqueda del citado término son bastante pronunciados.
Esta no es precisamente la mejor forma de dar la bienvenida a personas refugiadas.