Hace justo diez años, una jovencísima Tara McDonald ponía voz a Delirious, uno de los temas que elevarían a David Guetta al estrellato de la música internacional con su álbum Pop Life. En el vídeo, el DJ francés le iba a otorgar a la británica gran parte del protagonismo, un hito sin precedentes que cambiaría la forma de encarar su carrera y de paso, rompería una lanza a favor de las vocalistas, esas grandes obviadas en el éxito de la escena electrónica. “Es verdad que le rogué un poco, pero me concedió ese regalo justo antes de Navidad, aun sabiendo que a partir de ahí iba a tener problemas con Chris Willis [risas]. Y no tenía necesidad de portarse así de bien, no todos los hacen, no siempre he sido tratada de forma justa”, recuerda McDonald, que ha compuesto canciones y colaborado con artistas de la talla de Axwell, Dj Snake, Afrojack, Thomas Gold o Kaskade. Pese a lo que pueda parecer, no guarda rencor a ninguno de los agentes de la industria; mantenerse toda esta década en un segundo plano ha sido incluso terapéutico: “Siempre he creído muy poco en mí, así que todos mis featurings los he visto como una oportunidad para hacer música sin tener que soportar la crítica. Me han abierto puertas y casi siempre me han hecho partícipe del éxito. Al fin y al cabo, las canciones estaban escritas por mí”.
Durante toda esta conversación, McDonald desprende la ilusión de una recién llegada al mundillo. Y en parte es lógico, porque su visita a España trae consigo la presentación de su primer trabajo en solitario, con la responsabilidad y vértigo que para ella supone. “Estoy muy asustada… Pero siento como si me hubiese tocado la lotería, porque tener una nueva oportunidad de hacer música es un regalo. De todas maneras, aunque tenga miedo, si no lo intento me arrepentiré toda mi vida”, afirma. Su primer single, Taxxxi, huye en parte de esa melodía dance discotequera que la ha caracterizado hacia sonidos más ochenteros: “Es totalmente diferente. Quería hacer algo fresco que supusiese un reto, y con lo que bailar durante días en un club hasta la muerte. Siempre me he fijado en la Madonna de los 80, Bananarama… Es una canción que habla de pasarlo bien en todos los sentidos, sencilla de entender”.
De hecho, confiesa que estaba escrita para otro artista, por lo que “ni siquiera estaba preocupada por si había algo que yo no quería decir o por cómo la juzgarían. Pero cuando la escuché terminada, le dije a mi mánager que me la quedaba”. Ya habíamos visto a la británica experimentar en Love Me, su primera incursión en un mundo latino que la fascina –“Amo el reguetón, ojalá me quedase un poco más en España para que saliésemos por la noche”– de la mano de Juan Magán, una osada experiencia que ya evidenciaba la efervescencia de los ritmos urbanos y la fusión de estilos e idiomas. “Me creo muy moderna, porque lo hicimos hace dos años antes de que todo el mundo quisiese hacer un tema con J Balvin o Maluma”, asegura entre carcajadas.
Volviendo a Taxxxi, mención especial merece el videoclip y su protagonista, el modelo gay francés Clément Grobotek, que esconde una historia que trasciende más allá de lo que fácilmente se aprecia en pantalla. “¿Cómo de bueno está? Es de la generación que jamás ha tenido novia y vive su homosexualidad con naturalidad. Yo he sido la primera mujer que ha besado, moríos de envidia que le he pagado para ello… [risas]”. El joven se convirtió en noticia por sufrir una agresión homófoba, un fenómeno viral en redes sociales que compartió desde el hospital: “Uno de mis mejores amigos es gay y vive en París, me llamó para contarme que había descubierto por qué lo había elegido, pero yo no tenía ni idea”.
Las casualidades no existen, el hecho demuestra el potente magnetismo y la necesidad que Tara tiene de expresar su activismo en cada uno de sus trabajos. “Ahora también soy vegana, he tirado mis sofás de piel”. Y su conexión con el público gay trasciende más allá de sus letras: “Siempre he creído que tenía que alzar la voz a través de la música contra las injusticias. El colectivo LGTB es casi toda mi vida, hasta mi peluquera es trans. Para mí, como mujer hetero, la vida es tan fácil que qué menos que ayudar. No somos conscientes de la libertad que tenemos hasta que la perdemos”.