Pan, vino, agua bendita y cánticos espirituales es lo que cabe esperar de una reunión cofrade. O al menos es lo primero que viene a la mente cuando hablan de evento religioso para recaudar fondos. La Hermandad Dominicana de Salamanca celebraba una comida para sus fieles seguidores. La reunión tenía lugar en el sótano de la Casa de la Iglesia, sede del obispado de la ciudad, y aunque sí que hubo vino (y mucho), pocas canciones de misa sonaron. Sin embargo, sí que se pudieron escuchar hits veraniegos como Lo malo (2018) o Despacito (2017).
Nada tiene de especial, dos cofrades que bailan Lo malo…, pero si uno de ellos decide desnudarse a ritmo de Aitana War y hacer un striptease digno de Magic Mike XXL, puede haber consecuencias.
La transformación en gogó del cofrade en una de las salas de la Diócesis de Salamanca fue grabada con varios móviles y difundida en las redes sociales: (des)ventajas de vivir en el siglo XXI. El escándalo no tardó en hacerse viral y, ante tal situación, el hermano mayor de la cofradía, José Fernando Iglesias, dimitió. Lo hizo a través de un comunicado en el que lamentaba lo ocurrido y lo calificaba como una “conducta inaceptable”.
El obispado ha aceptado la renuncia presentada por el hermano mayor, y ha creado un equipo de comisarios para que lleven los pantalones de la organización porque, visto lo visto, algunos no pueden evitar quitárselos.