Carlos Radriguez es un ilustrador méxicano que destaca por retratar la belleza masculina gay en estado salvaje. La web GayStarNews le ha entrevistado y así hemos descubierto su arte homoerótico, una auténtica delicia para los osos.
Radríguez es gay, tiene 37 años, nació y creció en un pequeño pueblecito de San Luis Potosí, aunque desde hace años reside en Ciudad de México.
Su pasión por la ilustración llegó desde bien pequeño, sus padres eran maestros y en su casa siempre había pinturas y material escolar. “Comencé a dibujar: animales salvajes y casas. Los penes vinieron después”.
Estudió diseño gráfico y, tras graduarse, llegó a Ciudad de México buscando “trabajo, chicos y aventuras”. Los encontró. Cuando le despidieron de su último trabajo, empezó a vender ropa interior pintada y cuadernos personalizados que ilustraban fantasías sexuales.
Gracias a Instagram la gente empezó a interesarse por su trabajo. Aunque también ha tenido que luchar contra la feroz censura de la red social: «Ha cerrado mis cuentas cinco veces porque decían que mis dibujos eran ofensivos».
“La obsesión por el pene, la anatomía masculina y la positividad corporal” han sido las claves de su éxito artístico en los dos últimos años. Las figuras de osos con pollas erectas, barrigas, vello facial y corporal, cabezas calvas y grandes narices forman parte de su seña de identidad. «Me preguntan mucho sobre el significado de las narices rosas en mis dibujos. La respuesta es fácil: es una yuxtaposición de un gran pene en la cara».
Asimismo es muy recurrente Sailor, un personaje fijo en muchas obras de su arte homoerótico.
También hace piezas por encargo. La realidad es que el caché de Radriguez está empezando a crecer y ya ha realizado varias exposiciones; así que si quieres tener un Radriguez original es el momento perfecto porque, como él avisa, “todavía soy asequible”.
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