Qué importante es todavía en 2018 que haya iniciativas como los Juegos del Orgullo, un torneo multideportivo que desde hace una década viene celebrando la diversidad y defensa de los derechos LGTB dentro del ámbito deportivo. Este año, se celebrarán entre el 8 y el 10 de junio en Madrid, e incluirá un total de 6 disciplinas (voleibol, voleiplaya, fútbol 7, pádel, natación y senderismo con gymkana por el parque de El Retiro incluida) donde intervendrán cientos de participantes independientemente de su orientación sexual o identidad de género.
En 2016, GMadrid Sports, club deportivo encargado de la organización, instauró la figura del embajador para reconocer la impagable labor de personas que trabajan por el colectivo LGTB en un mundo con visibilidad reducida. Después del waterpolista Víctor Gutiérrez y la periodista Paloma del Río, será el turno de la jugadora de bádminton Beatriz Corrales, que no oculta el “honor y placer de poder contribuir a este tipo de iniciativas, más aún cuando se generan de forma altruista a gracias a la buena voluntad de las personas”.
La madrileña, campeona de España en 2016, destaca que la esencia de los Juegos del Orgullo “no es tanto la visibilidad, sino seguir luchando por la igualdad, que es lo que realmente se pretende en el mes del Orgullo. Solo se busca el respeto mutuo y que cada uno sea libre de estar con quien quiera estar”. A ello contribuirán, un año más, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, y Shangay, entre otros patrocinadores. Un evento que ya es todo un referente en la capital, que recibe a participantes de todo el mundo bajo la bandera arcoíris y que rechaza cualquier tipo de discriminación. Si se echa la vista atrás, hay un camino recorrido muy importante, pero un terreno aún por abonar: “Menos mal que estamos evolucionando y creo que cada vez hay menos etiquetas”, subraya Corrales.
La importancia de esta iniciativa aumenta al constatar que el deporte español sigue arrastrando tabúes relacionados con la homosexualidad, lo que provoca que haya ausencia de referentes visibles. “No me centraría en las ausencias, sino en los que sí han dado un paso adelante, como los que han organizado los Juegos del Orgullo. Han de ser aplaudidas por tener esa valentía de querer luchar por la igualdad y que todo el mundo pueda vivir feliz y tranquilo”. Aun así, Corrales reconoce que “sigue habiendo ese miedo a abrirse, y a expresar lo que se siente y cómo se siente. Suena muy idílico, pero el mundo es amor, y si dentro del colectivo LGTB no se puede vivir libremente no vamos a ningún lado”.
Más info en www.juegosdelorgullo.com