Días antes de la inauguración de una gran exposición retrospectiva sobre la obra de Antoni Miró en Valencia, unas esculturas suyas realizadas hace diez años han provocado la indignación de algunos ciudadanos, que han exigido su retirada.
Se trata de un conjunto de 12 planchas metálicas que han sido colocadas en diferentes puntos de la Marina de Valencia. En ellas se representan diferentes momentos del acto sexual, tal y como se hacía en la cerámica griega hace más de 2.500 años. Estas piezas serán trasladadas el día 25 de septiembre a un gran espacio cultural, donde se exhibirán más de 150 obras del artista alicantino. El comisario de la exposición, Fernando Castro, se encuentra sorprendido ante las críticas y asegura que «parece que preocupa más el erotismo que la corrupción o el terrorismo”.
Vicente Morro, delegado del Foro Familia, asegura que dichas esculturas pueden vulnerar la Ley del Menor y pide de inmediato la retirada de las mismas. A lo que el artista contesta que a los niños se les utiliza «como una excusa», y que realmente a quien molestan es a “algunos padres que están un poco atrasados». Entre los vecinos hay división de opiniones; algunos creen que, más que contenido pornográfico, tienen un carácter meditativo y espiritual, pero otros dicen que no resulta agradable pasear viendo dichas escenas.
El escultor se encuentra impactado por la polémica y asegura que “la mayoría de la gente lo ve normal, hay más opiniones favorables que en contra».
El conflicto está servido. Donde unos ven provocación y pornografía, otros ven arte y naturalidad… Y tú, ¿cómo lo ves?