James Costos, exembajador de Estados Unidos en España, es conocido por su labor a favor de los derechos LGBTI durante su estancia en nuestro país. El diplomático presentó su nuevo libro, El amigo americano, el pasado miércoles en el hotel Las Letras, en la Gran Vía de Madrid.
Realmente, el día anterior había sido la presentación general, a todos los medios. Pero ese miércoles fue especial para él, porque se trataba de un acto más íntimo, en el que recibió un homenaje por su activismo. En el libro trata los detalles de la etapa en la que ejerció como representante de los Estados Unidos en nuestro país.
Costos fue nombrado embajador de España y Andorra por el expresidente Barack Obama en el año 2013, y ocupó el cargo hasta 2017, cuando Donald Trump ascendió al poder. Costos se crio en Massachusetts y, antes de convertirse en embajador, era un alto ejecutivo de HBO.
El acto tuvo formato de entrevista, y fue realizada por Manuel Rodenas, abogado y activista LBGTI. El diplomático comentó el privilegio que le supuso ser ‘el hombre de Obama’ en España.
Él y su pareja, el decorador Michael Smith, son grandes admiradores de nuestro país desde entonces, y suelen pasar sus vacaciones en Mallorca. Fue gracias a la labor de Smith en la Casa Blanca, donde cambió parte de la decoración, por la que James pudo conocer al entonces presidente de Estados Unidos… “Gracias a mi gran amistad con Obama pude comenzar mi carrera como político activista”, dijo a Ródenas.
Durante el tiempo que ocupó el cargo de embajador, Costos luchó por los derechos LGBTI: “Sí, soy un diplomático gay, pero soy un diplomático”, aseguró. Se convirtió en un gran referente para la comunidad, y contribuyó en la inclusión del colectivo en la sociedad. Sus numerosas fiestas y recepciones en la embajada cambiaron la mentalidad que imperaba hasta ese momento, y se convirtieron en un referente del nuevo modelo diplomático al que todo el mundo deseaba asistir.
Además, contó cómo él mismo vivió su salida del armario: «Aunque sabía que mis padres me querían, no salí del armario hasta los veinte años, porque vivía en una pequeña ciudad y tenía miedo”.
James se mostró inspirador, entusiasta, alegre y cercano. Según su opinión, «un buen diplomático debe tener en cuenta la variedad de opiniones y poder sentarse a la mesa con cualquier tipo de persona. La inclusión y la diversidad son valores que priman en España, y que deben seguir cuidándose y manteniéndose».
Gracias a James Costos, la comunidad LGBTI es hoy un poco más libre, un poco más visible en un terreno en el que hasta ese momento no se habían dado pasos significativos.
Al finalizar el acto, el embajador recibió una sorpresa, una tarta muy LGTBI con la bandera del arcoíris. Colofón para un homenaje a quien rompió moldes en el cuerpo diplomático estadounidense en España. Manuel Ródenas y su marido, Javier Gómez, fueron los encargados de dársela.