Que la homosexualidad en el fútbol es un tema tabú lo sabe todo el mundo. Bueno, el mundo del deporte es así en general. Son muchos los años que han pasado y muchos los medios que han intentado sacar (sin suerte) casos y declaraciones concretas.
Pero ojo. Esto no solo lo decimos nosotros. También lo afirman sin tapujos futbolistas de Primera División. Antoine Griezmann, delantero del Atlético de Madrid, declaró en una entrevista que «hay futbolistas que no salen del armario por miedo».
Vamos a hacer un ejercicio de lógica. En nuestras competiciones de fútbol hay más de diez mil jugadores, según se dice en un artículo de El País. ¿Es estadísticamente probable que no haya una sola persona que no sea heterosexual? El presidente del Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia dice rotundamente que no es posible.
Solo tenemos tres opciones. Que no haya homosexuales o bisexuales (algo difícil); que los haya y prefieran no decir nada; o que directamente no les dejen decir nada. ¿Cuál es el problema? Que hay mucho dinero en juego.
Contratos publicitarios, venta de camisetas, entradas, seguidores en redes sociales… Los futbolistas tienen que tener una imagen similar al ‘superhombre‘. Macho, duro, fuerte… Y el gran prejuicio de la sociedad es que un homosexual no puede ser nada de esto.
Pero bueno. Esto se extiende también a la BundesLiga (Alemania) y la Premier League (Inglaterra). Y como dicen las abuelas… mal de muchos, consuelo de tontos. De hecho, en ninguna de las tres competiciones hay un solo homosexual declarado.
Es muy triste que estas personas no puedan (o no quieran) salir del armario. Por presiones, por el qué dirán, por la que se puede armar fuera o por los problemas que puedan tener. ¿De verdad piensan que esa fama que tienen se puede venir abajo solo por su orientación sexual?
A pesar de todo, deberíamos mirar todo esto con perspectiva. Desde el otro lado. Si una figura del fútbol adorada y respetada compartiese su homosexualidad es más que probable que sus seguidores normalizasen cualquier orientación sexual.
Es más, poco a poco se podría conseguir que dentro de los estadios se dejase de utilizar «maricón» como un insulto. Era más que común escuchar expresiones como: «Vete a que el moro te dé por culo», dirigidas a Cristiano Ronaldo. Tolerancia y empatía.