Durante la lectura del pasado miércoles en la Iglesia de St. Martin-in-TheFields (Trafalgar Square, Londres), el arzobispo protagonizó uno de los momentos más polémicos de su misa cuando uno de los asistentes le preguntó sobre el género de Dios. A esto, Justin Welby, actual arzobispo respondió que «Dios no es hombre ni mujer», según los tiempo en los que vivimos.
Pero las intervenciones del que es la cabeza de la iglesia anglicana no han quedado ahí. El año pasado, aseguró que los niños que usaban vestido para ir a la escuela «no se convertían en un problema», y explicó que «todo lenguaje humano sobre Dios es inadecuado y, hasta cierto punto, metafórico». “Dios no es un padre exactamente de la misma manera que un ser humano es un padre. Dios no es hombre ni mujer. Dios no es definible”, continuó el arzobispo.
“Como cristianos, es extraordinariamente importante que recordemos que la revelación definitiva de quién es Dios no estaba en las palabras, sino en la palabra de Dios, al que llamamos Jesucristo. No podemos precisar a Dios».
Todas estas afirmaciones de Welby nos hacen preguntarnos lo siguiente: ¿Tiene Dios género neutro en el cristianismo?
Tanto la Iglesia protestante como la católica ya aprueban esta forma neutral de ver a Dios. De hecho, en los Artículos de Religión de la Iglesia de Inglaterra, un documento que se remonta a 1562, se definió a Dios como «sin cuerpo, partes o pasiones». Esta descripción presenta a Dios como un ser neutro en cuanto al género, así como sin sexualidad, de una manera uniforme y positiva, y continúa en la misma oración para alabar la «sabiduría y bondad» de la deidad.
El catecismo de la Iglesia católica declara que Dios puede compararse con un padre o una madre, pero tampoco se debe ver literalmente como un ser. «La ternura de los padres de Dios también puede expresarse por la imagen de la maternidad», se lee, antes de advertir que «los padres humanos son falibles y pueden desfigurar el rostro de la paternidad y la maternidad».
“Por lo tanto, debemos recordar que Dios va más allá de la distinción humana entre los sexos. No es hombre ni mujer: es Dios«. «Nadie es Padre como Dios es Padre».
Uno de los ejemplos más destacados en este terreno, viene de la mano de los suecos. El año pasado, la Iglesia de Suecia aconsejó a su clero que dejara de referirse a Dios con pronombres masculinos. La Iglesia nacional del país, una de las sedes evangélicas luteranas, hizo el cambio como parte de un esfuerzo de modernización que instó a los líderes a abandonar identificadores masculinos como «él», «padre» y «el Señor». En lugar de usar la frase «el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo» durante los servicios religiosos, se instó al clero a decir: «Dios y la Santísima Trinidad».
Ariana Grande también ha querido posicionarse en esta situación. De hecho, abordó el desequilibrio de género en la forma en que muchas religiones ven a Dios como hombre. Es por eso que lanzó God Is A Woman, a principios de este año, con un vídeo en el que Madonna interpretaba el papel de Dios.