Vamos a hacer un ejercicio de reflexión. Si os dijeran que alguien quiere «limpiar las calles» de personas LGTBI… ¿en qué época pensáis? Puede que os equivoquéis, puede que estéis en lo cierto. No son palabras de un mandatario político trasnochado. De hecho, estas declaraciones salen de un estadounidense de 18 años.
Es así. En pleno 2018 todavía tenemos que escuchas estas auténticas barbaridades. Sin embargo, lo que debería preocuparnos es que resulta más habitual de lo que pensamos. Día a día existen amenazas de este tipo en todas partes. Sí, agresiones por intentar ser felices.
“Te he visto en Byrnes y también sé que tú y tu grupo de amigos sois parte de la comunidad LGTB, a la cual odio. Por lo que planeo bombardear y disparar en tu escuela hoy para limpiar a todos aquellos que no sean heterosexuales o cristianos”, escribió el agresor en su cuenta de Twitter.
Pero no fue lo único que hizo. También se preocupó de escribir mensajes privados a algunos de sus objetivos. A este individuo le daba igual que fuera un gay, una lesbiana, un bisexual o un transexual. Todo lo que se saliese de sus esquemas mentales era un posible blanco.
“La gran limpieza de todos los antiheterosexuales y no cristianos sucederá hoy a las 8:10 en la preparatoria James F. Byrnes”, indicó el joven de 18 años en un tuit que, por otra parte, ya no aparece en sus redes.
Un empleado de la escuela tuvo conocimiento de estos mensajes cuando ciertos alumnos se acercaron a comunicárselo. No dudó en alertar a la policía (y más sabiendo los acontecimientos vividos en Estados Unidos).
Las autoridades rastrearon la dirección IP para ver desde dónde se habían escrito estos peligrosos mensajes. La policía ejecutó una registro en la casa de Radford. Este luego admitió haber escrito las amenazas una vez fue confiscado su teléfono.
Esta vez, las cosas no han terminado mal.