Quizás existían motivos más que suficientes por los que urgía propiciar la conexión entre Torremolinos y Agoney Hernández… Acompañamos al cantante en su primera vez por uno de los escenarios imprescindibles para entender el turismo LGTBI en España.
Quizás pocos lo sepan, pero la ciudad malagueña es la cuna del turismo LGTBI en España y un oasis indiscutible de la escena arcoíris. Quizás Agoney no solo es uno de los cantantes más prometedores del panorama nacional, también un ejemplo para las nuevas generaciones, tan faltas de referentes, que, al igual que él, se reivindiquen como gays con total naturalidad. Quizás Torremolinos y Agoney estaban destinados a cruzarse… y no hemos hecho más que acelerar el momento. Quizás, quizás, quizás.
Escondido bajo ropa cómoda y una gorra, Agoney nos espera en la estación María Zambrano de Málaga. Se camufla a la perfección entre el resto de pasajeros y nadie repara en él; probablemente ese era su propósito: objetivo cumplido. Incluso a nosotros, que vamos a su encuentro, nos cuesta localizarle de un primer vistazo. Solo la maleta de desproporcionadas dimensiones que reposa a su lado nos da la clave. “La gente con la que voy la llama el sarcófago”, nos confesará más tarde.
Le saludamos y se asoma tras la visera. No racanea en dedicarnos su sonrisa más espléndida, casi del tamaño del sarcófago, aunque su mirada parece cansada. Normal, ha vivido un año frenético desde que salió de la Academia de Operación Triunfo 2017. De aquí para allá entre viajes, conciertos, promos… El cuerpo le reclama descanso y, además, este es su último día de trabajo antes de tomarse unas mini vacaciones con su familia en Adeje (Tenerife). Podríamos decir que, para él, hoy es víspera de festivo.
En el taxi dirección a Torremolinos permanece callado y adormilado. A ratos consulta el móvil o habla a susurros con Ibán, su label manager de Universal, pero en general atiende al paisaje y a la conducción del chófer, que no deja de cotorrear con el manos libres. Desde el primer momento, Ago se ha mostrado como un jovencito excepcionalmente tranquilo, por eso no resulta difícil advertir que prefiere un viaje sin mucho jaleo.
Con el chute de la brisa marina y los rayos del sol, una infusión es más que suficiente. Ahora sí que está a tope para el shooting. Verle posar es hipnotizante. Desenvolverse ante una cámara no es tarea fácil, muchos famosos con solera se siguen incomodando delante del objetivo y, sin embargo, a él se le ve como pez en el agua. Cambia de postura y de registro orgánicamente a petición del fotógrafo. Fluye, lo saborea. Sin duda, ha sabido aprovechar las oportunidades que le ha ido brindando su reciente estatus de celebrity para coger tablas.
«El relevo con OT 2018 ha sido bonito y triste a la vez»
Quién se lo habría dicho el 23 de enero de 2018, cuando ponía fin a su encierro en OT a las puertas de la final… “Dieciséis almas y un sueño (dice entonando Camina, el ‘himno’ de su edición). Todos lo logramos. Nadie se hubiera imaginado ni que OT iba a ir tan bien ni que dieciséis personas iban a poder sacar música”. Está orgulloso de sus compañeros. Admite estar enganchado a 1016, el disco de Alfred, y haber cerrado un ciclo actuando en el concierto de Miriam “¡Qué precioso! Es que fue la primera concursante con la que compartí escenario en el programa”. No se le puede arrancar ningún salseo, por mucho que se le intente tirar de la lengua. “No, de verdad, estás ahí trabajando, luchando por y para una misma ilusión… y creas un vínculo muy fuerte”, zanja. Y se acaba de despedir de todos ellos en el Palau Sant Jordi de Barcelona, poniendo fin a una gira de conciertos que arrancó hace diez meses. “Solo me preocupaba disfrutarlo y que fuera emocionante. Ahora sí que ha sido la despedida. El relevo con OT 2018 y ha sido bonito y triste a la vez”.
«No me habría presentado a OT 2018«
Asegura que no ha podido seguir las andanzas de esta nueva generación tanto como le hubiera gustado porque ha estado cargado de trabajo, pero está satisfecho con el ganador. “Famous era uno de mis favoritos, junto con Alba y Marta. Así que feliz…”. Aunque todavía no se ve con suficiente autoridad como para darles consejos, haberse mezclado con ellos en el backstage del Palau le hace ser optimista sobre su futuro. “Cuando yo salí estaba saturado de la gente, de que todo el mundo me mirase… y ellos están súper relajados. Estoy convencido de que les va a ir bien a todos”. Además, haber podido ver el talent desde el otro lado le ha servido para reflexionar. “Se vive de diferente manera. Ahora me doy cuenta de lo sencillo que es estar criticando desde el sofá, no te imaginas nada de lo que están pasando esos chicos ahí dentro”. Por eso entiende lo duro que ha tenido que ser enfrentarse a las comparaciones con su edición. “Primero porque han ido muy seguidas, y segundo porque ellos ya conocían la casa desde fuera. Entrar sabiendo todo cambia tu concepción de las cosas. A mí me habría pasado igual”. Recapacita y va más allá. “No me habría presentado, me habría dado miedo tanta exposición”.
“Quizás venga bien darle oxígeno a OT«
Pese a que TVE ha confirmado que OT volverá la temporada que viene; en un primer arrebato la cadena pública anunció su intención de dejarlo descansar. “Quizás venga bien darle oxígeno», relativizaba Ago para después fantasear con el lado más positivo de esa posibilidad. «Mira, así tendría tiempo de recibir clase de mis profes (se refiere a todo el dream team de docentes de la academia: Mamen, Vicky, Laura, Manu, Capde…), que nunca podían porque estaban a tope con el programa”.
Cuando se le pregunta por el mejor candidato para suceder a Amaia y Alfred en Eurovisión, vuelve a nombrar a Famous [ahora sabemos que irá Miki con La venda, opción que no entraba a priori en sus quinielas]. No es demasiado tajante porque todavía no había podido escuchar las canciones íntegramente, en ese momento RTVE solo había colgado sesenta segundos de cada tema. “Las canciones de Eurovisión duran tres minutos… que dan para mucho. Yo creo que si solo hubiésemos escuchado un minuto del Quédate conmigo de Pastora Soler, no habríamos escuchado esa subida, ‘sé que no te voy a olvidaaaaar’ [canta], que es lo que nos enamoró de la canción”. No descarta la posibilidad de representar a España otro año. “Nunca se sabe. Si el tema es bueno, me queda bien y a la gente le gusta… ¡Y a mí, claro! Creo que podría ir para adelante. Eurovisión es algo que todos los años veíamos en casa”.
«¿Acaso soy un referente LGTBI? Yo creo que me falta mucha carrera por delante»
Más allá de Eurovisión, Agoney sería apetecible como cabeza de cartel de cualquier festividad queer; sin embargo recoge los piropos con prudencia. “¿Acaso soy un referente LGTBI? Yo creo que me falta mucha carrera por delante”. Tiene claro que lo único que ha hecho es ser él mismo en todo momento. Nada más y nada menos. “Sí, muchas personas me dicen ‘te va a ir mal’ y otras me dicen ‘gracias’. Al final, mi persona y mi vida tienen mucho más valor que mi carrera”. Tiene 23 años y, probablemente, por formar parte de la generación millennial no concibe que haya artistas que se escondan en armarios. “Lo que prevalece es el talento”.
Tan jovencito y ya ha acariciado el firmamento de los hits musicales. Quizás se lanzó el 30 de agosto, y cuando estés leyendo esto habrá superado los cuatro millones de visualizaciones en YouTube –el primer millón solo en una semana– , y su sonido recordaba inesperadamente al mejor Maroon 5. “Quizás tuvo mucha más repercusión de la que esperaba. Es un género que no se toca mucho en España y no la veía comercial. Veinticuatro horas después, había quince mil personas cantándola conmigo en un concierto en Valladolid”. Gran parte se lo debe a su robusto fandom –“son los mejores”–, y precisamente por él ha decidido pausar su tour y ponerse manos a la obra con el nuevo repertorio. “Estamos en el momento de parar la gira y de empezar a trabajar desde abajo, componiendo y creando cosas preciosas que ya están saliendo. Dentro de poco me volveré a subir”. Se le ilumina la cara cuando habla de su proyecto musical. Quiere hacer un disco de calidad, con canciones que le definan y en las que pueda demostrar todos los matices de su voz, ahora que la tiene en plena forma. Sabe que puede, tiene la suerte de poder hacerlo sin prisas ni presiones. “Me rodeo de un equipo fantástico que me deja hacer lo que me da la gana en todo momento, desde el principio. Es precioso. Siempre me ha respetado mucho como persona y como artista”.
«Para hacer un dueto con Mónica Naranjo tendría que prepararme mucho»
¿Podría incluir una colaboración con Mónica Naranjo?. “Sería un sueño. Aunque también os digo que para hacer un dueto con Mónica Naranjo tendría que prepararme mucho. Estamos hablando de una de las mejores voces del mundo, no es una bobería. No me atrevería a entrar en un estudio de grabación con Mónica Naranjo de un día para otro”. Por ahora, donde parece que sí ha conseguido entrar es en el corazón de la pantera de Figueres. Ambos se deshacen en cariños y zalamerías en las redes sociales. “Mónica es muy especial, es la artista a la que yo he admirado toda la vida”. El afecto se paladea en cada palabra. “Que me quiera tanto es precioso. Fuera de lo profesional, su corazón es enorme. Ahora voy a su casa y me acoge con sus perritos. Me quiere mucho”.
Nos tomamos un break en el restaurante Casa Juan Los Mellizos antes de continuar con la ruta nocturna. Cenamos coquinas y otras exquisiteces. Agoney se descubre como un buen comedor y un mejor conversador. Aunque en otros momentos del día sí ha estado pendiente de las redes sociales –subiendo stories, actualizando Twitter o mandando videosaludos a fans–, en la mesa no atiende el móvil. Nos garantiza que no está tan enganchado a las redes sociales como antes, y lo demuestra poniendo sobre la mesa los datos que le chiva su móvil: “La aplicación que más usas es Twitter”, dice el smartphone. “Estoy una hora y 21 minutos al día. Es un montón en realidad”. Parte de esta mengua puede deberse a que ya no atiende a los haters. “Me han enseñado que debo prestarle atención a las cosas bonitas”. Terminamos de cenar. Próxima parada La Nogalera. Toca descubrir el ambiente nocturno de Torremolinos.
La Nogalera no solo es el epicentro de fiesta LGTBI torremolinense, también es uno de los más importantes focos en España y Europa. Está salpimentada de pequeños pubs –cada vez más modernos y coquetos– y discotecas, donde siempre hay una buena excusa para tomarse una copa. Música variada, DJs, gente bonita, actuaciones en vivo, fiestas exclusivas, shows travestis… Lo necesario para el que busca acción o convertirse en la reina de la noche. Tras un retoque de maquillaje en la trastienda de uno de sus bares, que acaba convirtiéndose en algo parecido a una fiesta travesti improvisada, nos mudamos al Porquoi Pas? Está exactamente igual que cuando lo concibió su fundadora, la belga Mayte Ducoup, hace exactamente 50 años; y por tanto, el decorado perfecto para nuestro particular homenaje a los 50 años de visibilidad que está conmemorando Torremolinos: recrear en plan travesti una de las fotos de la época con cinco drags al borde de un ataque de nervios y Agoney, el hombre tranquilo. ¡Todo un reto!
«Tengo un micrófono para decir lo que pienso y lo que creo correcto»
Termina el shooting, llega la hora de las copas y Agoney prefiere cobijarse en la habitación del hotel y empacar el sarcófago. Porque, bromas aparte, su propósito real para este año es seguir dedicándose a su familia, ayudar en lo que pueda (“He apoyado muchas causas sociales, sobre todo la lucha contra el cáncer, que es algo que me toca en mi vida personal. Tengo un micrófono para decir lo que pienso y lo que creo correcto: ¿por qué no ayudar a las personas que lo necesitan?”) y, por encima de todo, cocinar a fuego lento su esperado primer álbum.
Quizás existían motivos más que suficientes por los que urgía propiciar la conexión entre Torremolinos y Agoney. Quizás ahora los haya para que su segunda cita se precipite. Quizás en ese reencuentro haya nuevas canciones para defender con orgullo. Quizás, quizás, quizás…
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Agoney y su cuenta pendiente con el Orgullo de Torremolinos
El espíritu de diversidad torremolinense está cimentado. Solo la última manifestación del Pride Torremolinos reunió a cerca de cincuenta mil personas para celebrar los cincuenta años que llevan siendo visibles (realmente, alguno más). “Es algo que tengo pendiente”, comenta Agoney dejando clara su intención de actuar en el Pride de Torremolinos. “Ya el año pasado estuve a puntito de venirme”, añade abriendo la puerta de par en par a que pueda suceder en 2019.
Las fechas de este año son del 27 de mayo al 2 de junio. Otros highlights del calendario LGTBI son Pink Carnival (8 y 9/03), Torroles Fest (17 al 21/04), Delice Dream (27/04 al 5/05), MadBear Beach (7 al 18/08) y Matrix Sun Festival (21 al 25/08).
Un viajero intrépido llamado Agoney
En su día a día es una persona templada, pero en cambio se define como un viajero impulsivo y aventurero. No le gusta programar los viajes en exceso, ni preparar maletas. “Siempre la dejo para última hora, y siempre me falta algo”. Para intentar evitarlo, acaba haciendo “un maletote”.
Definitivamente, OT ha cambiado su forma de moverse. Ahora lo hace a menudo y le miman más. Lo agradece, porque “el viajero de antes sufría un poco” organizándose. Aprovecha los tiempos muertos que tiene todo viaje para multitud de cosas, dependiendo de cada momento y destino. Por eso está encantado con lo que le ha transmitido su escapada a Torremolinos, ya que “en lugares así, que me inspiran, compongo”.
Agoney y su trío perfecto: Sol, mar y ‘ñam’
En cuanto entra en contacto con el Mediterráneo, carga pilas. “Me encuentro muy relajado. Solo con ver el mar me siento como en casa”, asegura tras descubrir las espectaculares vistas que ofrece el recién inaugurado rooftop del Hotel Meliá Costa del Sol, la mejor opción de alojamiento para los que buscan exclusividad y confort.
La espectacular playa del Bajondillo y la temperatura casi veraniega –estando en pleno invierno– activan su nostalgia. “Me recuerda un poco a Maspalomas, que también es un destino LGTBI esencial en España. Es la primera vez que estoy en Torre-molinos, ¡y qué bonito!”.
Además del mar, la gastronomía es otra de sus pasiones. “Quédate con quien te mire… como Agoney mira la comida”, bromea clavando sus dos pupilas en el plato de sushi.
¿Agoney es más de fiesta o de relax?
Hay momentos para todo: en Torremolinos puedes encontrar tranquilidad, si es lo que necesitas, y más tarde pegarte la gran juerga. Aunque Agoney se desenvuelve estupendamente en la locura travesti de La Nogalera, la popular zona de ambiente de la ciudad, asegura que nunca ha sido demasiado fiestero. “Siempre he sido muy de mi infusión, de estar abrigadito… Trabajo mucho y me voy a la cama pronto”.
Por eso se le ve feliz cuando recorre el paseo marítimo, cuando se acomoda en una de las tumbonas del Eden Beach Club by Ritual –uno de los beach clubs gays de parada obligada–, cuando chapotea en la orilla de la playa del Bajondillo o cuando visita el Hotel Ritual Torremolinos, primer gran alojamiento de la zona enfocado al público LGTBI. “Está lleno de banderas arcoíris y colores”, dice con la satisfacción del que no esperaba encontrar una realidad tan LGTBIfriendly en la localidad costasoleña.
“Mi propósito 2019 es soltarme la melena»
Y aunque el artista se decanta por el relax y el descanso, promete enmendarse. “Mi propósito 2019 es soltarme la melena. #AgoneyPutón (se ríe mientras dibuja un hashtag con los dedos). #Putoney”. Tal vez le venga bien. Estar tan volcado en lo profesional le ha condicionado a la hora de conocer chicos. “Tampoco tengo tanto tiempo para ligar. Cuando estás de gira tienes que descansar un montón la voz, dormir mucho…”. Eso sí, todo este futurible desmadre no incluirá drogas. “Siempre he dicho que no. Es que es muy fácil dejarse llevar. Puedes salir pero siempre sabiendo lo que haces, con los pies en la tierra”.
Agoney celebra los 50 años de visibilidad torremolinense
El aire de libertad flota en la noche de Torremolinos y se materializa en los shows travestis de La Nogalera. «Cuando era pequeño veía la Gala Drag de Las Palmas de Gran Canaria y me daba miedo. Allí son más extravagantes, rapadas… Estas son más lindas. ¡Ah, y mi favorita es Kelly Roller!», confiesa Agoney haciendo un guiño al alter ego drag de Fran Cabrera, el maquillador que nos ha acompañado durante toda la sesión.
El desmelene se multiplica con la llegada de cuatro de las travestis más famosas de la zona. Satin Greco, Katrina, Psicotika Pérez y Sandra Chica Almodóvar se unen a Kelly Roller y a Agoney en el Pourquoi Pas? para hacer un homenaje a este local de La Nogalera que lleva más de 50 años abriendo sus puertas a gays, lesbianas, trans y travestis de todo el mundo. Y lo hacen recreando una de las fotos de aquellos años (1971), cortesía de Torremolinos Chic.
Recordemos que el primer bar gay de España del que se tiene constancia, el Tony’s Bar, abrió en Torremolinos allá por 1962 en el Pasaje Begoña. Precisamente, de esa calle precursora de La Nogalera son las fotos del bar La Sirena de 1964, que ha sido propuesto para convertirse en Lugar de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía.
FOTOS: Miguel Ángel Fernández
ENTRVISTA y VÍDEO: Pablo Carrasco de Juanas
ESTILISMO: Arturo Argüelles
MAQUILLAJE Y PELO: Fran Cabrera
AGRADECIMIENTOS: Hotel Ritual Torremolinos, Hotel Meliá Costa del Sol, EdEn Beach Club by Ritual, Bar Pourquoi Pas? / La Nogalera