Querido 2018:
Para mí has sido un gran año, un buen año… ¡el mejor año! Sé que no has tenido nada que ver, pero has significado el momento en el que poder echar a volar con mis propias alas, en la dirección y sentido que siempre había deseado y nunca me había permitido a mÍ mismo.
Lejos quedan todas esas ataduras que, una vez cortadas, se antojan inútiles y superfluas. Miro atrás y veo un camino, que no por recorrido se torna menos doloroso o difícil, pero que el tiempo pone en valor… Y es que todo lo vivido en esta vida tiene sentido cuando llegas a tu destino.
Gracias, Año Viejo, por permitirme haber realizado lo que en otros tiempos jamás me hubiera atrevido a soñar; gracias por haberme regalado el más feliz de mis días al lado de la mejor persona que hubiera podido imaginar. Solo deseo en esta despedida que tu predecesor sea la mitad de feliz que tú, 2018.
«Te envío un texto que publiqué en su momento en mi Facebook para despedir el año, pero que representa un poco mi trayectoria vital y lo que significa haberme encontrado con Rubén», cuenta David Méndez, todavía emocionado por aquella tarde del pasado 15 de septiembre.
La pareja, en un día de sol espléndido, se daba el ‘sí quiero’ en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Sebastián, antes de dar paso a una idílica celebración en el Hotel Gudamendi, uno de los más fascinantes de la capital guipuzcoana. Y no sabemos qué tienen preparado para el día San Valentín, pero seguro que este adelanto les recuerda que, aunque fueron muy felices, en el futuro lo serán todavía más… «Gracias por darme la oportunidad de sorprender al que ya es mi marido», nos explica. ¡Vivan los novios!