Han pasado tres años desde el lanzamiento de su último álbum, Detroit. Un tiempo en el que Miss Caffeina no ha dejado de girar por toda España –con algún salto puntual al otro lado del charco– y en el que han ido explorando un sonido con el que parecen sentirse más cómodos y enérgicos que nunca. Todo el camino recorrido por Alberto Jiménez, Sergio Sastre, Toni Poza y Álvaro Navarro –nueve años de trayectoria– parecía estar destinado a Oh Long Johnson, donde parecen haberse soltado definitivamente la melena, apostando por la electrónica, el disco –que ya estuvo algo presente en el anterior trabajo– y el pop más potente.
Una nueva etapa que presentaron con Merlí, que más allá de hacer un homenaje a la serie catalana de la que son seguidores, «nos flipa la pareja de Pol y Bruno», sirvió como carta de presentación de un nuevo disco con el que tratan de hacer bailar, pero también reflexionar.
SHANGAY ⇒ En este disco sonáis más disco que nunca, como si os hubieseis atrevido a hacer lo que llevabais un tiempo queriendo hacer…
SERGIO SASTRE ⇒ Yo creo que más que que no nos atreviéramos, hemos aprendido a hacer lo que queríamos hacer, que no es tan fácil.
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Con Detroit nos apetecía hacer cosas diferentes, pero nos daba miedo dejar de sonar a un grupo de guitarras del todo. Y ahora, cuando escucho el disco, a mí me parece que todavía tiene mucho poso rock, y aquí ya hemos prescindido de algunas capas, es todo más simple.
SHANGAY ⇒ Es vuestro disco más bailable… ¿Es lo que buscabais?
SERGIO SASTRE ⇒ Ha sido con toda la intención del mundo. Queríamos que diese ganas de bailar, que sonara grande, a pop… Y sobre todo teníamos ganas de aprender a hacerlo.
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ El otro día leí un comentario en YouTube que decía «pues vaya, cada vez suena menos instrumentado». Hostia, es que no es tan fácil que se aguante una canción instrumentándola menos y que sea emocionante. Parece que lo demasiado elaborado tiene más mérito, pero no es así. Hacer una canción pop a mí me parece muchas veces más difícil. Un estribillo redondo es mucho más difícil.
SHANGAY ⇒ En una entrevista a Shangay, en el año 2016, ya dijisteis que la música electrónica suele estar infravalorada, que se relacionaba con lo frívolo…
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Yo creo que me refería más al principio de la música disco, y del italo disco. Las canciones solían ser de amor o de relaciones esporádicas, pero no tenían mensajes potentes. Pero eso ya se ha superado. Hay millones de canciones que puedes bailar y que te hacen pensar.
SHANGAY ⇒ En un momento de apertura musical, aún sigue habiendo ciertos prejuicios contra quien se salta las reglas establecidas, como ocurre con Rosalía…
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ ¿Eso son prejuicios o es envidia? ¿Por qué siempre hay un contraefecto tan heavy cuando alguien tiene tanto éxito? Si ha conectado con tanta gente es por algo. Pero de repente aparecen unos cuantos que intentan desacreditar según qué cosas. Somos muy de ‘sí, pero…’.
SERGIO SASTRE ⇒ También es cierto que hay una sobreexposición de ella, pero eso forma parte de la dinámica del mercado musical, porque si una cosa funciona y es brillante, lógicamente te lo van a poner delante todo el rato. Pero, ¿cuándo un artista español ha hecho algo con ese nivel de proyección en tan poco tiempo? Es brutal, y hay que reconocerlo.
SHANGAY ⇒ En este álbum encontramos una energía nueva, hay bastantes temas como Prende que enganchan desde la primera escucha…
SERGIO SASTRE ⇒ Es que teníamos veintitantas canciones donde elegir, y queríamos un disco de once canciones en las que pudieses encontrar elementos diferentes. Eso es lo que nos gusta y lo que valoramos en otros artistas, cuando no hay paja y vas a por la carne. Hemos ido a buscar temas de pop que nos pareciesen buenos, y que contasen las historias que queríamos contar.
SHANGAY ⇒ La gran balada del disco, Ausentes presentes, suena más clásica de lo que nos tenéis acostumbrados…
SERGIO SASTRE ⇒ El hashtag que puso mi padre cuando la escuchó fue #Perales. Es como si Perales se pusiera a hacer canciones de electrónica.
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Es la que más cerca está de la demo. Tenía lo necesario, era muy bonita así, sonaba muy íntima y pensamos que si le añadíamos cosas igual nos la cargábamos.
SHANGAY ⇒ Oh Long Johnson, la canción que da nombre al álbum –y que hace un homenaje a un famoso vídeo viral– es una reflexión sobre la era en la que vivimos. ¿Sois muy críticos con el panorama actual?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ En esa canción yo creo que nos incluimos todos. No es un mensaje hacia los demás, diciendo «sois lo peor, estáis todo el día mirando en Instagram».
SERGIO SASTRE ⇒ Claro, yo hablo en plural. Vaya tela, vaya panorama, cómo vivimos… Pero tampoco es decir que la vida es una mierda, también hay cosas que te aferran a algo positivo.
SHANGAY ⇒ También habláis del bullying en el segundo single, Reina. ¿Hay algo de terapia?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Claro, y de aprender a vivir con eso sin que sea una herida, sino aprender de ello y transformarlo en algo positivo.
SHANGAY ⇒ ¿Se hace lo suficiente para acabar con esta problemática?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Hasta que no te toca, y creces, no te das cuenta de lo importante que es. Yo he vivido mucho después de ese momento en el final de la infancia y principio de la adolescencia, pero joder, cómo marcan esos años y cómo afectan a tu personalidad, tus miedos, tus inseguridades… Por eso es importante, de momento, haberle puesto un nombre, aunque no sé si se está haciendo mucho para cambiarlo. Pero por lo menos ya se sabe y se habla de ello, y eso está bien.
SHANGAY ⇒ ¿Sentís la responsabilidad de lanzar este tipo de mensajes?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ No, de hecho yo pensé en algún momento que Reina no iría en el disco. La escribí para mí, habla de mi ciudad, Talavera de la Reina, y de cómo me sentí un fin de semana que volví, y me di cuenta de que ya no veo las cosas como antes. Cuando vine a vivir a Madrid no iba ni los fines de semana. Incluso te diría que cuando volvía, lo hacía con una movida de superioridad absurda, como si no tuviera nada que ver con la gente de allí. Y con el paso del tiempo, me he reconciliado con eso, y veo que es mucho más fácil vivir así que hacerlo con la rabia y el rencor. Y a raíz de hacer una canción así, que me pareció súper sanadora, pensé que quizá podría servirle a alguien para sentirse más acompañado.
SHANGAY ⇒ Alberto, de manera voluntaria o no, te has convertido en uno de los pocos referentes LGTB dentro del panorama musical español… ¿Lo sientes así?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Es muy difícil verlo desde de mi casa… Yo lo siento cuando me escribe mucha gente. Me han escrito hasta madres de adolescentes para darme las gracias, y eso me parece flipante. Es heavy que haya personas que nos den las gracias por hablar de algo, pero no es algo que yo piense continuamente, no me siento así en mi día a día.
SHANGAY ⇒ ¿Creéis que hay tan pocos cantantes abiertamente LGTB por miedo a perder al público heterosexual?
SERGIO SASTRE ⇒ Las chicas siguen queriendo tener una fantasía sexual con Alberto, lo ponen mucho en Twitter…
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ En el momento en el que hablamos de que yo iba a decirlo, sí hubo algún comentario de «a ver si va a perjudicarnos». Pero la verdad es que no hemos notado nada, en todo caso ha sido al revés, porque a raíz del segundo disco ganamos un montón de público gay.
SERGIO SASTRE ⇒ Nos ha posicionado en un sitio muy guay, porque es muy diverso, y está enfocado en positivo, y todo de manera natural.
SHANGAY ⇒ Alberto, en los últimos años has cuidado más tus looks sobre el escenario, que en ocasiones han rozado la estética queer… ¿Podríamos decir que eres nuestro particular Olly Alexander?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ ¡Claro! Sí, sí. A mí me encanta, pero él es más moderno que yo. Está más cerca estéticamente del trap, con un rollo más urbano, y creo que está más pendiente de lo que se lleva y lo que no. Pero me encanta su actitud, me encanta que sea defensor de la pluma, me parece una muy buena comparación.
SHANGAY ⇒ ¿Qué supone para un grupo tan abierto como Miss Caffeina el auge de partidos con políticas conservadoras y homófobas como Vox?
SERGIO SASTRE ⇒ A mí al principio me daba pánico, luego rabia, luego ganas de ridiculizarlo, y finalmente ganas de motivar a mi entorno, que no es de esa ideología, para que voten a las opciones que quieran votar e intentar que, por representación, esta nueva «gente sin complejos», como se llaman, se queden sin representación parlamentaria.
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Da un poco de cague, porque pensar que es algo anecdótico puede hacer que la gente no vaya a votar y se hagan más fuertes. Hay que informar a la gente, porque creo que hay quien no sabe lo que está votando. ¿De verdad no hay otra cosa en la que no estés de acuerdo que no sea ir en contra de la mujer o del matrimonio homosexual? ¿Eso es lo que te preocupa? Es absurdo.
SHANGAY ⇒ Alberto, estuviste este año en el comité se selección de las canciones que serían candidatas para Eurovisión. ¿Qué te parecieron?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Cuando escuchamos las propuestas era todo reguetón, todo se parecía a Lo malo, era muy homogéneo. No había ninguna que me pareciera un temazo para Eurovisión. Pero dentro de lo que había, yo hubiese votado por Muérdeme.
SHANGAY ⇒ ¿Y qué te parece La venda?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ No me gusta nada, entiendo que es de La Pegatina, que es una música muy de verbena, pero creo que no se va a entender fuera. Pero es verdad que nunca antes hemos llevado a un chico tan guapo, así que a lo mejor eso nos puede venir bien…
SHANGAY ⇒ Tú presentaste un tema en la preselección del año pasado que adjudicaron a Agoney y que, finalmente, no pasó a la final… ¿Te dejó mal sabor de boca?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ No, porque para mí, que de todas las canciones que se mandaron el año pasado escogiesen la mía fue un halago. Me quedé muy contento.
SHANGAY ⇒ ¿Te molestó que Agoney nunca quisiera cantarla?
ALBERTO JIMÉNEZ ⇒ Me dio un poco igual, yo lo que quería saber, al formarse tanto revuelo y al haber tanta gente me pedía escucharla, era si la iba a grabar o no. Y como pasó tanto tiempo sin saber nada y él dijo que no se veía cantándola, decidí publicar la maqueta.
SHANGAY ⇒ ¿Qué esperáis conseguir con este cuarto álbum?
SERGIO SASTRE ⇒ Espero que nos suba a otra dimensión, que todos los saltos que hemos ido dando hasta hoy se multipliquen en este caso.
el álbum oh long johnson está editado por warner music spain.
miss caffeina actúan ESTA NOCHE EN LA RIVIERA DE MADRID