Frédéric Martel solo echa la vista atrás para mostrarse orgulloso de su contribución al mundo (LGTB). Su libro Sodoma, más de seiscientas páginas y mil referencias bibliográficas, todo un éxito de ventas en decenas de lugares, destapa sin tapujos muchas de las incoherencias que la homosexualidad suscita dentro de el Vaticano, confesadas por sus propios protagonistas. Un hito sin precedentes que bien merece una charla en su visita a España, país con el que se muestra especialmente crítico. “Solo es un libro gay, cuenta la historia del mundo gay. Se me acusa de criticar a la Iglesia, y no es así, solo describo su organización y una realidad oprimida. Es cierto que mostrarla es una manera de hacer algo por la comunidad LGTB, voy directo al enemigo y analizo cómo actúa contra nosotros. Es una pena haber escuchado ciertas cosas… Y España ya es la caricatura de la caricatura”.
SHANGAY ⇒ Supongo que cuando alguien publica una investigación como esta lo hace sin miedo a las consecuencias…
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ Este es un libro basado en un reportaje que ha durado cuatro años, con mil quinientas entrevistas a cuarenta cardenales, cincuenta obispos… Todo el mundo me conoce, he estado mucho tiempo allí metido, he viajado por más de treinta países… Y tengo catorce abogados, así que no tengo miedo a nada, sé lo que hago.
SHANGAY ⇒ Te han acusado de poner en la picota a cientos de personas anónimas…
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ No tiene nada que ver con el outing, no saco a nadie del armario. Hablo del sistema, y la incoherencia de ser homófobo en público incluso siendo homosexual a escondidas, usándola como herramienta para no ser descubierto. Y se creen que lo consiguen… También en España, eh. Y ese es el secreto de Sodoma. Desde fuera pensamos que todo esto es una contracción muy bizarra… Pero no lo es. Es una cuestión psicológica, una forma de protegerse a uno mismo.
SHANGAY ⇒ ¿No va el Vaticano cuatro o cinco siglos por detrás en lo que a libertad y tolerancia se refiere?
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ Creo que solo son cincuenta años. Para entender lo que ocurre en el Vaticano, primero tienes que ser consciente de que son personas de 80 años, así que tenían tu edad en la década de los sesenta. Y la homosexualidad que conocen es la que se vivía en aquella época, la de mentirse a uno mismo, rechazo a sus pulsiones… También creo que hay que intentar pensar a la inversa de lo que creemos lógico. El papa, por ejemplo, es más gayfriendly que su predecesor, y es atacado por ello por los cardenales homófobos de la extrema derecha, que al mismo tiempo son gays. Así que en el Vaticano tenemos al heterosexual gayfriendly y al gay homófobo.
SHANGAY ⇒ ¿Es el Vaticano un armario gigante? ¿Y el mito del ‘lobby gay’?
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ En realidad, este término se ha malinterpretado un poco. No es un armario global, sino un conjunto de miles de ellos. O un armario con muchos cajones, digámoslo así. Al final, mis entrevistados no comparten sus historias personales, ni siquiera saben quién es gay. Por eso tampoco es correcto que hablemos de lobby gay. Un cura me dijo que no estaba en un armario, que más bien estaba encerrado en una jaula como un animal salvaje…
SHANGAY ⇒ ¿Qué es lo más surrealista que te has encontrado durante tu investigación?
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ Todo es surrealista, es un mundo de tremenda locura. Increíble. Incluso para mí, con todo lo que he visto en mi vida… Prostitutos musulmanes que ganan dinero acostándose con curas católicos, por citar un ejemplo. Esto ocurría porque el Vaticano ha sido durante mucho tiempo una estructura que ha acogido, identificado, atraído y promocionado a personas gays. Ahora ya no es para tanto, pero un gay con problemas de propia identidad hace medio siglo buscaba refugio en la Iglesia, era la única manera de sentirse protegido.
SHANGAY ⇒ Háblanos del papa Francisco, ¿comprendes su «veletismo»?
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ No he sido muy fan suyo por su condición de peronista. También es jesuita, y en Francia siempre hemos tenido problemas con esta parte de la Iglesia. Como bien dices, un día parece gayfriendly y al día siguiente anti-gay, y eso hace difícil comprenderle. Pero al final he descubierto que su discurso es más lógico de lo que parece. Acepta la homosexualidad de forma individual y empatiza con ella, pero está en contra de movimientos políticos como el matrimonio igualitario, la identidad de género… Descubrirás en el libro que está en medio de una guerra donde cardenales ultraconservadores andan haciendo camarilla para apartarle. Para él no es un problema que seas gay.
SHANGAY ⇒ ¿Alguno de tus entrevistados defiende el matrimonio entre dos personas del mismo sexo?
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ Todos están en contra. Se escudan en la Biblia, aunque sea fake, porque esta no habla de hombre y mujer de forma explícita. Las uniones civiles no tienen su beneplácito, pero tampoco luchan contra ellas. Sin ir más lejos, el papa no se opone con tal de no extender el debate hacia el matrimonio igualitario. Soy el primero en tener pruebas de al menos dos reuniones nocturnas secretas que se celebraron entre el papa y el primer ministro italiano Mateo Renzi para discutir sobre las uniones civiles. Allí dio luz verde, con la condición de no hablar de matrimonio y adopción.
SHANGAY ⇒ ¿Va el ascenso de la ultraderecha de la mano de la Iglesia en países como España?
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ La Iglesia no puede representar la extrema derecha, es una incoherencia mucho mayor que la de ser gayfriendly. Los verdaderos creyentes están en contra de la pena de muerte, de que los ricos no paguen impuestos, defienden la inmigración y, si no apoyan al colectivo LGTB, sí tienen compasión por la elección personal de cada uno. Es anacrónico, y en España ha tenido un peso importante, donde gente como Rouco Varela o Cañizares son extremadamente homófobos. Eso no es la iglesia. Omella, el hombre más importante de la Iglesia aquí actualmente, es muy moderado, y a mí personalmente me ha dicho que no hay que salir a al calle para luchar contra el matrimonio gay, aunque no lo apoye.
SHANGAY ⇒ ¿Has descubierto alguna trama relacionada con los abusos sexuales dentro del Vaticano?
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ Este es un tema muy delicado. Para empezar, no hay relación entre la homosexualidad y los abusos sexuales, las estadísticas hablan de una práctica heterosexual en su mayoría. Si te fijas en la Iglesia, las víctimas sí son principalmente hombres jóvenes, en torno a un 80% de los casos. Y hay varias razones por lo que suceden; aunque la responsabilidad sea individual, también hay una colectiva. La homosexualidad no es el motivo, solo si hablamos de una homosexualidad que hace que te odies a ti mismo, lo que llamamos sublimación represiva. Además, hay una cultura de secretismo desde hace tiempo que enmascara mentiras, y que protege estas actitudes. Y en muchos casos, los que protegen a los agresores son gays, lo hacen porque tienen miedo de que se descubra su orientación sexual. Básicamente, están asustados de que la mediatización del escándalo les salpique.
SHANGAY ⇒ ¿Y qué te parece que en España se haya decidido no investigar estos casos?
FRÉDÉRIC MARTEL ⇒ Estoy consternado con las palabras de Ricardo Blázquez, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, que ha afirmado que en vuestro país no se van a perseguir los abusos sexuales dentro de la Iglesia, que no se van a abrir los archivos, y que será Roma quien decida. Y todo eso está mal, es un crimen; Roma no debe encargarse porque España tiene sus propias leyes, esto lo debe discutir la justicia de aquí. Es inadmisible, un escándalo.
El libro SoDoMa está PUBLICAdo por Roca Editorial