¡Buena pregunta! Si te pido que describas tus vacaciones ideales con un vuelo largo, un hotel de cinco estrellas, una playa llena de tíos cachas, comida rica, y después tener que volver a tu trabajo aburrido con un vuelo de 10 horas con escalas y en clase turista… ¿Cuál sería tu respuesta?
El porno es como una montaña rusa con momentos en las nubes y otros de bajón total. Si piensas que es una fiesta de 24 horas con modelos cachondos follando sin parar, te diré que no.
¿Hay momentos de resaca? Absolutamente. Por eso, cuando me preguntan (y esto pasa mucho) “Eli, quiero ser una estrella del porno, ¿qué debo hacer?”, mi respuesta siempre es “Pregúntate a ti mismo cuáles son tus expectativas y por qué quieres hacerlo».
Una de las cosas más estresantes es que siempre hay que estar a la altura, física y psicológicamente. Normalmente, los actores porno son tíos cachas que están buenísimos y, claro, hay que dedicar bastante tiempo a entrenar el cuerpo si quieres que la cámara desee follarte, lamer tu cuerpo, saborearte entero…
También implica una gran dedicación mental. Después de todo, el sexo debe ser en todo momento apasionado, lleno de emociones y cerdeo: morder los labios, hacer un buen rimming (beso negro) , poner los ojos en blanco, chuparlo todo y gemir…
Os recomiendo que miréis mi escena con Biaggi, ese tío tan buenorro, o con Mikey Taylor. Me encantó cada momento de esa escena…