Pese a su rareza y a que es posible que nunca los hayas oído, son términos que existen desde hace años y que apelan a personas cuya identidad de género corresponde con el sexo que han nacido. Es decir si las personas que nacen con una identidad de género distinta a su sexo son transexuales o transgénero, las personas que sí coinciden se llaman cisexuales o cisgénero.
Es extraño que, pese a que la población mundial en su mayoría es cisgénero, no oigamos o hayamos oído hablar de este término; la explicación está en la heteronormatividad que impera en la sociedad. Como ya lo sufriesen las mujeres con el lenguaje sexista, que poco a poco elimina barreras para que médico sea médica, abogado sea abogada y juez sea jueza, o expresiones como alumnos sean ahora alumnos y alumnas, la heteronormatividad implica la ‘normalización’ de la heterosexualidad frente a otras posibilidades en orientación e identidad de género.
De este modo, la sociedad se dedica etiquetarnos como gays, lesbianas, bisexuales, transexuales o intersexuales. Una diferenciación que, sin embargo, no aplican con la mayoría heterosexual que, salvo este último término, suele carecer de etiquetas.
No suele ser propio que alguien indique que este chico o esta chica son cisgénero o cisexual, parece obvio que la diferencia la debemos señalar en el transexual, como si este no tuviese trabas suficientes en su proceso de cambio.
El término cisgénero o cisexual apela a la identidad de género de una persona, como lo hace la transexualidad. Es decir, que una persona heterosexual puede ser cisgénero o transgénero, así como lo podría ser una persona homosexual. Cabe hacer este inciso para aclarar las diferencias entre lo que entendemos como identidad de género, orientación sexual y el sexo biológico con el que hemos nacido.
– La identidad de género responde al género sexual con el que se identifica una persona, independientemente del sexo biológico con el que haya nacido. De este modo, si discrepan identidad y sexo biológico, estamos ante una persona transexual, pero si coinciden se trata de una persona cisexual. Por supuesto, una persona transexual lo es por el mero hecho de la discrepancia entre identidad y sexo biológico, independientemente de si esta persona ha comenzado o finalizado su transición sexual, o incluso si decide no llevarla nunca a cabo.
– La orientación sexual define la atracción de una persona hacia un determinado género sexual. Así, los hombres a los que les gustan los hombres son gays (término también valido para las mujeres), las mujeres atraídas por las mujeres son lesbianas, las mujeres y hombres que se sienten atraídas por los dos sexos son bisexuales, y los hombres y mujeres a los que les atrae su sexo opuesto son heterosexuales.
– El sexo biológico define el aparato reproductor del individuo y su fisonomía: masculino o femenino, una dualidad que no siempre es del todo cierta y que a veces da lugar a personas intersexuales. La intersexualidad afecta tanto a hombres como a mujeres, con distintos síndromes con sus propias características. En definitiva, no es otra cosa que personas que se sitúan entre los dos sexos. Muchos de ellos nacen con órganos sexuales de un género pero su la fisionomía de su cuerpo se desarrolla en otro, individuos con aspecto de hombre pero con genitales femeninos en su cuerpo, o con apariencia de mujer pero con cariotipo XY (masculino). Muchos de ellos también se ven con la necesidad, como muchos transexuales, de llevar a cabo un proceso hormonal y quirúrgico que les reajuste su identidad y sexo biológico. Un caso que puedes ampliar en este artículo: La intersexualidad, un cuerpo entre dos sexos.
Estos tres aspectos no son incompatibles, puede haber mujeres transexuales lesbianas, hombres intersexuales heterosexuales, etc. Las combinaciones siempre son posibles, y uno u otro aspecto del individuo no están relacionados.
Mientras que términos como transexualidad, homosexualidad, bisexualidad, intersexualidad, etcétera, ya están incluidos en el diccionario español de la RAE, los términos cisgénero y cisexual no están reconocidos. Un hecho que el Parlamento británico planteó como heteronormatividad y que, finalmente, ha llevado a que hace unos días se aceptaran dichos términos en el Diccionario Inglés de Oxford. Esperamos que la RAE los incluya pronto.