«Libros, mi cuaderno y mi raya del ojo». Estos tres son los imprescindibles en la maleta de María Rozalén. Objetos que no le faltan estos días en los que la cantante está recorriendo gran parte de la geografía española de concierto en concierto. Y es que, desde hace varios años, el verano se ha convertido en sinónimo de música en directo gracias a los festivales. Un fenómeno que, lejos de ser algo pasajero, se ha consolidado en nuestro país. «La gente necesita airearse y desahogarse, y un festival es el lugar perfecto para hacerlo. Yo soy súper festivalera y siempre que puedo me escapo a alguno. Cada vez más, hay festivales pequeños y centrados en temas o ambientes concretos, así que no creo que sea una moda puntual».
Hagan caso a la albaceteña, ya que en música en directo es toda una experta. Acaba de llenar por segunda vez el WiZink Center de Madrid –»ha supuesto mucha carga emocional, han sido muchos meses de preparación, como una boda»–, y ya está preparada para las nuevas fechas de su gira por festivales, de entre los que confiesa tener su favorito. «Una de las cosas que más ilusión me han hecho en mi vida ha sido tocar en el Viñarock (Villarrobledo, Albacete), porque es el festival donde yo empecé a ver grupos. Cada año nos reuníamos allí todos los amigos. Hace tiempo que no puedo ir porque siempre me coincide con algún bolo».
Esa es una de las consecuencias de pasar de ser espectadora a encontrar su nombre en los carteles de los mismos, un hecho que considera significativo. «Los cantautores antes no teníamos cabida en estos eventos. Pero se han ido los prejuicios y ahora, de repente, estamos en la mayoría de ellos. Y a mí me encanta, porque aunque tengamos mensaje, también somos divertidos».
Estas temporadas fuera de casa le sirven para ofrecer otro tipo de conciertos –»tengo menos tiempo y meto más tralla»– y para reencontrarse con amigos. «Coincido con mucha gente a la que admiro y quiero». Pero también tienen su cara B. «A veces, cuando estoy cansada y triste por cosas personales, peto. Sobre todo por el tema de las fotos. Yo soy súper agradecida con la gente que me las pide, pero a veces no son conscientes de que es algo continuo, y soy una persona normal. Y cuando estoy varios días fuera de casa sin descansar, también peto. Hasta mis padres son los primeros que aprovechan cuando voy a Albacete para pedirme cincuenta mil autógrafos», se sincera Rozalén. «También entiendo que la gente se me acerque con cariño e ilusión, y nunca suelo decir que no a una foto. Es una cosa que tengo que aceptar, porque viene de algo positivo».
Rozalén lleva camiseta LOLITAS&L, chaqueta SÍLVIAN HEACH, pantalón BERSHKA, sandalias PURA LÓPEZ y pendientes BERSHKA
Si ponemos el foco en las ventajas de pasar el verano viajando, Rozalén ha tenido la posibilidad de conocer ciudades, pueblos y rincones de España que, quizá, nunca habría visitado si no fuera por este oficio. «Recuerdo uno de los primeros festivales a los que fui, Etnosur, en Alcalá la Real, Jaén. No conocía la ciudad y me fascinó. También he podido descubrir lugares como Pescueza, en Cáceres, donde se celebra el que dicen es el festival más pequeño del mundo. Es una zona de campo y naturaleza brutal. Este año voy al festival Portamérica, que se celebra en medio de un bosque en Galicia… Estos conciertos se hacen también para dar vida a todas esas zonas».
Y un claro ejemplo es el que la propia Rozalén lleva organizando desde 2016 en su pueblo, Letur. «Leturalma es un festival muy bonico. Este año hay un día entero de hombres y otro de mujeres. Lo hemos hecho sin querer queriendo. Soy consciente de que tenía que meter a muchas mujeres, porque tenemos mucho talento». Una de las características de este evento, con el que la autora de La puerta violeta revoluciona la Sierra del Segura, es su responsabilidad social y medioambiental, algo con lo que festival y cantante están comprometidos. «Lo he estado desde el principio. Yo vengo de allí, de bañarme en el río, de coger fruta y verdura de la huerta… Es necesario saber de dónde vienen las cosas y conocer las consecuencias que tienen sobre la naturaleza problemas como el cambio climático», explica Rozalén.
Vestido RINASCIMENTO, americana ASOS, sandalias LIU JO y pendientes DANIEL ESPINOSA
Son muchos los festivales de música que comparten este espíritu de concienciación con el futuro de nuestro planeta. Un valor que la artista considera imprescindible al tratarse de eventos tan multitudinarios. «Es necesario que fomenten el reciclaje y la conservación del medio ambiente. En los festivales se apuesta por este tipo de acciones, como la posibilidad de pagar por un vaso, usarlo todo el fin de semana, y al final quedártelo de recuerdo o devolverlo. Necesitamos potenciar ese mensaje y, por suerte, la gente se está poniendo seria con esto».
El reciclaje, la contaminación y el cambio climático son temas que algunos políticos aún no consideran de vital importancia. «En la política hay gente que aún no se cree que nos estamos cargando el planeta. Me parece egoísmo puro el no pensar en los que vienen detrás. Son personas que, o leen poco, o no están en este mundo. En mi sierra hay ríos que ya no existen. No sé qué tiene que pasar para que espabilemos, pero seguro que será algo muy gordo».
Camiseta JUST CAVALLI y pendientes BERSHKA
Como buena defensora de diferentes causas sociales, esta problemática podría ser la protagonista de algunas de las nuevas canciones que está componiendo para su próximo álbum. «En mi primer disco está Levántate, que es una oda a la naturaleza, pero es verdad que tengo que meter más caña. Lo que pasa es que tampoco quiero ser oportunista». Sobre lo que sí está escribiendo es acerca de la situación de los refugiados o las mujeres. «También estoy hablando del odio que se dispara en las redes sociales, pero muy de guasa, porque lo mejor que le puedes dedicar a alguien que te odia es mucho amor. Mira lo que ha pasado con Gaysper y el colectivo LGTBI… ¿Me atacas con eso? Pues yo lo acojo y lo abrazo».
No es la primera vez que la creadora de uno de los involuntarios himnos más recientes del colectivo, Comiéndote a besos, se vuelca con la causa LGTBI. «Es que mira lo que está ocurriendo, ahora quieren que el Orgullo esté escondidico…», comenta indignada. «Hay que seguir luchando». De batallas sabe mucho María Rozalén. Una de las últimas a las que se ha tenido que enfrentar ha sido contra aquellos que la critican por decir lo que piensa sin tapujos. «Me escriben para decirme que me calle la boca y deje de opinar, y cuanto más me lo dicen, más ganas me dan de hablar… Si no lo hiciera, no sería yo».
Vestido ASOS y sandalias PURA LÓPEZ
A lo largo de la extensa gira de conciertos y festivales en la que Rozalén lleva inmersa durante los últimos años, la cantante ha podido sacar tiempo, ya sea en el backstage o en hoteles, para ir dando forma al que será su cuarto álbum. «Este último disco ha dado mucho que hablar, y me voy a volver loca para superar expectativas. Pero nos vamos a atrever a hacer muchas cosas», nos adelanta. «Estoy mucho más introspectiva, más mística, escribiendo sobre el sentido de la vida… Pero aún hay muchas cosas en el aire». Si hablamos de fechas, solo nos da una pista. «Para el año que viene seguro que algo habrá». Mientras tanto, queda disfrutar de sus directos por toda España.
fotos: danniel rojas
estilismo: arturo argüelles
maquillaje y peluquería: cristina libertad
agradecimientos: el pavón teatro kamikaze (madrid)
MÁS INFORMACIÓN DE SUS CONCIERTOS EN ROZALEN.ORG Y LETURALMA.ES