Llamamos por teléfono a Esperanza Gracia y ella, acostumbrada a vivir en un mundo sensorial diferente, se entera en ese mismo instante de que protagonizará la portada de este número de Shangay: “Cómo mola, me gusta más la portada de Shangay que la portada de ¡Hola! Veo más magia en la vuestra”. Y a partir de ese momento –rima incluida–, la conversación no abandonará ese tono amable y desenfadado que la caracteriza en pantalla. Hasta el punto de que si tiene que recurrir al humor para reírse de sí misma y desdramatizar, lo hace sin problema: “Siempre hay que poner a las personas en un aura positiva, porque la negativa ya la llevamos nosotros dentro. Cuando tú le das a los demás alegría y esperanza, tu vida cambia. El problema seguirá sin desaparecer, pero se afronta de otra manera”, explica sobre su forma de afrontar el día a día.
La astróloga más mediática de nuestro país también es este mes uno de los rostros –junto al futurólogo Miguel Pacheco, el mentalista Pablo Raijenstein y la tarotista Úrsula Dulcinea– de la campaña veraniega de la Lotería de Navidad, cuyos décimos ya se pueden adquirir desde hace unos días. A Esperanza, que guarda un sinfín de anécdotas, le hace especial ilusión esta colaboración, si tenemos en cuenta con qué lo compara. “Es un día con connotaciones muy mágicas. Los dos patitos… Para mí esto es un broche de oro a mi carrera, casi me puedo retirar. Aunque no pienso hacerlo nunca, lo hará la vida. Contactó conmigo la productora para ver si me interesaba el proyecto, y cuando me contaron que se trataba de la lotería de Navidad, no me lo podía creer. Ha sido como hacer un cameo con Santiago Segura, o que me pusieran en una alfombra roja para brillar, qué regalazo me ha dado la vida con esta campaña”. Y recuerda cómo fue, desde muy pequeña, su vinculación con un momento tan especial para toda las familias. “Tú porque eres muy joven, pero yo he nacido escuchando la Lotería de Navidad por la radio, el día 22 de diciembre mi padre la sintonizaba, me daba un papel con los números que había comprado, y yo iba uno por uno a ver si por casualidad nos había tocado. Pero más allá de la pedrea y el reintegro…”. Cada respuesta viene acompañada de un aura mística donde Esperanza se mueve como nadie. “Soy poco jugadora, la vida ha sido muy generosa conmigo y la suerte la comparto con otras personas, y me encanta”, afirma cuando le preguntamos sobre si es asidua a comprar décimos. Precisamente, compartir para que la felicidad se distribuya es uno de los puntos en los que Loterías y Apuestas de Estado lleva años insistiendo.
“Qué regalazo me ha dado la vida con esta campaña, es como hacer un cameo con Santiago Segura”
Además, la campaña tiene como leitmotiv intentar adivinar dónde caerá El Gordo, y predecirlo será tarea para estos adivinos. “No sé si habrá alguien que pueda adivinar el número, yo es que no me considero vidente… Lo único que le digo a los que me preguntan, teniendo en cuenta la fecha y dónde están los planetas, es que se ve claro que va a caer de una manera muy dispersa”. Pero tras una reflexiva pausa, añade un factor clave para los que ya estén haciendo cábalas: “Marte estará muy activo, y tocará en una zona con muchos pimientos. Extremadura o por ahí, ¿no? Me han escrito por Twitter personas que se van a dedicar a plantarlos estos meses para ver si les toca, la repercusión es muy graciosa”. Las redes sociales, y todo el feedback que generan, es otro de los rasgos de esta Esperanza modernizada, capaz de reinventarse para llegar a otro tipo de público que consulta su horóscopo antes de darle a like. “Me llaman Tita Espe, dentro de poco me llamarán Abuelita Espe, pero da lo mismo. Me conocen por su abuela, su madre, son tres generaciones las que llevo trabajando”, una nueva fórmula a la que solo le ve el beneficio. “Pues me ocupa tres horas de trabajo todos los días, imagina. Los fines de semana incluso más. Pero oye, que está muy bien. Para empezar, es que me parece muy gracioso. Y tampoco considero que me exponga, o se hable de algo que no sea mi profesión; son regalitos cósmicos que me da la vida”.
Pues Tita Espe es, por méritos propios, un personaje incombustible que durante treinta años ha solucionado todo aquello que nos atormenta, nos perturba y nos inquieta, su ya mítica coletilla. Pero, ¿y a ella qué le preocupa? “España es Sagitario, tiene una fuerza increíble. Si te das cuenta, se levanta y sale delante de incendios, terremotos y todo lo que le echen. Es diferente, y es verdad”. Y tras este impasse, vuelve la Esperanza más estelar –nunca mejor dicho– para arrojar luz en la oscuridad. “Yo le hablo al cosmos, le digo, oye mira, encárgate que aquí no podemos hacer nada, y lo resuelve todo al final. Y el karma de cada uno también actúa, cuidadito que pasa factura. Esas dos cosas son las únicas en las que confío. Se lo dejo todo a ellos”. Por cierto, lo que no le preocupa en absoluto es que se le llame bruja para desacreditarla –“en Telecinco me llaman ‘bruji’ de toda la vida”–, o tener que ganarse la credibilidad de los que jamás le van a consultar. “No soy ni adivina ni vidente, al final todos tenemos golpes de intuición, y yo desde siempre la he tenido muy potente”. Y especifica: “Acertar el futuro ya es otra cosa, porque cada uno construye el suyo… Lo que pasa es que cuando hablas a una persona de su pasado, sin que ella te haya contando nada, confía en ti y ve que hay una conexión. Y la primera a la que estas cosas dejan impactada es a mí. La primera escéptica puedo ser yo; sí que es verdad que la astrología me da pautas poderosas, pero no deja de ser todo un juego en el que se acierta. También todos podemos pintar, pero unos pintan obras maestras, y otros, churros”.
Antes de pensar dónde preparamos nuestro huerto de pimientos, descubrimos que la conexión de Esperanza con el colectivo LGTBI trasciende más allá de su entorno. “Una muy buena amiga me va a reñir, porque dice que siempre cuento lo mismo, pero es verdad… Mis grandes amigos son gays, y son lo más. Tienen un punto creativo, una sensibilidad, un saber estar. No tengo ningún amigo heterosexual. Conocidos como mucho. Te puedo empezar a enumerar… Y luego mira dónde en qué canal trabajo”, añade entre risas. Y que cuando un joven gay, tal vez en una época menos tolerante, se ha sentido perdido, allí estaba ella para aportar su granito de arena a la causa, incluso más allá de sus competencias. “Me alegro de que los jóvenes casi no tengan que salir del armario porque no han estado encerrados. Otros lo han pasado fatal, y ahí venían a mí desolados, con vidas horrorosas, incluso casados con mujeres, y me he identificado mucho con ellos. Incluso me encargaba de hablar con sus madres. Les echaba las cartas y les decía, no sabes la suerte que tienes de tener un hijo así, y jamás te abandonará”. Y que ella no lo haga nunca con nosotros, por favor.
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