Decía Federico García Lorca que “solo el misterio nos hace vivir. Cada minuto, cada persona, cada actitud puede ser el germen de una obra dramática”. Una frase –y un personaje– suficientemente inspiradora como para que Manoli haya decidido abrir una puerta desconocida por la que se colará el nuevo y único Immersive Clandestine Show de la noche madrileña. “Lorca es uno de los mejores dramaturgos que ha dado este país. Madrid se merece que le recordemos, su Granada es una de las cunas del flamenco y La casa de Bernarda Alba funciona a la perfección como un lienzo donde el espectador crea su historia”, explica la gran artífice de Tacones Manoli, que decidió ponerle ese sobrenombre a su idea creativa porque “se me quedaba soso solo con mi nombre, y los oficios son firma de la casa; Medias Puri, Uñas Chung Lee… ¿Por qué no Tacones Manoli? Es cosecha mía”.
Así, queda claro que detrás de esta locura vuelve a aparecer la promotora LetsGo, pionera en introducir en nuestro país los espectáculos más novedosos y experiencias sensoriales que van mucho más allá del clásico ocio. Sin embargo, Manoli se apresura en aclarar la diferencia entre su ‘negocio’ y los de sus predecesoras. “Solo comparten la extravagancia y la clandestinidad, pero Medias Puri y Uñas Chung Lee son discotecas, y Tacones Manoli es una obra inmersiva. Y aquí nunca debemos desvelar lo que ocurre dentro, porque gran parte de la experiencia viene por la sorpresa de lo que te espera”. El proyecto cuenta además con el habitual equipo creativo, encabezado por Felype de Lima, responsable de la dirección artística y la escenografía, y Manuel Liñán, coreógrafo de reconocido prestigio que, curiosamente, siempre ha reivindicado sobre el escenario que el tacón es de todos y para todos, independientemente del género, condición sexual o disciplina. Y Manoli está completamente de acuerdo: “El taconeo es flamenco, es ritmo, es arte; y si nos ponemos reivindicativos, el zapato de tacón es sinónimo de mujer, de poder, de seducción, de paso seguro… ¿Hay algo más potente que la mujer?”.
A través de una original campaña en las redes sociales hemos descubierto que Puri, cuya alma de empresaria le había empujado a montar un nuevo negocio visto el éxito de su mercería, confió en Manoli como ideóloga, y ambas mantienen un pique sano que esta se apresura en aclarar: “No es rivalidad, es que no nos hemos puesto de acuerdo en este proyecto”. Y añade, para tranquilidad de los curiosos, que “ante todo, Puri es mi ‘prima’, y siempre le agradeceré que haya confiado en mí. Porque yo soy una artista y no puedo hacer todo lo que me ordenen sin cuestionar las cosas”. Sin ir más lejos, confiesa que fue Puri quien le recomendó su nombre artístico. “Me lo puso cuando bailábamos juntas hace años, nuestra amistad viene de lejos. Soy pasional, flamenca y muy testaruda; precisamente por eso, y por la confianza que tengo con Puri, me he permitido influir tanto en el nuevo local. Algún día me lo perdonará… ¡Te quiero, amiga!”.
Tacones Manoli será un viaje lorquiano hasta el universo de uno de los grandes escritores de nuestra historia a través de los bizarros personajes de La casa de Bernarda Alba y que, como mencionaba Manoli en las primeras líneas de este reportaje, tendrá en el flamenco su protagonista absoluto. “El flamenco es lo más grande que hay. Porque a pesar de ser un género musical muy conservador, está en continua renovación, como ya demostraron en su día Camarón (o más recientemente, Rosalía), y ahí hay un filón. Eso lo sabe Puri y lo sé yo”. Y todo ello también tiene un motivo sentimental. “Es que conocí a Puri gracias al flamenco. Ahora es empresaria y mira por sus negocios, pero mi comadre es una artista, y nuestra amistad se forjó en los tablaos. De hecho, mira… Llevábamos años sin vernos, ¿y dónde nos reencontramos? ¡En un tablao!”.
Como no podía ser de otra manera, el luto será el punto de partida, aunque tratado desde una perspectiva tan original como surrealista, que caracteriza una sociedad tradicional religiosa, fanática e íntima (bien se aprecia en el material gráfico, donde nos encontramos desde una mujer con peineta y alhajas clavando la mandíbula en una pata de jamón hasta un gitano medio desnudo con arnés, comiendo un tentáculo de pulpo). Tacones Manoli combinará baile, canto, música y teatro gestual e inmersivo. Y en este último concepto conviene detenerse un poco más, aunque sin desvelar ningún elemento de más: “Es algo que hay que vivir para entenderlo. Un show inmersivo, o al menos nuestro show, es una experiencia teatral en la que el espectador no es un sujeto pasivo que ve un espectáculo desde una butaca, sino que forma parte de él, elige su propia experiencia. Nunca será la misma, ni la misma que la de su acompañante… Y eso es todo lo que puedo contar por ahora”, explica entusiasmada. En esta ocasión, el director de LetsGo, Iñaki Fernández, ha tomado como referencia experiencias teatrales inmersivas a puerta cerrada de renombre internacional, como Sleep No More, que triunfa en Nueva York y Shanghái, adaptándolas a su estilo característico.
Intentamos sonsacar a Manoli más detalles, pero se resiste. Nos filtra que la fecha de inauguración será el próximo 26 de septiembre, pero ni rastro de la localización; un palacio antiguo en el centro de la capital de ubicación secreta, “construido durante la Edad Media, con mucha historia y cuenta con tres plantas y varias salas que actúan como hilo conductor, merece la pena venir solo por verlo”. También confiesa que al entrar recibirá a los asistentes con linternas para que puedan desenvolverse en la oscuridad, y máscaras venecianas al estilo Eyes Wide Shut.
Por último, nos recomienda encarecidamente que dejemos fluir la noche, y nos separemos de nuestro grupo para recorrer el edificio sin ataduras. Y es que habrá entre ocho y diez actuaciones simultáneas por todo el espacio, incluso un momento donde entraremos en una cocina ficticia, y nos sentaremos en la mesa con los artistas, pero no dejarán de actuar en ningún momento. Una maravillosa vuelta de tuerca que ejemplifica lo bien que le sienta ese aire clandestino a Madrid, una tendencia en auge que a Manoli le entusiasma. “Es que cada vez somos más neoyorquinos, ¿no? La conclusión que saco en claro es que Madrid quiere que la sorprendan, y lo vamos a hacer; es una ciudad con mucha vida y mucho ocio, pero hoy en día toda la información está al alcance de un clic en Internet, por eso un poco de intriga siempre es bien recibida”. Larga vida a Manoli, a la intriga y a sus tacones.
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