La versión gótica de RuPaul’s Drag Race se llama Dragula, tiene tres temporadas y es el concurso perfecto para ver en octubre, el mes del terror. En este concurso-reality, en vez del título de ‘drag superstar’ se gana el de ‘drag supermonster’. Las pruebas no las gana la que mejor baila o la más cómica, sino la que más grima transmita o más sangre falsa lleve encima.
Dragula está presentado y producido por los hermanos Boulet, dos reinas oscuras individualmente conocidas como Dracmorda y Swanthula Boulet. Que decidieron grabar el programa basándose en el evento que tenía lugar en su club de San Francisco con el mismo nombre. En la versión del club, las actuaciones tenían toques de terror, gore y humor negro. Una vez concluidas, los jurados nombraban al ganador. Dato curioso: Valentina ganó en su día dos años antes de saltar a la fama con RuPaul’s Drag Race en 2017.
La primera temporada, que se puede ver entera en YouTube, tenía un presupuesto más bien bajo… y se nota. Pero aun así tiene su encanto, un toque de autenticidad que resulta interesante ya que se muestra un estilo de expresión drag que no se había visto hasta entonces en televisión, mucho más alternativo. En vez de centrarse en la moda y el baile, se anima a las concursantes a crear e interpretar historias inspiradas en zombis, brujas y demás componentes clásicos del terror. Y lo mejor del show es que, en vez de una batalla lip-sync para saber quién es la eliminada de esa semana como haría RuPaul, en Dragula las obligan a vivir experiencias extremas, como cuando las entierran vivas en un sarcófago mientras les caen gusanos encima, y lo peor (o lo mejor) es que no podían quejarse o se iban a casa. Personalmente, la que más me impactó fue una en que tenían que comer sesos de cerdo sin utilizar las manos. Y en estas pruebas, la que peor lo haga, será exterminada… Sashay away, darling.
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El escritor Jeff Leavell, de la famosa plataforma VICE, hizo una crítica constructiva sobre la serie, denominándola “rara, contundente y que sea mea en las leyes heteronormativas socialmente impuestas”. También dijo que “Dragula no debería considerarse un simple show sobre drag queens que aman lo grotesco y las performances artísticas extremas, sino que en realidad nos anima a todos a permanecer unidos, seas o no una supermonster”.
¡Viva la inclusividad!