Rubén Ochandiano: "La interpretación es una profesión complicadísima y cruel"

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No muchos actores pueden presumir de llevar veinte años dedicándose a la interpretación y haber trabajado con directores como Pedro Almodóvar o Alejandro González Iñárritu. Una profesión nada fácil pero, como Rubén Ochandiano afirma, muy satisfactoria. “Siempre me he sentido muy afortunado, incluso en los momentos más bajos, pero eso no quita que sea una profesión complicadísima y cruel. Hay mucha gente que no consigue trabajar de esto”.

Una realidad a la que tienen que enfrentarse muchos intérpretes y que, en palabras de Ochandiano, no se puede esquivar. “Esta vocación es como una llamada divina, no lo escoges tú, te elige ella a ti. Es una putada, pero como dice un personaje en la serie Extras: ‘Hasta el día más duro en el rodaje es mejor que cualquier otro día”.

Por suerte, a costa de mucho esfuerzo, el actor madrileño se encuentra en una de sus etapas más fructíferas. “Estoy feliz, viviendo una época dulce. Me lo estoy pasando muy bien”. Entre los proyectos que tiene entre manos se encuentra la nueva película de Daniel Calparsoro, El silencio de la ciudad blanca. “Mi personaje es pequeño pero me hacía ilusión volver a trabajar con Daniel, que siempre es una maravilla. Además, me gusta estar en una película así junto a Javier Rey, Belén Rueda, Aura Garrido, Àlex Brendemühl…”.

Otro rodaje le ha llevado fuera de nuestras fronteras –“en los últimos años he trabajado más fuera que en España, tanto que lo exótico me parece rodar aquí”–. Hablamos de la serie de Netflix Undercover, a la que en nuestro país añaden el subtítulo Operación Éxtasis. “Acabo de terminar la segunda temporada. Mi personaje es un agente español que colabora con la policía europea para desmantelar operaciones de tráfico de drogas. Un tío entre violento y místico”.

Su salto internacional no deja de dar frutos, tanto que es uno de los miembros de la Academia de Hollywood. “Fue una sorpresa alucinante, porque además tú no te postulas, ellos deciden mandarte la invitación”. Entre estos grandes proyectos, el actor necesita nutrirse en lugares más creativos, como es el caso del teatro. “Me apetecía hacer algo que dependiera solo de mí, y hacerlo con mi gente”. Por eso ha escrito, dirige y tiene un papel en El alivio o la crueldad de los muertos, la obra que estrenará el 7 de febrero en la sala Nave 73 de Madrid.

Poco queda del Rubén Ochandiano que el público conoció hace dos décadas. “Soy otra persona. Antes me llevaba peor conmigo mismo y con el mundo, ahora estoy bastante a gusto”. Un tiempo en el que no ha dejado de crecer y de adaptarse a los tiempos. No hay más que ver sus redes sociales, de las que se declara medio adicto. “Tengo una relación amor-odio con ellas, pero desgraciadamente son imprescindibles. Me las quité dos años y sentí que era ingerido por un agujero negro… Repercutió muchísimo en mi vida social, y eso me parece espeluznante”.

Respecto al uso que hace de ellas, dice sin ningún reparo: “Todos sabemos que Instagram es como un Tinder elegante. Lo uso para todo, desde para hacer promoción hasta para ligar”. Aunque también hay lugar para su compromiso social, “porque publico causas que de verdad me movilizan y me tocan el corazón”.