Un test de embarazo positivo y un concierto de flamenco cambiaron por completo la vida de Verónica. La primera canción que tocaron aquel día fue la mítica Mamy Blue, nombre que le inspiró para crear su blog personal de viajes y consejos gastronómicos, además de una cuenta de Instagram privada donde iba narrando cómo evolucionaba su gestación. “Empezamos compartiendo nuestro embarazo con nuestros amigos. Sí que es cierto que cuando vimos que existía una necesidad de referentes, porque cuando buscábamos en España familias homoparentales de dos mujeres no encontrábamos nada, sentimos que nuestro hijo iba a llegar a un mundo que no estaba preparado para nosotros. A partir de ahí nos hemos ido profesionalizando, también en la lucha”, explica. Cuando su red de seguidores comenzó a dispararse, creyó oportuno cambiar el modus operandi hasta convertirse en toda una referencia de visibilidad. “Siempre hemos luchado por otras personas que no son tan afortunadas, y que no han nacido en un contexto tan agradable. Todo en nuestra vida ha surgido de una manera natural, sin pretensión de ningún tipo”. Ella habla en plural porque comparte Oh! Mami Blue –el nombre de todo este proyecto digital– con el pequeño Álex, que tiene ya tres años y medio, y con su mujer Jana, a la que nos faltaba por presentar, y que nos explica, con la mirada cómplice de su mujer por qué forman un tándem perfecto. “Siempre digo que a mí me gusta lo blandito de la pizza y a ella el borde… Nos complementamos en todo”.
Por supuesto, también estuvieron de acuerdo en quién iba a llevar a Álex en su vientre, una decisión que fue muy sencilla pese a lo que se podría pensar. “En ese caso fue igual; yo no tenía la necesidad de gestarlo y parirlo para sentirme realizada como madre, y ella sí. Lo tuvimos claro desde el principio”, recuerda Jana. Ella es profesora, “y en mi colegio todos mis compañeros saben que estoy casada con una mujer, quién es nuestro hijo, que está escolarizado en nuestro propio centro”, así que tienen la fortuna de poder contar una historia donde la discriminación no tiene cabida. “Es que además, nunca habríamos estado en un trabajo donde no se nos quiere. Eso es importante. ¿Cuánta gente hay trabajando en sitios católicos que no viven su condición en libertad y no se atreven a dar el paso? Nos han planteado por redes verdaderos dramas… No vamos a estar representando nada que no nos quiera representar”, afirma Verónica con rotundidad. Jana, en la misma línea, hace referencia a este clima de normalidad, propiciado por generaciones anteriores –entre las que nos incluyen como revista pionera– que no lo tuvieron tan fácil como ellas. “Tenemos mucho camino allanado, porque ha habido un montón de gente que ha luchado por nuestros derechos durante décadas. Y a pesar de que aún hay algunos sectores que todavía tienen un poco de caspa, nosotras hemos vivido nuestra relación como cualquier otra familia. Nunca hemos tenido ningún problema, todo lo contrario”.
Oh!Mamiblue tienen las ideas muy claras. Cuando les preguntamos por el término activismo y el abanico que engloba, nos confiesan una de las últimas decisiones que han tomado a raíz del auge de políticas LGTBIfóbicas a lo largo y ancho del planeta. “Hemos decidido dejar de viajar a todos los países donde el matrimonio igualitario no esté legalizado y donde no haya leyes LGTBI que nos protejan. Y creo que todos deberíamos hacerlo, a ver si perdiendo turismo y dinero…”. Sin embargo, ponen su punto de mira en el propio colectivo, donde creen que todavía hay que seguir luchando por la igualdad. “Pues eso, que a veces no avanzamos porque es el propio colectivo el que no lo hace. A día de hoy tenemos amigas a las que les da miedo exponerse por si su hijo sufre, por si las echan del trabajo o por si en el gimnasio las demás se sienten incómodas en el vestuario… Hay que empoderarse y ser más valiente”, se lamenta Jana. Y Vero puntualiza: “También depende de cómo te lo tomes tú, y los tabúes que tengas contigo misma. Ahí ya nos metemos en el terreno de la microhomofobia que tenemos interiorizada dentro del propio colectivo, donde la mujer lesbiana ha sido más invisible todos estos años”.
A pesar de ello, son optimistas con los avances que ha conseguido la sociedad española en materia de visibilidad lésbica y erradicación de la cultura machista. “Ahora como que está resurgiendo, y está apareciendo mucho personaje público abiertamente LGTB, y eso también es bueno”, cuentan. Y son plenamente conscientes de que esta lucha es una carrera de fondo. “Hay que tomárselo con paciencia, incluso con humor. Sabemos que nuestro modelo de familia es muy nuevo, el matrimonio igualitario solo lleva vigente desde 2005, y nuestros hijos son todavía muy jóvenes. ¿Qué será una familia ‘normal’ dentro de veinte años? Lo normativo ya no existirá”. Hemos apalabrado volver a encontrarnos para verificarlo. Por cierto, antes de terminar, no nos resistimos a mencionar que, durante toda la entrevista, el pequeño Álex correteaba feliz por el estudio y jugaba con cables y micrófonos. Fue entonces cuando pudimos comprobar por qué no pueden borrar la sonrisa de sus rostros…
Agradecimientos bymarisa.es