Cada noche que se abre el telón del madrileño Teatro Rialto, el público se sumerge al instante en un mundo lleno de plumas, brillo, música, baile, seducción, amor y mucho humor. Esa es la realidad en la que viven los protagonistas de La jaula de las locas, el musical basado en el texto de 1973 escrito por el francés Jean Poiret y su posterior adaptación a Broadway.
En ella nos adentramos en la espectacular La Cage aux Folles de Saint Tropez, un club nocturno dirigido por Georges y su pareja, la gran estrella del lugar, Albin, a quien da vida el mejor maestro de ceremonias que este gran espectáculo podría tener, Àngel Llàcer. “Hay gente que viene pensando ‘este es el de la tele’, y luego se van sorprendidos de cómo canto o cómo actúo…, pero es que soy actor”. El barcelonés encabeza este exitoso canto a la libertad, al empoderamiento y a la felicidad, un mensaje tan necesario como enriquecedor que invita al espectador a decir orgulloso, como él mismo canta en uno de los números musicales, «yo soy lo que soy».
SHANGAY ⇒ ¿Cómo está recibiendo la obra el público de Madrid?
ÀNGEL LLÀCER ⇒ Está yendo superbien. La verdad es que estoy muy contento por cómo se lo pasa la gente, cómo se deja emocionar por la historia. El público viene a La jaula de las locas pensando en algo simplemente lúdico, pero es una obra que te acaba tocando la patata. También es cierto que la mayor parte del público son adultos, y me falta que vengan familias con críos. En Barcelona recuerdo que venía más gente con sus hijos, porque realmente es un musical clásico, con músicos en directo y con una historia de amor y familiar.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que ocurre esto?
ÀNGEL LLÀCER ⇒ Igual no traen a niños porque consideran que la homosexualidad no es una cosa para ellos. No tiene sentido, porque es una historia de amor. ¿Por qué no van a llevar a niños a un teatro musical? Hay cosas que no entiendo, como cuando escriben que los protagonistas Albin y Georges son una pareja homosexual, si son nombres de hombre no hace falta que pongas homosexual. Tú no dices que Carlos y Laura son una pareja heterosexual.
SHANGAY ⇒ A la hora de dar vida a los protagonistas, ¿había riesgo de caer en la parodia?
ÀNGEL LLÀCER ⇒ No, porque los personajes son encantadores. Están escritos así, y solo tuvimos que seguir el guion. Albin es una persona agradable, tierna, sencilla, muy sensible, divertida… Yo siempre digo que en ese pueblo, en Saint Tropez, todos los sentimientos que hay son positivos. Porque el buenrollismo y el estar bien es lo que quiero compartir. Yo me lo paso súper bien haciéndola y dirigiéndola.
SHANGAY ⇒ ¿Qué te llevó a ponerte detrás de este proyecto?
ÀNGEL LLÀCER ⇒ Fueron las ganas de llegar al corazón de la gente. Yo me dedico a intentar a hacer mejor la vida de las personas que tengo alrededor, y eso lo hago tanto en la intimidad como en el trabajo. Soy un gran anfitrión, y si vienes a mi casa me preocupo de que estés bien, que no te falte de nada… Pues lo mismo hago con los espectáculos. Intento que las personas que vengan, cuando salgan del teatro sean más felices de lo que han entrado. Al final es lo que se queda en la gente.
SHANGAY ⇒ ¿No había ninguna intención de visibilizar la realidad del colectivo LGTBI?
ÀNGEL LLÀCER ⇒ Cuando canto Soy lo que soy, que es la canción más emblemática del espectáculo, no intento reivindicar nada, solo me muestro tal y como soy. No puedo exigir que tú me quieras ni obligarte a que me respetes. Yo solo digo que soy este, y si quieres venir conmigo adelante, y si no, pues buen viaje. La libertad habla de eso. Muchas veces los colectivos, ya sea LGTBI u otros, cuando hacen sus discursos suelen exigir cosas. Yo no lo hago, y sé que es un problema, pero a mí no me gusta exigir a nadie nada. No soy nada reivindicativo.
SHANGAY ⇒ Hay ciertos aspectos sobre derechos LGTBI que parecían superados y vuelven a ponerse en tela de juicio en la actualidad…
ÀNGEL LLÀCER ⇒ Tengo 46 y sigo sin saber a qué corresponde este miedo a la homosexualidad. Todos somos diferentes y todos somos iguales. El hecho de acostarte con una persona o con otra no es un rasgo diferencial. Esta obra habla del amor, de quererse a uno mismo, y eso también quiere decir aceptar que los demás no te quieran, no pasa nada. Es tan absurdo que por dar amor te miren diferente… Al final es la ignorancia la que provoca estas cosas, lo que crea el miedo. También hay mucha autocensura y autohomofobia, y ese es el problema real. Que yo no le guste a una persona me da igual, el problema es si yo no me gusto a mí mismo. Hay tanto trabajo por hacer…
SHANGAY ⇒ ¿Qué consideras que es el activismo hoy en día?
ÀNGEL LLÀCER ⇒ Yo creo que ser sincero contigo mismo. Intentar que tu peor enemigo no seas tú.
SHANGAY ⇒ Hay quien gracias a esta obra ha descubierto tu gran faceta interpretativa…
ÀNGEL LLÀCER ⇒ Llevo trabajando en el teatro toda la vida, pero es verdad que nunca he hecho cine y que la televisión, que siempre me ha llamado y me quiere, parece que ha acabado eclipsando todo lo demás. Nunca he invertido energía para trabajar en televisión, siempre ha sido la televisión la que me ha llamado a mí. La verdad es que tengo presencia, pero solo he hecho tres programas, Operación Triunfo, Tú sí que vales y Tu cara me suena, que son grandes formatos.
SHANGAY ⇒ ¿Tienes más proyectos de teatro entre manos?
ÀNGEL LLÀCER ⇒ Tengo cosas, pero no puedo adelantar nada.
EL MUSICAL LA JAULA DE LAS LOCAS SE REPRESENTA DE MARTES A DOMINGO EN EL TEATRO RIALTO DE MADRID