El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a sorprendernos con sus extremas medidas en contra de la comunidad LGTBI, y se plantea permitir a los médicos que no atiendan a las personas transexuales en plena pandemia mundial.
El comportamiento homófobo y racista de Trump es algo que todo el mundo conoce, sin embargo, el presidente estadounidense no deja de sorprendernos con las barbaridades que pasan por su cabeza, que cada día parecen alcanzar mayor magnitud.
Tras plantearse el despido legítimo de los trabajadores a causa de su orientación sexual, o negar la ciudadanía de los niños nacidos en el extranjero con padres homosexuales, Trump decide dar un paso más hacia la discriminación y plantea aprobar una ley que permita que los sanitarios dejen de atender a una persona transgénero en el caso de que su odio esté por encima de la ética.
En un momento de crisis sanitaria histórica, Trump ve apropiado dejar a una parte de los ciudadanos estadounidenses al descubierto, desprotegidos y sin oportunidad de curar una enfermedad que, a diferencia de él, no entiende de fronteras, edad, razas y, mucho menos, de orientación sexual.
Parece que Donald Trump se ha propuesto destruir todas y cada una de las leyes que Obama construyó en su día, y que amparaban y protegían a las personas transgénero, ya que no tardó en comunicar que dichas leyes estaban pasando por un proceso de revisión.
Por supuesto, esta no es la primera barbaridad que Trump se atreve a proponer en plena pandemia, recordemos que hace tan solo unos días el presidente insinuó que se podría probar a inyectar desinfectante en la sangre de los ciudadanos para comprobar si, con un poco de suerte, disipaba la enfermedad.
Estados Unidos es, paradójicamente, el país con más infectados por COVID-19 hasta el momento, con cerca de un millón de casos registrados y alrededor de sesenta mil fallecidos. Sin embargo, en caso de que esta nueva ley se apruebe definitivamente, no cabe duda de que habrá muchos más.