Capítulo 6
Hoy he estado a punto de abrirle la puerta a un tío solo para que me la chupara y se largara después, pero no lo he hecho por ti. Hace ya casi un año que te conozco, desde que nos presentaron en aquella discoteca, y no te despegas de mí ni con agua caliente. Te dije que no quería pareja, y me dijiste que “ok”. Te dije que seguiría quedando con tíos, y me dijiste que “de acuerdo”. Te dije que no me iba a borrar la aplicación, y también aceptaste. Y a pesar de todo lo que he vivido, a pesar de todo, te he estado hablando todos los días. Al principio quedé con un par, chicos que tenía guardados con la estrellita, nadie nuevo, solo porque lo necesitaba. Por aburrimiento, por ganas de hablar con alguien más, por puro morbo. Porque era fácil. Por si acaso. No sé si no me parecías suficiente, no sé si me lo pareces ahora. No sé si busco deslizando con el dedo uno mejor que tú, porque creo que me merezco algo “mejor” sin saber siquiera lo que eso significa. Porque me imagino una vida de ensueño, un futuro fantástico, y no estás en él. Pero entonces miro atrás y veo que no quedé con nadie nuevo. Lo intenté, me pajeé con algunas fotos de culos abiertos que me mandaron, estuve a punto de enviar mi dirección, pero no lo hice en el último momento porque el de la foto tampoco me parecía suficiente.
No sé si es que no dejas que te domine, si no me das el morbo necesario cuando entras por mi puerta con esa sonrisa en vez de con cara de puta. No sé si cuando estábamos en un restaurante, y aprovechaba que iba a mear para coger el móvil y ver quién había alrededor, lo hacía por costumbre o era una necesidad. No sé si las veces que veías el icono y, aunque ya te había dicho que estaba ahí, ponías esa cara de decepción, me enfadaba por ti o por mí. No sé si la primera vez que me la borré lo hice por ti o por mí. No sé si cuando me la volví a descargar fue porque quería encontrarme a aquel chico random que me miró por la calle, o porque llevaba dos semanas sin correrme contigo. No sé si no me corría contigo porque no lo hacías como a mí me gustaba, como lo buscaba en los otros, como estaba acostumbrado. No sé si es porque no me convence tu culo, o tu forma de comérmela. No sé si es porque no te sale pedirme que te agarrare del cuello o del pelo. No sé si es porque pesas más que yo, y porque no podría contigo ni aunque lo intentara, porque me ganas en todos los pulsos. No sé si es porque ahora que lo tengo claro, quiero estar soltero. No sé si es porque sé que te has enamorado de mí. No sé por qué el amor es lo que menos morbo me da.
Si me hubieras dicho hace un año que iba a estar meses sin quedar con nadie no te hubiera creído. Pero y si no quedo, ¿por qué sigo metiéndome en la app, por qué sigo buscando? Hoy, después de bloquear al tío que estaba calentándome, me he vuelto a desinstalar aquel icono. Puede que porque me he corrido antes de que él llegara, como ya me ha pasado otras veces. Puede que solo necesitara ese subidón y realmente no me apetecía siquiera que subiera. Puede que sea porque estás fuera y llevo unos días sin verte por primera vez en muchos meses. Puede que no tenga respuestas en un tiempo, y que por más que mire atrás lo único que sé es que, en el fondo, no he quedado con ningún tío por ti, aunque no sé explicar aún por qué. Puede que porque haya algo más que el sexo, después de todo.
Puede que esté cansado de buscar. Puede que sea conformismo. Puede.
Puede que me esté perdiendo a alguien mejor que tú, pero no sé si encontraré alguien que me trate mejor de lo que tú lo haces. Y dudo mucho que lo encuentre en esa aplicación. Hasta que vuelva a instalármela tendré que pensar en eso. O puede que no vuelva a hacerlo. Puede que no vuelva a necesitarla hasta que te canses y te des cuenta que el que se merece alguien mejor, el que podría encontrar alguien mucho mejor, eres tú. Porque en un año todavía no estoy seguro de si me he recompuesto, por más que te he visto recoger pedazos del suelo. En un año no sé si estoy preparado para aceptar que no dejamos de hablar de planes futuros. En un año no me he quitado aún de la cabeza que puede que mi vida no acabe aquí, sino que empiece algo nuevo. En un año no me he convencido de que merezca algo así, y que para ello tengo que renunciar a todo lo demás. Incluida la necesidad de conectarme, que me ha agarrado y no me deja irme, y si lo consigo siempre vuelvo a ella. Puede que pase otro año, puede que solo pase un día. Puede que solo necesite apagar el móvil y dormir. Después de correrme siempre me entra sueño y apenas me queda batería de tanto buscar. Puede que mañana. No sé.
Sé que te quiero, pero me voy a volver a conectar igual.
‘RELATOS GAIS (DES)CONECTADOS’
BREVES RELATOS homoeróticos de ficción ESCRITOS POR el periodista pablo paiz
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FOTO: MANO MARTÍNEZ