Cuando no has llegado en plena forma a la operación bikini, asistir a un evento gay puede resultar bastante desalentador. Sobre todo si se trata de una fiesta en la playa donde el dress code es un minúsculo traje de baño que no nos ayuda a disimular los complejos. A todo esto hay que añadir a la ecuación la tan nociva presión del postureo gay.
Para salir del atolladero con dignidad es aconsejable seguir unas pautas que nos permitan camuflarnos entre el ganado y no sufrir:
1. Estar de pie y caminar con la espalda lo más recta que podamos. Así pareceremos seguros, aunque no lo estemos. Cuando nos encorvamos damos la impresión de estar ocultando algo, y hará que todos claven sus pupilas en nosotros.
2. Caminar con confianza, con pasos firmes y decididos. Nena, no eres un pajarito cobarde, eres un poderoso unicornio.
3. Sonreír y divertirnos. Está comprobado que nos sentimos atraídos por las personas felices. Desprender buenas vibraciones es fundamental.
Oye, y si quieres ir a lo fácil y seguro, lo más sencillo es que te quites el bañador y te pavonees desnudo entre la multitud. ¡Así de simple! El ejemplo perfecto lo tenemos en el siguiente vídeo, que demuestra que convertirse en el centro de atención es así de sencillo. En esa playa no habían visto algo así de descomunal desde el ‘negro de Whatsapp’.