'La diosa Fortuna' o la apuesta por la diversidad de las familias LGTBI del director Ferzan Ozpetek

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Imposible olvidar su exitoso debut, Hamam: el baño turco, que puso a Ferzan Ozpetek en el mapa internacional con una película de lo más sensual, y que se convirtió en uno de los títulos LGTBI clave de finales de los 90.

Ozpetek ha demostrado su tenacidad como cineasta claramente mediterráneo y, en ocasiones, igualando el éxito de crítica y público de sus inicios, como con La ventana de enfrente, en 2003. Fiel a sus principios y a su manera de entender el cine, vuelve en esta ocasión a dar relevancia al universo LGTBI en La diosa Fortuna.

En ella cuenta la historia de Arturo (Stefano Accorsi) y Alessandro (Edoardo Leo), que están juntos desde hace quince años. Aunque han sido muy felices, su relación está en crisis desde hace un tiempo. Pero la repentina llegada a casa de los hijos de Annamaria (Jasmine Trinca), la mejor amiga de Alessandro, dará un giro inesperado a su aburrida rutina.

En esta ocasión, Ozpetek habla de qué ocurre en una pareja cuando ha desaparecido la pasión, y cómo el paso del tiempo puede ser letal para una relación. “El santuario de Fortuna Primigenia, dedicado a la Diosa Fortuna, en la ciudad de Palestrina, me parecía perfecto como punto de partida para una historia de amor que jamás antes había contado”, explica Ferzan Ozpetek.

“Normalmente, mis historias hablan del comienzo de un romance o del momento en el que estalla la pasión. En esta ocasión, quería contar la historia de dos personas que han estado juntas durante mucho tiempo y están a punto de separarse, porque se han convertido en algo así como hermanos”. Puntualiza que el hecho de que los protagonistas sean homosexuales es irrelevante, “podrían ser un hombre y una mujer, o dos mujeres”.

En La diosa Fortuna, la aparición fortuita de dos niños en la vida de los protagonistas ayuda a que se dé esa situación favorable para la continuidad. “Se ven obligados a lidiar con algo que no se habían planteado: nunca se imaginaron como ‘padres”.

Lo que no busca en ningún caso es generar polémica. “La película no nació de un deseo de crear debate con respecto a las familias LGTBI. Tengo un gran respeto por cualquier tipo de familia como para convertirlas en un instrumento para conseguir el propósito de mi historia”.