Mark Bryan es heterosexual, está casado, tiene tres hijas y lleva tres años lanzando a su entorno un importante mensaje: la ropa no tiene género. Lo hace diariamente calzándose tacones de infarto y luciendo apretadísimas faldas.
No siente ninguna vergüenza por ser la nota discordante, ni tampoco le echan para atrás las mofas que pueda recibir; porque, como él se encarga de defender, vestirse así no le hace menos hombre.
Un buen día, este ingeniero estadounidense que vive en Alemania y lleva treinta y cinco años trabajando en el mundo empresarial, se cansó de llevar traje, corbata y zapatos de colores aburridos, siempre los mismos.
«Algo hizo clic un día cuando estaba tratando de comprar un nuevo par de zapatos negros para usar en la oficina: pasé por la sección de mujeres y pensé que eran fantásticos, había un montón de colores fabulosos”, ha contado para la revista Wionews.
Su osadía en la forma de vestir fue creciendo paulatinamente hasta que un día se decidió a combinar los tacones con faldas. Un look con el que lleva soportando burlas tres años, y también cosechando elogios.
“Creo que la ropa no debería tener género. Entre todas las personas que me siguen en Instagram, obtengo muchas respuestas, y muchas son de personas que están emocionadas por lo que estoy haciendo, porque abre los ojos de otras personas o les da la fuerza. No solo hombres con ropa de mujer, sino también mujeres con ropa de hombre. En cierto modo, creo que estoy ayudando a la gente a pensar que está bien vestirse con aquello con lo que se sienta más cómoda. Lo que una persona usa no debe dictar su orientación sexual. Soy un hombre heterosexual, pero llevo falda y tacones altos. Eso no me hace menos hombre», sentencia Mark.