Capítulo 26. Parte 2
Se termina levantando, le doy la vuelta y le pongo las piernas en mis hombros. He aprendido que es su postura favorita, como más la siente, como más se le pone esa cara de zorra al mirarme directamente. Y sin goma le veo los ojos brillar, casi no lo aguanta pero no quiere parar, resopla de más, mientras pasa sus manos por mi cuello para agarrarse mejor y mirarme de cerca. Nos respiramos, nos besamos, me caen gotas de sudor encima de él… Y él no hace más que abrir la boca y decirme que siga.
El tío vuelve a la habitación y nos mira mientras se toca…
–¡Sí señor! Esto me gusta más –dice mientras empieza a ver de cerca cómo se la meto.
Como siga así me voy a correr, así que me separo de “Y” para poder seguir más rato. Entonces él lo levanta y lo agarra por detrás, empieza a intentar metérsela también sin condón. Le da una primera embestida.
–Eh. No, no –le responde apartándose. Por un momento deja de sonreír.
–Vamos, solo un poco –le responde el invitado mientras le acerca la pipa otra vez. “Y” duda un poco, y luego empieza a fumar. Yo cojo un condón de la mesita de noche, y me quedo esperando a que me lo pidan, pero no lo hacen. El otro agarra mientras el popper y se lo sujeta cerca de la nariz, justo cuando termina de echar el humo. “Y” cierra los ojos mientras esnifa, y entonces empieza a abrir la boca. Mi amigo ha empezado a metérsela otra vez, entera. Yo me pongo cachondo, les miro, cómo empiezan a gemir. El colega esnifa entonces también un poco, y suelta el bote de forma violenta. Le agarra con las dos manos, y empieza a embestirlo con todas sus fuerzas por el subidón. Me pongo frente a ellos, y el otro tío me guiña un ojo mientras sigue moviéndose más rápido. Si me toco un poco voy a correrme solo con mirarles, así que no me acerco a su boca. Les dejo hacer, y solo le acaricio la mejilla para que vuelva a mirarme.
“Y” abre los ojos al sentirme, y me mira. Por un momento veo algo raro; no sé si está cómodo, si lo está disfrutando. Pero no digo nada. No sé qué hacer. El otro le da tan fuerte que puede que le esté haciendo daño. Me quedo observándole, esperando a que él me diga algo, pero se queda callado. Estoy a punto de parar al otro cuando de repente empieza a gruñir: le aprieta los dedos en el costado, echa la espalda para atrás y exhala mientras va frenando. Se ha corrido, dentro de él.
–Puto popper –se excusa.
El polvo se acaba ahí. El colega se queda sentado en el sofá tomando un poco más de su pipa antes de que le invite a irse. Me propone que continuemos la fiesta con música, invitando a más tíos. Yo me pongo serio y le digo que se vista. En la puerta, me vuelve a decir que menudo fichaje me he agenciado. Que acabe yo la faena.
“Y” sale entonces del baño, donde lleva un buen rato con la ducha abierta. No está contento. Se sienta en la mesa y se enciende un piti sin mirarme. Yo me acerco a él y le doy un beso en el hombro. No se inmuta.
No sé qué me esperaba, no sé si no ha sido buena opción. Me acuerdo de la primera vez que le conocí, con los otros dos tíos, y que esperaba repetir ese morbo. Y de alguna forma lo he hecho, pero no ha sido lo mismo. Y para él tampoco.
–¿Estás bien? –le pregunto. Él sigue fumando, con la mirada perdida y solo la toalla puesta. No sé qué decirle.
–Tengo que contarte algo –me contesta, mientras me ofrece a mí otro cigarro.
‘RELATOS GAIS (DES)CONECTADOS’
BREVES RELATOS homoeróticos de ficción ESCRITOS POR el periodista pablo paiz
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FOTO: MANO MARTÍNEZ