Nino Muñoz, de 'Masterchef' a 'Zapeando': "Soy un pedazo de maricón y un superviviente"

Temas: Activismo, Eduardo Rubiño, Homofobia, MasterChef, Moda, Modelo, Murcia, Palomo Spain, Televisión

Hay una estrella en la televisión autonómica que arrasa allá por donde pisan sus dos tacones. Un modelo que lo mismo te desfila, te canta o te alza una bandera arcoíris para celebrar la libertad de ser quienes queramos ser. Aunque eso sí, él, responsabilidad ninguna: «Yo soy solo Nino Muñoz, y te puedo gustar o no».

Este joven murciano ha estado con Palomo Spain, ha enseñado a desfilar a Samantha Vallejo-Nágera en Masterchef, sus vídeos suelen salir en Zapeando y mantiene muy buena relación con Eduardo Rubiño. Un personaje al que no hay que perderle la pista porque en cualquier momento, y como él mismo desea, puede llegar a lo más alto.

SHANGAY ⇒ ¿Quién es Nino Muñoz?
NINO MUÑOZ ⇒ Un pedazo de maricón y un superviviente.

SHANGAY ⇒ ¿Cuáles son tus referentes?
NINO MUÑOZ ⇒ Mi máximo referente es mi abuela María. Y si hablamos da personajes conocidos, diría Lola Flores, Cristina La Veneno, Rocío Jurado, Alaska, David Bowie…

SHANGAY ⇒ Alguna vez te han dicho que recuerdas a La Veneno…
NINO MUÑOZ ⇒ A mí me halaga que la gente me comente que les recuerdo a ella, que tengo esa gracia y ese desparpajo, pero siempre digo una cosa: recuerda que no soy Cristina ni Lola Flores, me llamo Nino Muñoz. Todo el mundo tiene sus referentes, pero no puedes ser una copia, tienes que ser tú.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué has elegido a tu abuela?
NINO MUÑOZ ⇒ Porque tiene mucho desparpajo, ha sobrevivido a lo más grande, y a día de hoy, con 80 años, sigue siendo un referente para mí en estilo de vida, en forma de ser, en tratar a la gente, en vivir… Con 17 años me echaron de casa porque mis padres no soportaban que fuera maricón, que me gustara salir con las travestis, que tuviera mi pareja en ese momento… Y la única que me acogió después de estar haciendo lo que no tenía que haber hecho en la vida fue mi abuela.

SHANGAY ⇒ ¿Qué era eso que no debías hacer?
NINO MUÑOZ ⇒ Tuve que trabajar de lo que fuera. He trabajado limpiando, en la noche, cuidando gente, he trabajado en mil cosas… Tú me entiendes.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo fue vivir con el rechazo de tus padres?
NINO MUÑOZ ⇒ El rechazo lo he tenido desde que era pequeño. Cuando perdí la virginidad con 13 años y salí a la calle, me maquillé los ojos, me puse los tacones y dije «mamá, mírame», ahí ya me pegaron la primera paliza en casa… Cuando lo conté, mi hermano me dejó sin poder moverme del suelo.

SHANGAY ⇒ ¿Nunca pensaste en denunciar?
NINO MUÑOZ ⇒ No, la última vez que lo intentó, hace tres años, sí le dije que le iba a denunciar.

SHANGAY ⇒ Después de estos años has vuelto a vivir con tu familia, ¿qué ha cambiado?
NINO MUÑOZ ⇒ Ahora nos respetamos. Unos van por un lado, otros por otro, y no coincidimos mucho. Y al fin y al cabo, mi familia ha entendido que debemos tener un trato cordial.

SHANGAY ⇒ ¿Has sabido perdonarles?
NINO MUÑOZ ⇒ No, he sabido vivir, que es bastante.

SHANGAY ⇒ ¿Has sufrido episodios homófobos fuera de casa?
NINO MUÑOZ ⇒ Siempre he sido muy echao p’alante, y si me han llamado «maricón» he plantado cara y he dicho «sí, qué pasa», y gracias a eso en la calle he sido muy feliz. Como todo el mundo, he tenido mis más y mis menos con alguien, pero eso va a pasar siempre.

SHANGAY ⇒ ¿Nunca has tenido miedo?
NINO MUÑOZ ⇒ Sí, pero he tenido que ocultarlo porque la gente es como los perros, huelen el miedo. Por eso, aunque estés cagado por dentro, tienes que responder. Pero sí he tenido miedo, y sigo teniéndolo. Alguna vez, cuando vuelvo a casa de noche y veo que se me acercan dos personas, he tenido que salir corriendo.

SHANGAY ⇒ Has vivido en varios sitios. ¿Cómo ves la realidad del colectivo LGTBI fuera de grandes ciudades como Madrid o Barcelona?
NINO MUÑOZ ⇒ Parece que la gente está más chapada a la antigua pero, por ejemplo, Murcia es maravillosa. La gente se piensa que es como un pueblo, pero es una ciudad muy cosmopolita. Yo no tengo problema en salir a la calle, y casi siempre me he encontrado con buenas palabras, y mira que yo soy muy de salir a los bares, restaurantes, discotecas… Yo voy con mis tacones a todos lados.

SHANGAY ⇒ ¿En qué momento te das cuenta de que te quieres dedicar al modelaje?
NINO MUÑOZ ⇒ Yo no me di cuenta. Con 15 años, una amiga me inscribió en un concurso que organizaba una agencia para coger nuevas caras. Se habrían presentado 1.800 chicos, y pensé que no tenía nada que hacer porque parecía una drag queen borracha a las seis de la mañana… En mi vida me imaginé encima de una pasarela, y al final quedé el primero. Cuando gané dije: «1.800 tíos y tiene que ganar el mariquita». Y ya empecé a meter cabeza en el mundo de la moda. Me fui a la Mercedes Fashion Week de Madrid, me fui a Canarias, Alicante, Almería…, donde me llamaran.

SHANGAY ⇒ Y te quedaste a las puertas de desfilar para Palomo Spain…
NINO MUÑOZ ⇒ Me cogieron para el desfile, pero dos semanas antes tuve un accidente de coche y me partí el húmero, pero Alejandro me dijo que fuera al desfile como invitado. Así que yo me presenté allí con mi brazo vendado. Estuve con Pedro Almodóvar, con León, Rossy de Palma, Brays Efe, Los Javis…, con todo el mundo. Y me lo pasé de puta madre.

SHANGAY ⇒ ¿Habrá próxima vez?
NINO MUÑOZ ⇒ Espero que sí, si Alejandro llega a leer esto, que sepa que puede volver a llamarme.

SHANGAY ⇒ Y de repente, llega el casting de Masterchef 8 a tu vida…
NINO MUÑOZ ⇒ Me contactaron del programa por Instagram, me preguntaron si me gustaba la cocina, y yo lo único que sé hacer es pasta. Pero al final fui, y cuando me vieron llegar con mis tacones, todo de negro, con mis lentejuelas, maquillado… Fue maravilloso. Yo estaba muy nervioso, pero fue todo genial. Ahora tengo mono de Masterchef.

SHANGAY ⇒ Fuiste trending topic la noche que se emitió tu participación…
NINO MUÑOZ ⇒ Fui el minuto de oro de TVE esa noche. Samantha Vallejo-Nágera me preguntó si quería desfilar y le enseñé a hacerlo. Pero bueno, a pesar de todo cogieron a Saray para representar al colectivo LGTBI, les salió el tiro por la culata.

SHANGAY ⇒ Ahora eres una estrella de la televisión autonómica murciana…
NINO MUÑOZ ⇒ Me llamaron del magazín de la mañana de La 7 para hablar de mi paso por Masterchef, y yo me presenté con uno de mis trajes, que no pasan desapercibidos porque a mí me gusta llevar looks únicos, no de Zara. Y cuando me vio llegar así la directora del programa, Encarna Talavera, me propuso volver semanalmente con una sección de moda. El equipo me valora mucho y me siento muy querido, y a día de hoy agradezco mucho que hayan contado conmigo.

SHANGAY ⇒ Y gracias a eso has salido hasta en el programa Zapeando…
NINO MUÑOZ ⇒ Ay, sí, mi Dani Mateo, Valeria Ros, Cristina Pedroche… Son maravillosos. Me sorprendí muchísimo cuando me sacaron en Zapeando, no me imaginaba verme en La Sexta porque no soy nadie. Y que profesionales de la televisión dediquen esas palabras a la sección en la que estoy trabajando, me fascinó.

SHANGAY ⇒ Con tu trabajo ayudas a dar visibilidad al colectivo LGTBI… ¿Sientes la responsabilidad de hacerlo?
NINO MUÑOZ ⇒ Me han llegado muchos mensajes de agradecimiento. Es verdad que en esta televisión se habla mucho de Murcia y su cultura, que está muy bien, pero al final no se habla de esas minorías que también existen. A pesar de todo, no me siento representante de nada, no siento esa responsabilidad, yo soy solo Nino Muñoz, y te puedo gustar o no. Pienso que lo esencial es ser uno mismo, con educación, con respeto hacia el mundo, y ya está.

SHANGAY ⇒ ¿Qué es para ti el activismo?
NINO MUÑOZ ⇒ Para mí lo ejerce la gente que sí quiere representar, abanderar y defender una lucha. Yo canto contigo, hablo contigo, hago tele contigo, pero al llegar a casa soy una persona totalmente normal, y el activismo para mí es un trabajo. Un activista se dedica totalmente a eso, como Eduardo Rubiño, que me llevo súper bien con él y es el hombre de mi vida. Él sí lleva ese peso.

SHANGAY ⇒ ¿Hasta dónde te gustaría llegar?
NINO MUÑOZ ⇒ A lo más alto. Ser un artista de los escenarios, del entretenimiento, que es lo que siempre he soñado. Dar otra imagen de este colectivo que a veces se discrimina. Y que cuando me vaya, me recuerden con cariño.