No es la primera vez que nos sentamos frente a Zahara para hablar de su trabajo, pero al presentar su nuevo disco, Puta, la sensación es diferente. Sus palabras de alejan del drama a la hora de tratar machismo, el maltrato o el futuro que nos espera como sociedad, ya lo ha vomitado todo en el disco, pero sí hay una densidad en la conversación, como si lo que estuviera contando ahora tuviera mucho más peso en su carrera personal y profesional. Este es el disco más Zahara, ella misma lo confirma. El reflejo de su caída a los infiernos en los últimos meses, de historias que se callan por vergüenza, del peso de una sociedad heteropatriarcal, de un proceso terapéutico, de su sanación.
Puta no sería el disco que es sin la mano de Martí Perarnau, productor y su mitad en el proyecto que ambos llevan de manera paralela, _juno. Su influencia se nota en la evolución sonora del disco y también en lo que cuenta. Fue con él con quien Zahara viajó a Berlín, donde acabó «en esos sitios de techno de los que hablo en berlin U5. En esas raves había carteles que decían ‘seas quien seas, seas como seas, eres bienvenido’. Y lo veías. Veías personas, nada más. Gente disfrutando con la música, nadie se señalaba. Quisimos coger este mensaje y transmitirlo en mi música».
SHANGAY ⇒ Con los adelantos del álbum ya habías vomitado un poco de la rabia de Puta… ¿Te genera inquietud el lanzamiento de hoy o lo estás viviendo con total tranquilidad?
ZAHARA ⇒ Este es un disco de catarsis y de remover cimientos propios. Durante todo el proceso de creación no he pensado en si va a gustar, era mi historia, la estaba contando y punto. Las personas que lo han ido escuchando, que era un grupo muy pequeño, me han servido de apoyo personal y profesional, y me he sentido muy segura durante todo el proceso. Ahora sigo así, pero me enfrento al factor mediático. Yo he hecho ya el trabajo de enfrentarme a ello, pero es ahora, viéndolo escrito en entrevistas y al volver a hablar de cosas que cuento en las canciones, cuando siento la liberación de haberlo contado. Me siento más fuerte que nunca, y a la vez empiezo a ser consciente de que todo esto ya va a llegar a los demás, va a ser público. Ahora me pregunto, «¿cómo lo va a asimilar la gente?». Pero intento que no me afecte.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo ha asimilado los anteriores singles?
ZAHARA ⇒ Me he sorprendido con la reacción de la gente, no porque esperara otra cosa, estaba preparada para todo, pero ha sido increíble.
SHANGAY ⇒ Cada trabajo tuyo suele girar en torno a un personaje que vestías en tu propia piel, pero en Puta ese personaje es precisamente lo contrario, una desnudez sin tapujos…
ZAHARA ⇒ Recuerdo las entrevistas de Bowie, cuando habla de su propio personaje, que no deja de ser él mismo, pero que le permite ser él mismo. Yo en los otros discos he necesitado más de este personaje, las metáforas me han ayudado a esconder algo que quería contar pero que no me atrevía. En Santa utilizaba metáforas religiosas para hablar de la libertad sexual de las mujeres y de cómo hemos sido criticadas y culpadas por ello, que es de lo que estoy hablando en este disco, pero ahí el personaje me posee y puedo distanciarme, porque no estaba preparada para hacer lo que he hecho aquí. Cuando alguien cuenta un relato de abuso o maltrato siempre hay quien pregunta por qué lo cuenta ahora y no antes, pero es que el maltrato es el motivo por el que no lo ha contado, porque se produce esa humillación, esa culpa, esa vergüenza que impide contarlo. Yo me he sentido capaz de hacerlo ahora por muchos factores, y gracias a la ayuda de mi sanadora, que es mi psicóloga. Aquí no podía hacerlo de otra forma.
SHANGAY ⇒ Puta cierra una trilogía –comenzó con Santa y siguió con Astronauta– que tenías planeada desde hace unos años. ¿Sabías entonces que iba a ser el disco que ha sido?
ZAHARA ⇒ Cuando hice Santa no sabía que habría una trilogía. Fue cuando empecé a hacer Astronauta cuando pensé en hacer una sobre el descenso. Empezar en el plano celestial, después el estelar y llegar a la Tierra. En plena gira de Astronauta me reuní con mi estilista, Moisés Nieto, y le dije que mi próximo disco se iba a llamar Puta, aunque no tenía ninguna canción. Pero no quería hablar de mí, quería hablar de las mujeres y del insulto.
SHANGAY ⇒ De hecho, Puta es un disco claramente marcado por el último año…
ZAHARA ⇒ La primera canción que compuse fue Flotante, que es la primera también del disco, y en ese momento tampoco sabía que estaba haciendo el disco. Aún tenía mi idea racional de querer hacer ese disco sobre la historia de las mujeres en la música, pero compuse Flotante porque estaba deprimida, y fue la canción que me hizo volver a escribir. No sabía que iba a empezar a contar toda mi vida. Pero, efectivamente, este disco es una fotografía de un momento muy concreto de este confinamiento, de mi tristeza, mi depresión, una caída que viene acompañada de una terapia. En estas canciones, en lugar de hablar de cosas positivas o de «saldremos de esta», lo que me sale es empezar a ahondar y a sacar y a sacar, pero no era consciente en ese momento de que iba a ser Puta.
SHANGAY ⇒ ¿Es tu disco más complejo?
ZAHARA ⇒ Es el más fiel a quien soy, no solo por lo que cuento sino por cómo lo construyo. Y es que, una vez que se abre la caja de la mierda, no puedo parar de escribir desde lo más profundo, desde el dolor y lo salvaje, sin estructura… Por eso algunas canciones son tan complejas. Necesito que sea así, y es ahí cuando empiezo a concebir el disco. Puta es esto.
SHANGAY ⇒ A nivel producción se nota mucho la influencia de Martí Perarnau en Puta… ¿Cómo vas a llevarlo al directo?
ZAHARA ⇒ Seremos solo tres músicos en el escenario, Manuel Cabezalí con sintetizadores, teclados, y con alguna eléctrica o un bajo; Martí Perarnau, que toca cuatro teclados distintos y lleva una mesa de DJ con cajas de ritmos; y yo, que aún estoy procesando cosas y daré alguna sorpresa… Serán tres bolos en uno. Uno más pop pero desde el punto de vista actual, una parte acústica muy libre, con algo de improvisación y esa cosa que también soy yo, la Zahara que la gente todavía puede tener en su imaginario; y acabará con la parte más techno. Será una pena que el público esté sentado, pero aprovecho para decir a la gente que caliente hombros porque habrá una tralla final techno flipante.
SHANGAY ⇒ Cuando anunciaste el lanzamiento llamó la atención que hubieras llamado al álbum Puta, pero otras mujeres en la música, como La Zowi o Bad Gyal, ya han reivindicado la apropiación de este tipo de insultos machistas…
ZAHARA ⇒ El tipo de apropiación que hago no es exactamente como lo hacen ellas, que me parece guay. Lo que intento es apropiarme del término porque es un insulto que he recibido siempre, pero utilizarlo también como escudo, escupírtelo a ti ahora. Es muy fácil llamar puta o zorra a alguien o escribirlo en un muro, pero yo me lo pongo en el pecho, y señalo que me lo estás diciendo a mí. Quería deliberadamente provocar la incomodidad para que la gente piense cuántas veces ha llamado puta a alguien, porque es una palabra que nunca se va. Ese puta te acompaña toda la vida a la hora de relacionarte con hombres, de relacionarte con amigas, en tu trabajo… Ahora Puta es mi escudo, mi defensa, y el que se puede incomodar es la otra persona.
SHANGAY ⇒ No es una anécdota de tu pasado, has seguido reviviendo episodios machistas hasta hace muy poco…
ZAHARA ⇒ Así es, y siempre lo he vivido con gente de mi entorno. Yo me entero por amigos del mundo de la música de cómo se ha hablado de mí, por el mismo motivo que en los 90 me llamaban puta por ir con chicos. Me he podido acostar con tíos, que han sido amigos entre ellos, y que se lo han ocultado entre sí pero luego me han llamado a mí puta. Yo siempre soy muy honesta, yo decía «tengo novio y el otro día estuve con tu colega», no tenía problema. Pero luego me culpaban a mí. Era mi castigo por ser libre. Siempre llaman puta a una mujer cuando ha sido libre. Yo no tengo ningún problema con que se hable de mí; obviamente, estoy contando mi vida. Lo que no entiendo es que lo que haya hecho en mi vida sea motivo para haberme llamado puta o para haberme intentado hacerme sentir mal con ese insulto.
SHANGAY ⇒ Ese es un escenario que puede cambiar a peor el próximo 4 de mayo con la posible entrada de la ultraderecha en la Comunidad de Madrid…
ZAHARA ⇒ Estoy perpleja. Estoy, honestamente, sin palabras. Tenemos el ejemplo reciente de Estados Unidos, de una manera de hacer política, de colarse en las noticias, de ganas popularidad convirtiendo políticos en iconos pop, riéndonos y creando situaciones cómicas con contenidos peligrosos. Yo veía esto allí y nunca habría imaginado que una situación así se viviera aquí, y ahora pienso «voy a sacar este disco y a ver si el 5 de mayo estoy en la cárcel» [risas]. La verdad es que me entra ansiedad al pensar que esto puede ser una posibilidad. No puede ser que se le esté dando voz a un discurso del Medievo. ¿Qué va a pasar con los derechos sociales que han costado tantísimo conquistar? Me voy a poner a llorar, me produce muchísima ansiedad porque es un temor real que estén pasando las cosas que están pasando. Las cosas que me han sucedido a mí no han sido porque la sociedad sea mala o estén locos, no es eso. Vivimos en una sociedad machista, y si no queremos ver a mano de quién suceden las agresiones, no va a cambiar nada ni se va a solucionar nada…
SHANGAY ⇒ El lanzamiento de Puta coincide con el testimonio de maltrato de Rocío Carrasco en un documental de Telecinco, un formato que ha generado mucha polémica y que hay quien ha calificado de pornografía emocional…
ZAHARA ⇒ Ella lo puede contar como le salga del coño. La maltratan, la acusan y se lo calla, y lo cuenta donde le apetece. Es que me cago en todo. ¿Por qué tenemos que contarlo donde a cada uno le parezca bien? Y sin lucrarse, porque parece que si te maltratan tienes una responsabilidad social y económica con los demás, y tampoco puedes hacer un circo mediático. Yo no lo he visto, porque con los testimonios de mujeres maltratadas sufro muchísimo, pero me han hablado del documental, y sé que gracias a que ella lo ha contado en televisión ha habido una cantidad de demandas de mujeres maltratadas, así que solo puedo decir «bravo». ¿Y por qué es necesario que una mujer como Rocío Carrasco haga esto para que haya más llamadas al teléfono del maltrato? Porque no existe un apoyo real ni estatal ni social para las mujeres maltratadas. Por eso necesitamos que Rocío cuente su historia, para que las mujeres se sientan identificadas y digan: «Yo también puedo contar la mía». Así que lo veo como algo positivo. También hay quien opina que mi disco es pornografía emocional, pero a mí esto me ha salvado la vida.
SHANGAY ⇒ Hace unos meses publicaste en Instagram un post que ofendió al colectivo trans, y luego rectificaste pidiendo perdón. ¿Cómo viviste ese momento?
ZAHARA ⇒ Intento corregir la manera de hablar que tengo porque es machista. Yo agredo con mi forma de hablar a las mujeres, y me agredo a mí misma cuando me expreso, porque vivo en una sociedad machista. Lo único que puedo intentar hacer es revisarme, y agradezco de corazón a la gente que me lo hace ver. En el momento en que comparto esa foto no veo el daño, porque a pesar de tener contacto y estar relacionada con personas del colectivo LGTBI, no es mi realidad. Y eso no lo justifica, todo lo contrario; demuestra que estoy demasiado en mi realidad y debería abrirme aún más. Por eso lo borré, agradecí a las personas que me avisaron de mi error y pedí perdón porque no me identifico con eso. Igual que quiero que me hagan sentir bien, quiero hacer sentir bien, sobre todo a las personas que bastante tienen con cómo las trata la sociedad.