Dicen que Lanzarote tiene algo que va más allá de su clima, sus playas, sus paisajes naturales o su gastronomía. Una esencia que han vivido en primera persona tres amigos que nos muestran con su viaje los tesoros de esta isla sin igual.
Lanzarote
En estos meses un tanto grises, es más que necesario desconectar de la realidad del día a día. Y qué mejor manera de hacerlo que escaparse a un lugar de lo más especial. Un viaje en el que descansar con un clima envidiable, para dedicarse a uno mismo, comer bien y descubrir tesoros naturales sin igual. No hace falta irse muy lejos, el mejor destino se encuentra más cerca de lo que pensamos.
Nos referimos al mismo rumbo que tomaron Adnan, Ismael y Lolo, tres amigos que aprovecharon unos días libres para descubrir la isla más singular del archipiélago canario, Lanzarote. Hasta allí fueron con sus maletas y muchas ganas convertir en inolvidable esta experiencia, por ello no dejaron ni uno de sus 800 kilómetros cuadrados por recorrer.
Y es que esta isla, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, y primer destino a nivel mundial certificado por Biosphere Responsible Tourism en 2015, da para mucho. En ella se abrazan parajes insólitos formados por grutas volcánicas y lagos de lava y cráteres que se pueden apreciar en el Parque Nacional del Timanfaya, con playas de arena dorada y aguas transparentes. Todo ello bañado por una cultura que los lanzaroteños –también llamados conejeros– cuidan con mimo.
En la ruta que siguieron estos tres amigos encontramos paradas imprescindibles como la Cueva de los Verdes, una gruta de aura mitológica, cargada de leyenda y llena de características paisajísticas que la convierten en una de las maravillas que esconde Lanzarote.
Otro rincón de obligada visita son los Jameos del Agua, donde la naturaleza y la mano del hombre se unen para dar lugar a un espacio sin igual. El visionario lanzaroteño César Manrique supo imaginar y transformar el desplome del techo de un tubo volcánico en este centro de Arte, Cultura y Turismo, un espacio en el que reinan armonía, belleza, paz y sosiego.
Para aprovechar los 22 grados de temperatura media anual de la isla, nada mejor que darse un baño en alguna de sus playas. Adnan, Ismael y Lolo eligieron la de Famara, un paraíso de 6 kilómetros; y Playa Blanca, desde donde se acercaron a Los Charcones, unas piscinas naturales de aguas cristalinas donde tendrás la agradable sensación de estar lejos de todo.
Nadie puede irse de Lanzarote sin ver un atardecer desde el Mirador del Río. Esta es otra de las creaciones arquitectónicas de César Manrique, y desde él se puede ver la octava isla de Canarias, La Graciosa, acompañada de un conjunto de islotes. Sin duda, una de las vistas más especiales y románticas de todo el país.
Gastronomía
La naturaleza de Lanzarote es ideal para encontrar esa desconexión tan preciada. Paisajes inéditos que se complementan a la perfección con el bullicio de las poblaciones más turísticas, donde se puede disfrutar de la rica gastronomía lanzaroteña.
Desde el año 2010, la isla cuenta con la marca Saborea Lanzarote, una plataforma que promueve el valor de sus productos agroalimentarios, crea gastroexperiencias únicas y apuesta por la enogastronomía –término que se refiere a la relación de las personas con los alimentos, el vino y su degustación– como elemento diferenciador del destino turístico.
La oferta es de lo más extensa pero, por suerte, Adnan, Ismael y Lolo conocieron a Rubén, un encantador ‘conejero’ que les llevó a algunos de los mejores restaurantes de Lanzarote, y a bodegas como El Grifo. Precisamente, esta es la más antigua de Canarias y una de las diez pioneras de España, con cerca de 250 años elaborando vinos ininterrumpidamente. Siempre han utilizado un método de vendimia tradicional y artesanal por la particularidad de su viñedo, que se encuentra en medio de hoyos de ceniza volcánica, algo único en el mundo.
Sus particularidades no acaban ahí, y es que a este se le denomina “el viñedo de lo imposible” por vencer a las altas temperaturas de la isla y a la falta de precipitaciones. Barreras que no impiden la producción gracias a soluciones que se explican en la visita que ofrece la bodega, que cuenta con todas las medidas de seguridad que requiere la situación actual. Otro dato curioso es que las mujeres han tenido un papel importante en la historia de El Grifo, ya que la bodega ha sido dirigida por ellas, aunque de diferentes familias, durante muchos años.
Dejamos a un lado los vinos para seguir a los tres amigos y a su improvisado guía a la Casa-Museo del Campesino. Está situada en el centro geográfico de Lanzarote, en el municipio de San Bartolomé y, de nuevo, es una obra firmada por César Manrique que reconoce el esfuerzo de los campesinos para dar vida al territorio. En este centro se puede hacer un recorrido por la arquitectura, agricultura y artesanía de la isla. También se centra en su gastronomía tradicional, y qué mejor manera de descubrirla que en una de las mesas de su restaurante. Cualquiera de los platos de su carta es una opción más que recomendable con la que disfrutar de los sabores que ofrece Lanzarote.
También allí, en la Casa-Museo del Campesino, se encuentra el Monumento a la Fecundidad, pieza vanguardista de Manrique en la que el artista rinde su particular homenaje a aquellos que se enfrentaron a las condiciones más adversas para hacer de la isla el lugar que es hoy.
Meliá Salinas
Un buen viaje requiere siempre un gran lugar en el que descansar una vez se regrese de las excursiones y se tenga el estómago lleno. Y ese lugar tiene nombre propio, el Hotel Meliá Salinas, todo un símbolo hotelero en la isla. Adnan, Ismael y Lolo no dudaron en elegir sus cinco estrellas para instalarse el tiempo que estuvieron allí.
Y su experiencia no pudo ser mejor. Ubicado en Teguise, el municipio más extenso de la isla –y que fue capital de la misma desde la primera mitad el siglo XV hasta el siglo XIX–, el edificio que alberga el hotel ha sido declarado Patrimonio Artístico y Cultural de Lanzarote. Una obra firmada por César Manrique junto a otro gran arquitecto, Fernando Higueras, que consiguió en 1979 el distinguido Premio Nacional de Arquitectura. Reconocimientos que invitan a perderse por sus impresionantes jardines tropicales, su inmensa piscina de más de 1.800 metros cuadrados, cualquiera de sus 272 habitaciones o sus nuevas 10 Villas, estás últimas ideadas por el arquitecto Álvaro Sans, y con piscina salada y jardín propio. Los espacios están abiertos al entorno natural de la isla, y cuentan con todos los detalles de confort y tecnología, así como un estilo elegante que combina con la luminosidad del mar
El Meliá Salinas es para muchos un auténtico jardín de bienestar ‘solo para adultos’. Basta con preguntarle a cualquiera de los tres amigos acerca de su experiencia para darse cuenta de ello. Además, el servicio The Level de Meliá abre las puertas a un universo exclusivo con atención personalizada para disfrutar de experiencias a medida, degustación de menús especiales o tratamientos de belleza y relajación para reequilibrar cuerpo y mente.
Las magníficas playas de Costa Teguise rodean el hotel, también quedan muy cerca algunos pueblos llenos de encanto y cultura. Y si la idea es quedarse en alguno de los increíbles espacios del Meliá Salinas, no hay que preocuparse por la comida. El hotel cuenta con varios bares y restaurantes gourmets en los que se combinan la cocina internacional, la mediterránea y también la canaria de autor, que reinterpreta clásicos como las papas arrugás con mojo, el sancocho o el conejo en salmorejo.
Seguro que Adnan, Ismael y Lolo nos podrían contar otras experiencias únicas que han vivido en Lanzarote, pero quizá lo mejor sea no preguntarles nada…, y vivirlas en primera persona en esta increíble isla.
MÁS INFO: turismolanzarote.com y melia.com
Carrete de fotos
Ismael (arquitecto, 38 años), Lolo (formador del cuerpo de bomberos, 40 años) y Adnan (diseñador de moda, 40 años) vivieron una mágica escapada en Lanzarote. Allí conocieron a Rubén (empresario del mundo del fitness, 36 años), que les llevó a ver la puesta del sol sobre la isla de La Graciosa desde el Mirador del Río.
De izquierda a derecha, Ismael, Lolo y Adnan haciéndose un selfi en la Cueva de los Verdes, todo un viaje iniciático al centro de la Tierra. En las dos fotos arriba a la derecha, los Jameos del Agua, uno de los tesoros de la isla, creado por la privilegiada mente de César Manrique.
La espectacular playa de Famara es frecuentada todo el año por surferos. Lolo y Adnan fueron a dar un paseo por Playa Blanca, donde se encuentran las Playas del Papagayo, otro de los imprescindibles de la isla. Como Los Charcones, unas piscinas naturales en un recóndito paraje en donde tendrás la sensación de estar en el fin del mundo.
Los viñedos de El Grifo tienen la particularidad de crecer en tierra de ceniza volcánica. Se encuentran en la zona protegida de La Geria, en el centro de la isla.
Cata en la bodega El Grifo, que lleva elaborando vinos desde 1775; una experiencia única para descubrir sus caldos de marcado carácter mineral y muy ‘atlánticos’.
La Casa-Museo del Campesino es otro de los espacios nacidos de la genial mente de César Manrique, en donde se unen las tradiciones autóctonas con el diseño vanguardista.
El restaurante de la Casa-Museo del Campesino es perfecto para degustar las especialidades gastronómicas de Lanzarote: sus quesos artesanales, el gofio, el sancocho o las papas arrugás con mojo.
Gracias al servicio Wellness Concierge de las Villas, puedes disfrutar de tratamientos de belleza y relajación personalizados como este masaje de piedras volcánicas que está recibiendo Lolo.
La piscina del hotel, diseñada por César Manrique, tiene 1.800 metros cuadrados entre grandes rocas volcánicas. Ismael y Lolo aprovecharon para darse un buen chapuzón [bañadores Addicted].
Ismael aprovechó los días de relax en el hotel para practicar una de sus aficiones favoritas: el yoga. Y es que el entorno no puede ser más armonioso y relajante.
En primera línea de playa, el hotel Meliá Salinas se encuentra en Costa Teguise, uno de los centros turísticos más exclusivos de la isla.
Las Villas del Meliá Salinas son un lujo aparte: jardín privado en primera línea de playa, piscina de agua salada, bali-bed, palapa… ¿Quién se resistiría a hacerse una foto para subir a redes en cada uno de sus rincones?
Ismael, Lolo y Adnan decidieron alquilar una de las exclusivas Villas del Meliá Salinas e invitar a Rubén a pasar el día con ellos. [Ismael y Rubén llevan camisetas y shorts Aussiebum, Lolo bañador Addicted y Adnan camiseta X-Adnan]
Y para terminar el día, qué mejor que una masterclass de la mano del barman Pedro Alvarado, y aprender a preparar unas riquísimas margaritas.
Lolo e Ismael se toman un delicioso tentempié en la piscina de la Villa. Y Rubén aprovecha para remojarse en su espectacular ducha al aire libre.
¿Quién no mete en la maleta alguna locura para echar unas risas en una ocasión así? Adnan se trajo algunas de las maravillosas chilabas que él mismo diseña para su marca X-Adnan, y que hicieron las delicias de todos.