Estamos hablando de Tosca, una de las óperas más conocidas del repertorio. Estrenada en 1900, esta obra de Puccini es una de las obras más representativas del verismo italiano, el estilo que imperaba esos años. Floria Tosca es una cantante y actriz en este melodrama de rivalidades políticas, pasiones cruzadas y sangriento desenlace. Y el diseñador toledano Ulises Mérida es quien se ‘enfrenta’ a la diva de la historia realizando el vestuario para las tres divas que le dan vida en los tres repartos de la producción que ahora se estrena en el Teatro Real: Sondra Radvanovsky, Maria Agresta y Anna Netrebko. Tres inmensas diosas de la ópera actual.
Se trata del título con el que el coliseo operístico cierra una histórica temporada, marcada por la pandemia de la covid-19. Y en la que sus responsables han puedo a Madrid como ejemplo mundial de cómo seguir adelante con la programación mientras el resto de los teatros del mundo estaban cerrados.
No es la primera vez que Ulises Mérida colabora con Paco Azorín, director de escena de este montaje. De hecho, ya diseñó el vestuario de La Traviata representada en el festival de Peralada en 2019.
En esta ocasión, el trabajo se ha hecho “en base al carácter dinámico del montaje de Azorín”, explica el diseñador. “Es una Tosca humana, activa, que se mueve, que ama, que se emociona. Una Floria Tosca en azules profundos y negro en el primer acto pasa a rojos con distintos matices de color, y termina en negro como imagen final de la tragedia. Gasas de seda para conseguir movimiento y potenciar la pasión que Paco Azorin ha querido reflejar en este montaje». Son tres diseños que pueden considerarse el colofón a un año y medio de caos general e incertidumbre en el que Ulises ha intentado salvarse buscando la belleza.
Recordemos que a las pocas semanas de presentar Caos (nombre de lo más premonitorio) en MBFWMadrid, se decretó el estado de alarma, y el diseñador colaboró con la fundación Reale Seguros confeccionando material sanitario en los talleres de APRAMP, una ONG dedicada a la inserción de mujeres víctimas de la trata.
Lo que empezó en mascarillas acabó en dos colecciones cápsula realizadas por las mujeres de ese taller y cuyos beneficios se dedicaron íntegramente a programas de la ONG. La última, Libre, fue presentada en MFWMadrid, y la reina Letizia llegó a elegir uno de los diseños para su propio armario.
En un momento en el que el sector parece prescindible, la búsqueda constante de la belleza a través de proyectos alejados de lo comercial también puede ser una manera de salvarnos. Vestir a Tosca es, además del reto de dar vida a una de las grandes de la ópera, un sueño para cualquier diseñador.
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