DE CABO A RABO
Leo no era de esos que usaban Grindr para quedar con gente para tener sexo, o al menos, eso era lo que a mí me decía. Y digo que eso era lo que me decía porque un día recibí una foto suya mientras era yo el que estaba usando la aplicación y ojiplático me quedé.
Mi primer pensamiento fue el de hacer captura y mandársela para que supiera que había alguien que estaba usurpando su identidad con no sé muy bien qué intenciones, porque nunca he entendido a esa gente que usa una foto que no es la suya para ligar…; pero antes, decidí seguir la conversación para ver lo que daba de sí.
La cosa fue subiendo de tono poco a poco, pasando de “do” a “si” con cada foto que íbamos añadiendo a ese álbum con el que se podía llegar a hacer un puzle en tres dimensiones de él sí juntabas todas ellas. Yo sin embargo, con las mías, no. En ningún momento le mandé foto de cara donde se me viera claramente. Tampoco me la pidió.
En todas sus fotos era él, incluso en aquellas en las que no aparecía su cara, y estaba claro que lo era por sus tatuajes. De pronto él fue el que comenzó la tanda de fotos picantonas, primero él una Chile Habanero, yo una Cayena del Piquillo. Luego él otra Tabasco Jalapeño, luego yo Wasabi de Padrón… y así hasta que ya no quedaba nada más que causara picor, solo mi curiosidad, curiosidad por saber si realmente era él o quizá un ex que estaba usando su álbum de fotos privado a modo de venganza.
En ese momento no sabía qué hacer. Estaba claro que, si realmente era Leo, me había pasado varios pueblos. Había llegado a Burgos siendo de Alicante.
Pero para solventar este tipo de dudas y para cerciorarme de que el tipo de turno (de noche, generalmente) no es un fake, siempre pido la foto “kamasutra”. Esta foto no es una foto donde aparezca el susodicho (a partir de ahora me referiré a él como Suso) haciendo alguna postura sexual con nombre de número, no. En esta foto, Suso tiene que aparecer haciendo la postura que yo le diga que haga, lo cual me confirmará que es realmente él. Postura como por ejemplo tocarse la nariz con el dedo meñique de la mano izquierda mientras guiña el ojo derecho… Infalible.
Y sí, después de ver esa foto de Leo haciendo de Suso tal y como yo le había indicado, fue cuando le mandé yo la mía y me descubrió. En ese momento lo llamé por teléfono y ambos nos reímos de lo que había pasado. Me pidió que no dijera nada de que le había visto por esos mundos de Suso. Y yo, como buen amigo que soy, digo de él lo mismo que digo de mí: ni la uso, ni la usa, ni la volveremos a usar más.
TONTHERIDAS
«Mientras algunos hacen 2 flexiones al día para re-flexionar, yo escribo»
Poemas y relatos cortos escritos por el escritor y docente Juan Carlos Prieto Martínez
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ILUSTRACIÓN: David Rivas