Alberto Jiménez: "Es peligroso legitimar la discriminación bajo la libertad de expresión mal entendida"

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Aunque cada vez son más los artistas que rompen con los prejuicios, y reflejan un mundo libre y diverso, aún son muy pocos los referentes con los que contamos en nuestro país.

Transitando este camino encontramos a Alberto Jiménez, vocalista del grupo Miss Caffeina, que salió del armario públicamente en 2013 cuando habló con total naturalidad de su novio en ese momento. “Nunca me he sentido activista de nada ni era mi intención, simplemente he compartido lo que pensaba, lo que sentía en ese momento”, nos cuenta. Pero gestos así convierten a cualquier personaje público en un referente para muchos jóvenes LGTBI, que ven en su libertad un halo de esperanza.

La labor del cantante talaverano va más allá, y es que desde hace ya varios años acostumbra a lucir sobre el escenario trajes y maquillajes que rompen los roles de género. Una estética queer que explota siempre que puede, como es el caso de este reportaje, y con la que contribuye, de nuevo, a disolver la línea que pretende separar géneros.

Y ese debe ser el siguiente paso de la moda. “Creo que es un futuro real. Cada vez está más normalizado en las nuevas generaciones, y también en los artistas, aunque a veces se les acuse apropiarse de esta estética”, opina. “Yo creo que la estética queer no hay que limitarla al colectivo LGTBI. Me parece súper bien que se visibilice en cualquier tipo de artista o contexto”.

Una moda que ha llegado a generar polémica, sobre todo cuando los protagonistas son artistas que no siempre han simpatizado con el colectivo. “Habría que saber qué piensan actualmente esos cantantes. El dedicarte a la música te abre mucho la mente, conoces a mucha gente muy diferente. Claro que está muy mal compartir cualquier comentario LGTBIfóbico, pero tampoco creo que podamos juzgar a alguien por una cosa que hizo en un momento concreto de su vida. A lo mejor peco de inocente…”.

Siempre que puede, Alberto Jiménez aprovecha sus conciertos, entrevistas o redes sociales para defender los derechos y libertades de un colectivo que está viviendo un auge de denuncias por agresiones LGTBIfóbicas. “Aunque hay momentos dulces en los que ves que todo va mejor y estás dispuesto a luchar, pero a veces agota ir a la contra y te llegas a cuestionar si está mereciendo la pena”, nos cuenta algo cabizbajo. “Hoy en día parece que el activismo va por hypes, hoy compartes la convocatoria de la manifa y mañana el nuevo single de Rosalía”.

Su desencanto con las redes va más allá. “He visto que si tengo una forma de vivir o pensar diferente, todo se vuelve conflictivo y violento. Parece que todo el mundo es experto en todo. Eso no lo había experimentado en redes sociales hasta hace muy poco. A veces me planteo si me compensa pronunciarme en ciertos temas, pero seguiré haciéndolo”.

Por suerte, Jiménez ve las dos caras de la moneda, y sabe que las redes pueden ser una necesaria fuente de información y de activismo para muchas personas. “Ese tipo de cuentas son muy importantes, pero los grandes cambios se hacen desde arriba. ¿Y en quién confías, a quién acudes, quién nos representa? ¿Realmente se está haciendo lo posible para que esto no suceda o tendríamos que plantearnos ilegalizar según que discursos y partidos?”, dice refiriéndose al auge de la ultraderecha. “Legitimar la discriminación es muy peligroso. Y todo eso ocurre escudado bajo la libertad de expresión mal entendida. Como no aprendamos eso lo primero, no vamos a ir a mejor. Estoy un poco perdido respecto hacia dónde vamos a ir…”.

No todos los horizontes son inciertos para Alberto Jiménez. Este último año le ha traído buenas nuevas que le tienen en un momento muy dulce de su vida. “Es muy jodido decirlo, porque hay gente que lo ha pasado muy mal en la pandemia, pero a otra le ha servido para parar, para estar en casa… Y en mi caso he sido padre este año. He tenido de todo”.

Una nueva etapa personal que coincide en tiempo con la ultimación de los preparativos del que será el quinto álbum de Miss Caffeina, El año del tigre. “Es un disco en el que quizá se nota más la experiencia individual de cada uno, porque vamos teniendo vidas diferentes, y el tipo de canción o temática depende más de quien la haya escrito. Pero, obviamente, todos pertenecemos al grupo, a la música y la industria, por eso en el disco hay lugares comunes y sentimientos compartidos”, nos desvela. “En este disco hay muchas canciones que son más orgánicas y menos electrónicas, y en cuanto hemos quitado un poco esas capas han aparecido las melodías que siempre hemos hecho, y que recuerdan a otras épocas de la banda.

Es el quinto disco, y es inevitable que pase esto”. Para escuchar todo esto de lo que nos habla Jiménez deberemos esperar hasta el 4 de febrero de 2022. Un lanzamiento que vendrá acompañado del primer WiZink Center de la banda –el próximo 23 de abril–, tras la cancelación de su concierto en el mítico recinto madrileño por la pandemia. “Pensábamos hacer allí el cierre de nuestra anterior gira, y ahora abrimos esta. Tenemos muchas ganas de que llegue esa noche”. Y así nos despedimos, con los brazos abiertos esperando con ilusión todo lo que Alberto Jiménez y los suyos tienen que ofrecer, y deseando disfrutarlo con la libertad y diversidad a la que nos tienen acostumbrados.