Rofer Boys: la mirada hetero al hombre desnudo

Temas: Arte, Desnudos, Exposición, Madrid

ilustrador, dibujante y pintor Roberto Fernández ‘Rofer’ (1931-2018) fue casi un icono de la Transición. La creación de sus Rofer Girls a principios de los 70, que publicaba en la revista Diez Minutos, fue una revolución para la ingenua mirada del hombre español, que cargaba con casi cuarenta años de represión sexual nacional-católica.

Mucho más recatadas que sus hermanas anglosajonas, pero sexis, y sugerentes, venían acompañadas de frases pícaras que las ponían en contexto, y pronto se elevaron a objeto de culto: se recortaban y pegaban en todos los reductos exclusivos de la masculinidad (gimnasios, talleres, buques) y, probablemente, hoy las buscan desesperadamente coleccionistas del camp patrio.

“Todo ha sido muy casual. Recibí una llamada de todo un experto en la cultura de esa época, el siempre generoso Juan Sánchez, para que fuéramos juntos a ver el legado de Rofer. Una de sus herederas quería hacerlo público. Creíamos que íbamos a ver Rofer Girls, o su trabajo para las publicaciones pulp de entonces; y eso estaba, pero también algo muy distinto…”, comenta el comisario de la exposición, Guillermo Espinosa –colaborador habitual de Shangay–.

“Había una ingente producción de desnudo masculino, en diferentes estilos, que practicaba ya de adolescente», continúa. «Desde muy íntimos y sugerentes retratos de amigos y compañeros de estudios hasta esbozos de los héroes de aquellos años que establecía el franquismo viril: soldados, atletas, vaqueros… Con la llegada de la democracia y la posibilidad de pintar al natural sin acabar detenido por escándalo público, también dibujos de desnudos tomados en su estudio o en el Círculo de Bellas Artes, del que era socio”.

La exposición no solo se centra en el dibujo, y repasa un trabajo de muchas décadas en torno a la masculinidad. Hay retratos de adultos y niños que marcaron una época, ilustraciones románticas de la revista Tele-novela y hasta retratos de las celebridades nacionales o de Hollywood que realizaba para Semana. “He escogido, por hacer un juego continuo con el espíritu de la expo, solo personajes reconocida u ocultamente homosexuales».

«Igual que hay una Rofer Girl con un inmenso oso de peluche, o que me mofo del retrato viril del vaquero con dibujos muy ambiguos de la mano de Rofer”, explica Espinosa. “La razón de ser de esta exposición parte de una narrativa: el hecho de que no supiéramos que Rofer, un hombre heterosexual, dedicó tiempo a dibujar y sublimar también la belleza masculina. Una cosa siempre compleja«.

Continúa Espinosa: «Reconocer la belleza de su propio sexo, u objetualizar el cuerpo masculino de la misma forma que el femenino, es una quiebra salvaje del sistema de representación patriarcal viril, de sus principios. Atenta contra su inexpugnable, monolítica y excluyente razón de ser: la supremacía del hombre frente a la mujer o todo lo que huela a feminidad. Por lo general, crea culpa, dudas y agonía».

Concluye Guillermo Espinosa: «Los hombres heterosexuales estarían mucho más liberados de su yugo solo con reconocer la belleza sin necesidad de incluir el género, como hacemos los homosexuales o las mujeres con las propias mujeres… Sería para ellos emancipador”.